Chubut Para Todos

La celebración del círculo rojo y las tensiones venideras

En Mar del Plata, en las sesiones de IDEA pobladas de empresarios y ejecutivos entusiastas, el gobierno de Mauricio Macri  recibió el espaldarazo del “círculo rojo”.  El presidente atraviesa una etapa en la que esos ambientes  lo  ven unánimemente rubio y de ojos celestes, lo vaticinan ganador y  lo imaginan como adelantado de una nueva era.

La instrumentación del Cuco

Hasta el domingo 22  el  gobierno  seguirà ejercitando una táctica electoral que  le ha dado resultado: beneficiarse del  rechazo  que  generan en la opinión pública  el recuerdo de la gestión kirchnerista  y las figuras de sus principales exponentes.

La candidatura  de Cristina  Kirchner  ha sido funcional  a esa táctica,  reiterando en la provincia de Buenos Aires  el  “efecto Anìbal  Fernàndez”  que en 2015  convirtiò en gobernadora a  Marìa Eugenia Vidal  y, en definitiva, determinò  el  triunfo presidencial de Macri.

Hay sectores del gobierno  que, engolosinados con el recurso, proponen  seguir explotàndolo hasta 2019, con la esperanza de que una presencia activa de la señora de Kirchner en el escenario político  mantenga viva la dispersión del  electorado peronista  y  obstruya  los procesos  de renovación y reorientación que ya se insinúan en esas filas. Un costado implícito de esa inclinación tàctica es   la preferencia por  una Justicia  morosa en los casos que involucran a la expresidente.  “Cristina es políticamente màs útil para el gobierno  en libertad que  detenida” –resume un  analista  de fluida circulación por los pasillos  del poder político.

En un país que  invoca la independencia de la Justicia esa presunta utilidad y aquella preferencia  no deberían  dar lugar  a ninguna consecuencia directa. ¿O sì?

En cualquier caso,  la señora de Kirchner  no ignora los beneficios mutuos  de aquella predisposición estratégica y  juega sus fichas en ese contexto.  Los socios de facto se entienden  por oficio mudo, no necesitan  secreteos  como los  que  intercambiaron futbolistas  de Perù y Colombia  en plena cancha  el último martes  para acordar un resultado  que favoreció a ambos contendientes y perjudicò  a terceros.

 

Las expectativas de la propia tropa

Màs allà de las condiciones  que requeriría  su  concreción (manejo de factores judiciales,  comportamiento de la propia involucrada, contención de imponderables) la táctica de la  preservación del protagonismo en libertad de Cristina  Kirchner tiene antagonistas en  la propia cúpula de la coaliciòn  oficialista.  Y, si bien se mira, en una porción considerable de su público màs fervoroso.

Es difícil imaginar por ejemplo  que, asì se invoque la conveniencia política como argumento,  Elisa Carriò coincida con cualquier tipo de  procedimiento que opte por la morosidad judicial en relación con temas de corrupción. Màs bien por el contrario, ella  empuja  (por momentos, presiona) para que la Justicia actùe con energía  contra los casos de corrupción, inclusive si eso  puede resultar circunstancialmente  incòmodo para el oficialismo: ella se ha pronunciado  sobre temas que involucran a  gente cercana al Presidente, como Daniel Angelici, el primo Angelo Calcaterra o el affaire del Correo Central;  apuntò contra el titular de la Corte Suprema, (un movimiento que seguramente tendrá nuevos capítulos después del comicio); señala acusadoramente a Hugo Moyano, que mantiene buen diálogo con la Casa Rosada…

“Basta de polarización”

Si  la posición que  puede encarnarse en Carriò  difiere de los sectores que pretenden seguir  instrumentando en favor propio  el  protagonismo libre de la señora de Kirchner y su  carácter de mala de la película ,  hay otras figuras  influyentes de Cambiemos que, desde otro àngulo,   priorizan la necesidad de una política de mirada màs larga, destinada a ampliar  la plataforma de la gobernabilidad a travès de acuerdos  con las fuerzas  “constructivas”, en primer lugar  el peronismo poskirchnerista  (gobernadores, senadores, diputados, intendentes, sindicalistas).

En la reunión de IDEA, el presidente de la Càmara de Diputados, Emilio Monzó  anunció solemnemente: “Señores empresarios, tengan la seguridad de que se terminó la polarización que le hizo tanto mal a la Argentina “. Y prometió que su fuerza va a  ”trabajar para buscar todos los consensos necesarios con la oposición”.  A su lado, el radical Mario Negri,  aseguraba que Cambiemos “no va a emborracharse con los resultados” y que es consciente de que “un voto de confianza no es un cheque en blanco”.

Desde esta perspectiva, inflar instrumentalmente a la señora de Kirchner para que  divida al peronismo constructivo es considerado un procedimiento erróneo.  Se trataría, más bien,  de dar espacio para que el peronismo procese con naturalidad y  cuanto antes  sus diferencias internas  y participe  en plenitud del  nuevo sistema político.

Abierto a la colaboración con el justicialismo, este sector tampoco conforma a la tendencia que se referencia en Carriò, cuya prèdica anticorrupción  a menudo se identifica con un cuestionamiento  al peronismo en su conjunto.

Administrar una victoria

Despuès de emerger razonablemente victorioso  de la elección del domingo 22 , el gobierno deberá  empezar a dirimir pulsiones divergentes que al mismo tiempo que denotan vitalidad, revelan disputas. Esta etapa lo ubicarà en un punto en el que recibirà presiones de quienes -en virtud precisamente del éxito electoral- le reclamaràn  que acelere el paso, que abandone el gradualismo, que profundice las reformas, que recorte el gasto, que  baje impuestos, que baje las tasas, que corrija  el valor del dòlar .. sin necesariamente tomar en cuenta que los objetivos de gestión  siempre tienen   prerrequisitos políticos  que son los que los vuelven posibles o imposibles.

Las urnas del 22 de octubre  impulsaràn el debate no sòlo en el peronismo, que  debe  renovarse y redefinirse, sino también en  un oficialismo en el que, superada la prueba de  la elección de medio tèrmino,   ya  se empiezan a dibujar  las   pujas del 2019 y hasta las de la sucesión  posterior.

Por Jorge Raventos