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Libre comercio con Corea del Sur: ¿oportunidad o amenaza para el desarrollo económico argentino?

Un acuerdo entre la pujante nación de Asia del Pacífico y el Mercosur es atractivo, pero profundiza las condiciones estructurales de la región. Los números del conglomerado Samsung y la política doméstica, a tener en cuenta.

El desarrollo de Corea del Sur como una nación generadora de riqueza en la producción de alta tecnología es un anhelo de muchos. Políticos e industriales desearían al menos poseer sólo algunos de los atributos de esta economía asiática para poder enfrentar una actual coyuntura compleja, ya sea en términos de bienestar social o por competitividad, y sin que sea necesario sumar dentro ecuación a las consecuencias del coronavirus).
Así, son harto conocidos los pilares del llamado “milagro coreano”, que se pueden resumir en una economía que en 30 años se reconstruyó de las cenizas de dos guerras con una férrea planificación económica; un gran esfuerzo comunitario; educación, y mucha ayuda externa (de Estados Unidos en particular, pero también de Japón), lo que permitió transformar la base de sustentación de su riqueza.De este modo, Corea del Sur abandonó prácticamente la periferia de la economía mundial, para luego sí adaptarse a los mercados mundiales en los términos y condiciones del capitalismo global. Y como paradigma presente de lo que ha dejado este épico derrotero podemos destacar a Samsung.

Samsung: mucho más que tres estrellas

Es difícil encontrar en el mundo alguna familia que no utilice (en absoluto) algún dispositivo fabricado por Samsung Electronics o, en defecto, que contenga algún componente fabricado por alguna de las firmas del Grupo Samsung (un display o una memoria).

Es un conglomerado familiar de empresas que habiendo nacido simplemente a partir de una firma vendedora de pescado y frutas, en el presente diversifica sus actividades en una singular cantidad de sectores industriales y de servicios. Se pueden incluir desde lavarropas y televisores hasta barcos, con un despliegue tal que va desde a electrónica de consumo a los seguros de vida y parques de diversiones u hoteles, entre muchos otros sectores económicos.

Pero la magnitud de este conglomerado y de Samsung Electronics (SEC) en particular no queda en la diversidad de actividades y producciones realizadas: lo realmente fabuloso son sus números.

Durante el primer semestre del 2019, con ingresos totales de u$s62.000 millonesSamsung fue responsable del 21% del total de las exportaciones de Corea del Sur, que en ese período alcanzaron un valor total de u$s300.000 millones. Para tener un parámetro, la Argentina exportó en todo el 2019 (y por todo concepto) u$s65.000 millones.

SEC, que se caracteriza principalmente por ser el mayor fabricante de chips y dispositivos de memoria del mundo, generó por región en ese primer semestre u$s17.500 millones en ventas de América del Norte, u$s14.700 millones en China, u$s13.800 millones en el resto de Asia y África (excluyendo Corea del Sur y China) y u$s7.500 millones en Europa.

La política y los negocios en Corea del Sur

Así, no caben muchas dudas acerca de la relevancia de Samsung en Corea del Sur, al punto tal de (lógicamente) entrelazar sus negocios con la política del país. Una pauta cabal en este sentido han sido los sucesos de 2017, que llevaron a la destitución de la presidenta del país, Park Geun-hye. La primera mujer en haber alcanzado el máximo cargo ejecutivo del país es hija del célebre Park Chung-hee, un político, militar y dictador surcoreano que administró el país con mano de hierro desde 1961 hasta su muerte en 1979. A partir de la política desarrollista de Park Chung-hee, se elevó el PIB per cápita surcoreano de u$s93 al inicio de su gestión hasta los u$s1.774 del año de su asesinato en manos del director de Inteligencia de su país.

Con esos antecedentes y este tranfondo, Park Geun-hye igualmente terminó en la cárcel por corrupción y tráfico de influencias: fue acusada, juzgada y destituida por el Tribunal Constitucional y condenada a 25 años de prisión.

En esta trama quedó implicado Lee Jae-yong (centro de la foto), vicepresidente y “príncipe heredero” de Samsung (hijo del actual presidente, internado desde 2014 por un ataque cardíaco).

En esta trama quedó implicado Lee Jae-yong (centro de la foto), vicepresidente y “príncipe heredero” de Samsung (hijo del actual presidente, internado desde 2014 por un ataque cardíaco).

Lee Jae-yong quedó sospechado de efectuar pagos por más de u$s34 millones a la familia y fundaciones de Choi Soon-il, una persona muy influyente cercana a Park. Como contrapartida de estos pagos, el gigante surcoreano habría recibido el apoyo gubernamental para la fusión de dos de sus filiales y Lee Jae-yong habría conseguido el visto bueno para quedarse al frente del chaebol.

La extensión del mayor chaebol de Corea del Sur

El Grupo Samsung está compuesto hoy por 24 compañías principales, de las cuales 17 de ellas se encuentran listadas (cotizan en los mercados de acciones), sumando sólo entre ellas más de u$s300.000 millones de facturación y generando cerca de 200.000 puestos de trabajo.

Conglomerado Samsung. Participaciones accionarias al 1 de abril de 2016. Fuente: @oniontaker en Twitter (publicado el 7 de enero de 2020)

¿Es conveniente firmar un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur?

Hacer hincapié en el poder que detenta tan solo uno de los grandes grupos económicos surcoreanos nos puede dar cierta dimensión del dilema que enfrentan nuestros negociadores a la hora de cerrar un acuerdo de libre comercio Mercosur-Corea del Sur. Porque al chaebol de Samsung se le suman otros tantos, con similar poder de influencia ejercida a partir de la centralización de la autoridad de decisión, la diversificación y la capacidad competitiva de sus actividades. Entre los más poderosos aparecen:

  •  Hyundai, con Hyundai Motor Company (KRX: 005380 LSE: HYUD), automotriz;
  • Lucky Goldstar (LG), con LG Electronics (KRX: 066570, LSE: LGLD), electrónica de consumo;
  • SK Group (KRX: 034730), energía, química, semiconductores;
  • Lotte (KRX: 004990), retail, servicios financieros.

Y la lista continúa. De esta forma, considerando el poderío relativo de la economía surcoreana, particularmente en lo que a alta tecnología se refiere, es de esperar grandes reticencias de industriales argentinos y brasileños en el avance hacia un acuerdo. Se deberá valorar entonces qué tipo de base de sustentación de la riqueza pretendemos para nuestros países: si queremos profundizar la dependencia de las actividades agropecuarias y extractivas, con la consecuente concentración, o si pretendemos ampliar esa base de sustentación y diversificarla hacia productos de mayor valor agregado.

La condiciones estructurales de Mercosur y particularmente las de Argentina permiten un juego limitado en cuanto a una diversificación productiva muy amplia, por lo cual deberíamos ser precisos en la elección de los sectores industriales a impulsar e insertarlos en cadenas de valor globales, considerando nuestras capacidades competitivas: tenemos el campo y la minería, pero también tenemos un acervo tecnológico destacado.

Debemos entonces definir internamente primero qué economía queremos y cómo queremos insertarnos en el mundo para después salir a negociar. La amenaza o la oportunidad estarán entonces atadas a esa definición que, con inteligencia, puede incluir y valorar a todos en su mejor medida.

(*) Analista de Relaciones Económicas Internacionales, Tecnología y Geopolítica. Director de ESPADE (Estudios para el Desarrollo).

Por Gabriel Balbo