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Martín Redrado y la debilidad de Cristina por los economistas

Los economistas en la vida de Cristina Kirchner: Amado Boudou. Axel Kicillof y ahora el mediático Martín Redrado.

Martín Redrado, economista y ex presidente del Banco Central de la República Argentina habló en Modo Fontevecchia, donde analizó la situación económica del país y dijo que “es difícil que tengamos un impulso de consumo cuando el salario corre por detrás de la inflación”. Asimismo, subrayó que su contacto con Cristina Kirchner no implica una “reconciliación”, pero sí una “apertura al diálogo”.

¿Tuviste una reunión con Sergio Massa y Marco Lavagna?

Sí, el martes (10 de mayo) a la noche comimos un asado con Marco, Miguel Peirano, Diego Bossio, Martín Rapetti. Hablamos porque estamos ocupados y preocupados en ofrecer resultados en la Argentina que viene. Hablo con dirigentes del oficialismo y de la oposición, con una posición de economista por encima de la grieta para generar soluciones prácticas, concretas, no ideológicas para problemas como la inflación y la falta de crecimiento económico. 

Para haber superado la grieta, tuviste que haberte reconciliado con la vicepresidenta porque tuviste una posición muy dura cuando estuviste al frente del Banco Central, con ella en la presidencia, que derivó en tu renuncia. ¿Cómo fue reconciliarse con Cristina KIrchner y cómo es tu relación actual con ella?

No sé si la palabra es “reconciliación”, pero se retomó un diálogo que se había cortado hace 12 años y sentí que el manoseo y manoteo de las reservas, no hacerlo desde un punto de vista legal llevándolo al Congreso, no solo iba a ser malo para la Argentina sino también para el propio gobierno de Cristina Kirchner. Por eso escribí un libro que se llamó Sin reservas y que así terminó el gobierno en 2015. Sentí que la historia había reivindicado mi posición en la que habíamos tenido que defender la institución del Banco Central y poner en claro que las reservas no son ni del presidente del Banco Central ni del presidente de la República, sino que quién está ahí es un servidor público para administrar y dar respaldo a la moneda argentina.

Con esta visión de superar la grieta, un distinguido economista Javier Timerman me mandó un WhatsApp y se presentó y me pidió tomar un café. Charlamos y me dijo: sería bueno que la vicepresidenta escuchara tus ideas, y yo le dije que sí. A los dos días me citaron en el Senado de la Nación y tuvimos una conversación en vistas al futuro. Me preguntó cuáles eran las ideas que yo tenía sobre la Argentina y después de eso quedó un diálogo abierto. Cada tanto hay una pregunta puntual sobre temas de inflación o del FMI pero tampoco podemos decir que hay un proceso de consulta.

En las críticas que hace la vicepresidenta a la economía, a (Martín) Guzmán y a (Matías)  Kulfas, ¿hay una parte de esa crítica que te parezca pertinente? 

Escribí un libro titulado Argentina primero en el que hablo de dejar los egos y pensar en el país y después en las personas. Lamentablemente las políticas económicas han dado resultados muy pobres. Cuando hablamos de política antiinflacionaria, ni el programa con el Fondo Monetario Internacional sirvió como anclaje de expectativas, ni tampoco las políticas de controles de precios cuidados, de trabajar sobre las consecuencias, sino sobre las causas. El principal problema que tenemos es la inflación, el equipo económico no solo no le está dando respuestas a la vicepresidenta, sino que no nos está dando respuesta a los argentinos.

Cerca de Kulfas estiman que habrá una sorpresa con el crecimiento del primer cuatrimestre, que será a tasas chinas. Hablan de más de 6% y algunos hasta del 8%. Cuando hablamos con otros colegas como Carlos Melconián, él cree que va a terminar habiendo un crecimiento casi nulo. ¿Creés que se está creciendo a una tasa del 6% en el primer cuatrimestre y eso se va a desacelerar en el segundo? 

El futuro obviamente es impredecible pero primero creo que se está creciendo a tasas del 6% en el primer cuatrimestre y eso se va a deshacer en el segundo. Todavía nos queda un rebote del año pasado. La economía argentina no está creciendo, rebota como una pelota desinflada. Lo que hay que analizar es si está creciendo el consumo, la inversión, el sector externo y las exportaciones. Si analizamos, el consumo viene rezagado y el salario real está cayendo, con lo cual, es difícil que tengamos un impulso de consumo cuando el salario corre por detrás de la inflación.