Nombrado líder de Hamás el pasado agosto tras el asesinato de Ismail Haniyeh, Yahya Sinwar fue asesinado durante un ataque del Ejército israelí en Gaza, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de Benjamin Netanyahu. El hombre era considerado un activista radical y pragmático, y estaba acusado por el Estado de mayoría judía de ser el cerebro del ataque del 7 de octubre contra el sur de Israel que dejó alrededor de 1.200 muertos.
Yahya Sinwar, líder de Hamás considerado carismático entre quienes lo conocían, pero entre las sombras.
El máximo dirigente del grupo islamista desde el pasado agosto, cuando reemplazó a Ismail Haniyeh, asesinado en un ataque israelí e Teherán, se convirtió en uno de los principales objetivos del Ejército del Estado de mayoría judía desde el ataque del 7 de octubre de 2023.
Y es que el Gobierno de Benjamin Netanyahu apuntó contra Sinwar como el “arquitecto” del sangriento asalto en el sur de Israel que detonó la guerra en curso en Gaza, que se ha prolongado por más de un año y que deja más de 42.000 palestinos muertos por las embestidas israelíes.
Una vida en la sombra
Yahya Sinwar pasó toda su carrera en la sombra: en las cárceles israelíes, donde permaneció 23 años, y luego en el aparato de seguridad del movimiento islamista palestino.
Se convirtió desde 2017 en uno de los líderes del movimiento islamista palestino en Gaza, antes de escalar como su máximo dirigente hace tan solo poco más de dos meses.
Fue, a sus 61 años, el artífice del sorpresivo ataque contra Israel hace más de un año. Ese día, cientos de comandos descendieron sobre kibutz, bases militares y una fiesta en Israel. Se trató de la peor agresión contra civiles del Estado israelí, desde su creación en 1948.
Impuso su ritmo para cambiar el equilibrio de poder sobre el terreno y tomó a todos por sorpresa
“Es su estrategia, él es quien puso en marcha la operación” probablemente durante uno o dos años, explicó a la agencia de noticias AFP Leïla Seurat, investigadora del Centro Árabe de Investigación y Estudios Políticos (CAREP) de París.
El hombre asceta, de cabello blanco, pero cejas pobladas y negras, “impuso su ritmo para cambiar el equilibrio de poder sobre el terreno y tomó a todos por sorpresa”, señaló Seurat.
El hombre que desde entonces era considerado “el rostro del diablo” o “muerte en tiempo prestado”, en palabras del Ejército israelí, ya no apareció en público.
“Es el hombre de seguridad por excelencia” que, con un “carisma de líder”, “toma decisiones con la mayor tranquilidad”, declaró a AFP en 2017 Abou Abdallah, excompañero detenido de Hamás.
Activista desde los inicios de Hamás
En 1987, la primera Intifada (el levantamiento contra la ocupación israelí) estalló en un campo de refugiados en el norte de la Franja de Gaza. Yahya Sinouar, nacido en Khan Younis, un campo situado en el extremo sur del territorio, se unió entonces al recién fundado Hamás.
A sus 25 años, ya dirigía la Organización Yihad y Predicación, la unidad de inteligencia de Hamás que castiga a los “colaboradores”, aquellos palestinos sancionados por sus servicios de inteligencia con el enemigo israelí.
En 1988, Sinwar fundó Majd, el servicio de seguridad interior de Hamás.
“Él no aboga por la fuerza por la fuerza, sino por llevar (a los israelíes) a las negociaciones”
Encarcelado en 1989, se consagró como líder de los presos. Condenado varias veces a cadena perpetua, fue puesto en libertad en 2011 con un millar de detenidos liberados por Israel, a cambio del soldado Gilad Shalit, rehén de Hamás durante cinco años.
Yahya Sinwar ve cómo Israel elimina a sus mentores, en particular al jeque Ahmed Yassine, fundador de Hamás, y a Salah Chehadé, artífice de las brigadas Ezzedine al-Qassam, brazo armado del movimiento, del que es considerado el brazo derecho.
Incluido en la lista estadounidense de “terroristas internacionales”, fue objeto de múltiples intentos de asesinato.
Elegido como líder de Hamás en Gaza en 2017, impulsa una estrategia “radical a nivel militar y pragmática en política”, explica Leïla Seurat. “Él no aboga por la fuerza por la fuerza”, sino por “llevar (a los israelíes) a las negociaciones”.
Estrangulación “con una keffiyeh”
Los medios de comunicación israelíes publicaron extractos de sus interrogatorios. Relató haber secuestrado a un traidor y llevarlo al cementerio de Khan Younis: “Lo metí en una tumba y lo estrangulé con una keffiyeh (…) Estaba seguro de que sabía que merecía morir”.
Hizo saber que castigaría a cualquiera que intentara obstaculizar la reconciliación con Fatah
Políticamente, abogó por un liderazgo palestino unido para todos los Territorios Ocupados: la Franja de Gaza, en manos de Hamas, Cisjordania, administrada por Fatah de Mahmoud Abbas, y Jerusalén Este.
“Hizo saber que castigaría a cualquiera que intentara obstaculizar la reconciliación con Fatah”, recuerda el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).
Tras su elección al frente de Hamás en Gaza, el movimiento aceptó el principio de un Estado palestino dentro de las fronteras de 1967, pero mantuvo como objetivo final la “liberación” de todo el territorio de Palestina en 1948, incluido el territorio israelí.
A toda costa, pretendía obligar a Israel y al mundo a interesarse por el destino de los palestinos. Pero los expertos subrayan que la estrategia de respetabilidad de la “política” de Hamás fracasó al optar por la violencia.
En un contexto de desinterés global por la causa palestina y una normalización emergente de las relaciones entre los Estados árabes e Israel, impulsó entre 2018 y 2019 las denominadas “Marchas del Retorno”. Los enfrentamientos a lo largo de la barrera de separación con Israel dejaron casi 300 muertos en Gaza.
El 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó su ataque haciendo estallar el puesto de control que custodia la frontera con la Franja de Gaza, bloqueada desde 2007. La respuesta israelí ya ha causado más de 42.000 muertes, según el Ministerio de Salud gazatí.
Por France 24