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¿Qué es el orgasmo cervical?

Poco hemos oído hablar de él. Es el menos popular de todos, a pesar que algunos aseguran que es el más placentero y trascendental de los que ya conocemos: el de vagina y el del clítoris. El saber no ocupa lugar; si querés conocer algo nuevo, leé esta nota.

Su nombre proviene del cérvix o cuello uterino, que es la parte inferior del útero y conecta las partes bajas y altas del aparato reproductor femenino. Está situado en el fondo de la vagina; es flexible y estrecho. Tiene aproximadamente unos tres centímetros de longitud y 2,5 de diámetro.

Es así que orgasmo cervical se alcanzará estimulando, acariciando y masajeando el cérvix. Una de las claves para descubrir este punto, es la conciencia y el conocimiento de nuestro cuerpo, en este caso del cuello uterino, para poder indicarle a nuestra pareja cómo llegar a él. Para eso se requiere de una penetración profunda, previo a un precalentamiento en la zona. La posiciones sexuales elegidas serán fundamentales para llegar a ese momento.

Según algunos especialistas, la postura indicada para experimentar este tipo de orgasmo, es la conocida como el “perrito”. El hombre debe penetrar a la mujer por detrás, debe frotar su pene de arriba hacia abajo y en reiteradas ocasiones, mientras ella permanece apoyada en las rodillas. De esta manera la penetración es más intensa y sobre todo profunda, lo que permite llegar con mayor facilidad al cérvix.

En el libro, “Orgasmo. Todo lo que siempre quiso saber y nunca se atrevió a preguntar”, comparan al orgasmo cervical en la mujer, con el orgasmo estimulado a través de la próstata en el hombre, que para algunos provoca una sensación de placer más global e intensa que el que sienten con la estimulación del pene.

Un trabajo de la International Society for Sexual Medicine, revela que el orgasmo producido por la estimulación del cuello uterino y la vagina, es diferente fisiológicamente del clímax inducido por el clítoris. La información sensorial clitoridiana se conduce a través del nervio pudendo, hacia la médula espinal para transmitirla al cerebro. Mientras que la información sensorial de la vagina y del cuello uterino, se trasmite no solo desde el nervio pudendo, sino también desde el nervio vago, hipogástrico y pélvico.

Una de las mujeres que más promueve esta alternativa de alcanzar el placer, es la coach sexual estadounidense, Kim Anami, conocida popularmente por levantar diferentes objetos de peso con los músculos de su vagina. Según ella, esta práctica tiene sus inicios en la sexualidad Taoísta, desde su concepción hasta las diferentes posturas sexuales que esta cultura milenaria propone. De hecho, los taoístas consideran al orgasmo cervical como el último pico del placer.

La sexóloga describe al orgasmo cervical o uterino, como “el más profundo y trascendente de todos, que hace estremecer a todo el cuerpo y crea una intensa relajación emocional, capaz de conciliar el lado más físico del orgasmo clitoridiano y el emocional del punto G”. Incluso, afirma que la sensación puede durar varios días.

Siguiendo la línea del Taoísmo, para llegar al clímax se requiere de dedicación, estimulación y de ser concientes del acto sexual; lo mismo es aplicable a la búsqueda de un orgasmo cervical. Pero, fundamentalmente, quienes lo practiquen deben poder desarrollar la habilidad de sentir cada parte del cuerpo, y entenderlo como un sistema completo, entre la mente y el físico.

Si bien algunas mujeres optan por la estimulación en la vagina, en el clítoris o en el cérvix, podría ser un buen momento para optar por dos o por los tres al mismo tiempo, y alcanzar los orgasmos más intensos, prolongados y profundos que hayan imaginado.

Orgasmo. Foto: iStock Photos.

Orgasmo. Foto: iStock Photos.