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Reinas de belleza, niñas vírgenes y famosas de televisión: las amantes secretas de Pablo Escobar

Durante una entrevista para un canal de televisión de Colombia, Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, lugarteniente y jefe de sicarios de Pablo Escobar Gaviria, confesó las aventuras de alcoba del narcotraficante que nunca fue un secreto para él.

El Patrón sólo tuvo tres amantes. Las demás fueron mujeres de paso: reinas de belleza, modelos, presentadoras de televisión, deportistas, colegialas y mujeres del montón… Eso sí, todas hermosas” dijo Popeye quien liberado en agosto de 2014 tras cumplir una condena  de 22 años de prisión por terrorismo, narcotráfico y homicidios, luego que compartiera durante casi una década con el capo de la droga de Colombia.

“Al patrón le elegíamos las mejores jóvenes que acostumbraban ir a las discotecas de moda. Pablo tuvo blancas, morenas, trigueñas, pelirrojas… ” mujeres que eran de una noche, ya que el amor de Escobar por su esposa María Victoria Heano nunca estuvo en duda, según el sicario: “La adoraba”. Era la madre de sus hijos y la mujer de quien se había enamorado cuando ella tenía solo 13 años, conquistándola con poemas de amor, chocolates y discos románticos de Raphael y Camilo Sesto.

Según confesó años más tarde, María Victoria conocía las infidelidades de su marido pero que, ante todo, conoció al hombre que amó con locura a su familia. No al narco, no al infiel, no al cruel asesino.

La obsesión por las reinas de belleza

Elsy Sofía Escobar Muriel: tenía los ojos azules, el pelo rubio, largo y ondulado, y medidas perfectas que la llevaron a ser Reina Nacional de la Ganadería 1984. Escobar quedó impresionado con ella y días más tarde, la jovencita entraba fascinada a una de las lujosas mansiones de Escobar, con quien sostuvo una relación durante dos años y a quien el capo compró un apartamento en Medellín, un vehículo, ropa de marca y caras joyas.

Esa misma tarde estuve a punto de morir ahogada y Pablo me salvó la vida. Llegó nadando hacia mí, me abrazó y dijo que me quedara tranquila. Supe que en los brazos de ese hombre yo no tenía nada que temer
Virginia Vallejo
, una de las amantes de Pablo Escobar Gaviria.

Según Popeye que conoció a Escobar Gaviria durante los encuentros de la reina de belleza para quien en ese entonces laboraba como chofer y guardaespaldas, la relación terminó cuando la mujer le puso un ultimátum al capo al exigirle que se decidiera por su esposa o por ella.

Wendy Chavarriaga Gil, una modelo glamorosa, culta, con piernas eternas no fue solo una amante más: “Fue su segunda mujer, después de María Victoria”, relata Popeye, a quien Pablo Escobar le pagaba viajes, autos caros, las mejores joyas, la ropa de los mejores diseñadores de moda, viajes de lujo. Todo lo que ella pedía pero que cometió el gravísimo error de quedar embarazada, lo cual era la única prohibición de parte del capo, ya que un hijo fuera del matrimonio era algo inaceptable. La familia le era sagrada.

Wendy quedó embarazada por dinero pero el patroncito no quiso saber nada y la hizo abortar. Cuando la mujer despertó Escobar le informó que la relación había terminado.
Jhon Jairo Velásquez
, jefe de sicarios de Pablo Escobar

Meses más tarde, John Jairo Velásquez la encontró en una discoteca. Le ofreció una copa, conversaron, bailaron y se sedujeron iniciando una relación de la que se enteró Escobar Gaviria, adviriéndo a su jefe de sicarios que ella no era mujer para él pero Popeye siguió viendo a Wendy.

Escobar, desconfiado, mandó a intervenir su teléfono descubriendo que la modelo hablaba con un jefe de la policia de Colombia ya que estaba dispuesta a entregar al hombre más buscado de Colombia. Todo ese tiempo había querido vengarse y John Jairo sólo había sido el señuelo que eligió para terminar con el hombre que la había hecho abortar y la había despreciado.

Con la grabación en su poder, el narcotraficante mandó a llamar a Popeye “El ambiente se sentía pesado, pero yo me preguntaba ‘¿qué hice?’. Entonces, el patroncito me pone la grabación. Y escuché la voz de Wendy…”. “Entendí que tenía que matarla. Yo la quería con toda mi alma, pero me sentí usado”.

Concerté una cita con ella en un restaurante de moda y mandé a dos de mis hombres, porque yo estaba enamorado y no quería ser quien la matara
Jhon Jairo Velásquez
, jefe de sicarios de Pablo Escobar

Virginia Vallejo: como periodista y presentadora de televisión que conoció a Pablo Escobar en 1982. Ella acababa de divorciarse de David Stivel, el gran realizador argentino, que se había aburrido de los caprichos de su mujer: Virginia lo obligaba a dormir en camas separadas porque no le gustaba que nadie la viera despertarse a cara lavada, sin maquillaje.

La primera vez que se vieron, Virginia quedó maravillada con Escobar Gaviria por “su generosidad”. Ella y su novio se encontraron con el capo cuando regresaban del hospital de la hacienda del narcotraficante tras haber chocado con un boogie durante un paseo por las instalaciones. “Pablo nos dijo que no nos preocupáramos por los daños, pues él tenía muchos autos más”, diría quien fue amante del jefe del cartel de Medellín durante cinco violentos y tormentosos años.

Ese abrazo en el agua, esa piel contra piel, fue el comienzo de un tórrido, secreto y enfermizo romance: “Me enamoró porque yo ví en él a un hombre muy generoso (…) un Robin Hood de los pobres”. Pero también la enamoró la vida de película que Escobar le ofrecía: “Gastaba dos millones de dólares en el combustible del avión sólo para poder verme”.

Virginia Vallejo terminó la relación con el capo luego de enterarse que había regalado un collar a otra mujer. (Imagen: Infobae)

La ruptura, fue una simple cuestión de celos. Virginia se enfureció con Pablo cuando se enteró que él le había regalado un collar de 250 mil dólares a otra mujer en el año 1987.

Todas las jovencitas vírgenes

Las chicas castas eran la debilidad del capo según lo dice Popeye, pero también integrantes del Bloque de Búsqueda, formado especialmente para capturar vivo o muerto al narcotraficante quien tenía a un grupo de jóvenes que le buscaban muchachas de 14 a 17 años que no hubiesen sostenido intimidad a quienes convencían de acompañarlos. A las más bellas que dudaban y se resistían, llegaban a ofrecerles un auto o una moto de regalo. También un apartamento en un barrio popular. A las demás, dinero.

Durante una entrevista, una de las adolescentes que fue contactada para estar con el capo, cuenta que era muy generoso y buena persona y que los crueles eran los otros hombres del cartel y que el recuerdo que ella tiene de Pablo es otro: el de un hombre sereno, que daba consejos casi como un padre. “El nunca hablaba de sus problemas. Tocábamos el tema de lo que nos pasaba a nosotras. Y él nos decía que nos portáramos muy bien: ‘No sean mal habladas, niñas, por eso es que las matan…'” .

Los hombres llevaban a jovencitas de 14 a 17 años a la lujosa prisión donde guardaba prisión Escobar Gaviria. (Foto: Infobae)

El comandante Hugo Aguilar Naranjo, uno de los hombres clave en la caída de Escobar, cuenta que esa debilidad por las niñas llegó a oídos de la policía por lo que ofrecieron dinero por información. Así llegaron a uno de “Los Señuelos”, quien aceptó llevarlos hasta “la mina de las muchachas puras”, como llamaban al lugar donde los narcos buscaban a las jóvenes para prostituirlas.

Comenzaron las redadas y los allanamientos en búsqueda de Escobar Gaviria quien se percató que las niñas eran quienes lo habían delatado por lo que empezó una sangrienta cacería en contra de las mujeres.

La primera fue una bella jovencita, muy maquillada y con poca ropa. Durante varias noches fueron apareciendo cuerpos de adolescentes en distintas partes de Medellín. En total fueron 49 las niñas asesinadas. Tenían entre 15 y 19 años. Algunas fueron informantes de la policía. Todas hablaron demasiado. Solo dos niñas lograron sobrevivir a esa matanza.