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La pobreza alcanzó al 36,5% de las personas y el 27,7% de los hogares en el primer semestre: afecta a cerca de 17 millones de personas

Dentro de este conjunto, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) indicó que hay un 6,8% de hogares por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluyen al 8,8% de las personas.

La pobreza alcanzó al 36,5% de las personas en el primer semestre del 2022 y el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 27,7%, según informó este miércoles 28 de septiembre el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).

Dentro de este conjunto, el organismo oficial distinguió un 6,8% de hogares por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluyen al 8,8% de las personas.

Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), por debajo de la línea de pobreza se encuentran 2.684.779 hogares, que incluyen a 10.643.749 personas; y, dentro de ese conjunto, 660.494 hogares se encuentran por debajo de la LI, lo que representa 2.568.671 personas indigentes.

En ese marco, la proyección de pobreza a nivel nacional oscila entre unos 16,8 millones y 17,3 millones. Los 16,8 millones surgen de la proyección de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) a la población proyectada del Censo 2010 mientras que los 17,3 millones surgen de los resultados provisorios del Censo 2022.

Con respecto al segundo semestre de 2021, la incidencia de la pobreza registró una reducción de 0,2 puntos porcentuales (p.p.) en los hogares y de 0,8 p.p. en las personas. En el caso de la indigencia, mostró un aumento de 0,7 p.p. en los hogares y de 0,6 p.p. en las personas.

Bajó la pobreza respecto al primer semestre del año pasado en un contexto post covid y con los efectos de haber tenido un alza del 10% del PBI. Con respecto al segundo semestre del año pasado la pobreza casi que no varió y eso se concentró en los centros urbanos del interior. En el conurbano la caída es menor y además aumentó la indigencia“, dijo a Ámbito Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).

En ese sentido, agregó: “Para los segmentos en los que se redujo la pobreza en realidad lo hicieron en el cuarto trimestre del año pasado y la mantuvieron en el primero de este año. El factor fue la clase media que han recuperado cierta posición ventajosa pero que siguen siendo vulnerables a la pobreza. Son los trabajadores obreros que están acompañando a las paritarias. También autónomos y profesionales que recuperaron ingresos”.

Para Salvia es importante destacar que lo arrojó el resultado del INDEC tiene dos partes: “un primer trimestre positivo que tuvo los efectos de la burbuja post electoral y un segundo trimestre que ya está marcando un aumento”.

“Se estima que la pobreza para el segundo trimestre estaría alrededor del 38% y la indigencia arriba del 10%”, advirtió el especialista a este medio.

A su turno, Nicolás Pertierra, economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) dijo a Ámbito que el dato del INDEC tiene dos puntos a analizar: cómo evolucionan los ingresos promedio y la distribución del ingreso.

“Comparado con el primer semestre del año pasado, la reducción de la pobreza es significativa. Se parte de indicadores muy altos porque el año pasado estábamos en un contexto de pandemia fuerte. Hay una recuperación por los dos motivos. Muy leve, atenuada por los costos de la canasta alimentaria, pero los ingresos pudieron ganarle en la primera parte del año. También mejoró levemente la distribución del ingreso. Esto puede explicarse también por los programas de transferencia como Potenciar Trabajo y Tarjeta Alimentar“, explicó.

El INDEC destacó que a nivel regional se observó una reducción de la pobreza en la mayor parte de las regiones. La indigencia aumentó en tres regiones y disminuyó en las otras tres, detalló el organismo.

“Dado que la incidencia de la pobreza y la indigencia resultan de la capacidad de los hogares de acceder a la canasta básica alimentaria (CBA) y a la canasta básica total (CBT) mediante sus ingresos monetarios, se observó que, con respecto al semestre anterior, en promedio el ingreso total familiar aumentó un 29,1% y las canastas regionales promedio aumentaron 33,8% (CBA) y 29,0% (CBT)”, destacó el INDEC.

“Es decir, los ingresos en el período estudiado aumentaron a un nivel similar a la CBT, lo que dio lugar a la reducción de la tasa de pobreza; y menos que la CBA, lo que explica el aumento de la tasa de indigencia del conjunto de la población en el promedio del semestre”, detalló.

En otro orden, el organismo de estadísticas oficial destacó que teniendo en cuenta que la brecha de la pobreza es la distancia entre los ingresos y las canastas de los hogares pobres, se observó que la brecha de la pobreza de los hogares se ubicó en 37,2%.

En ese sentido, indicó que el ingreso total familiar promedio de los hogares pobres fue de $58.472, mientras la CBT promedio del mismo grupo de hogares alcanzó $93.177.

“La distancia entre los ingresos de los hogares pobres y la CBT aumentó levemente respecto del segundo semestre de 2021”, observó el INDEC.

Pobreza por edades y regiones

En cuanto a los grupos de edad según condición de pobreza, el INDEC destacó que un poco más de la mitad (50,9%) de las personas de 0 a 14 años son pobres.

Mientras que el porcentaje total de pobres para los grupos de 15 a 29 años y de 30 a 64 años es de 43,3% y 32%, respectivamente. En tanto, en la población de 65 años y más, el 12,1% se ubicó bajo la línea de pobreza.

Asimismo, el organismo que conduce Marco Lavagna informó que las mayores incidencias de la pobreza en personas se observaron en las regiones Gran Buenos Aires (GBA) y Cuyo, 37% cada una; y Noreste (NEA), 36,7%.

Mientras que las menores, por su parte, se registraron en las regiones Patagonia, 31,4%; y Noroeste (NOA), 36%

Además señaló que tanto en los aglomerados de 500.000 y más habitantes como en los de menos de 500.000 se observó una reducción de la pobreza de 0,2 puntos porcentuales con respecto al segundo semestre de 2021.

“Los niveles en los que se produce esta desaceleración son levemente superiores a los de la pobreza en la pre pandemia. Este hecho podría relacionarse con que esa reducción sostenida de la pobreza, que observamos estos trimestres, tuvo que ver principalmente con retrotraer los efectos de la crisis de la pandemia, con limitaciones para avanzar más allá“, dijo a Ámbito Sol Minoldo, doctora en ciencias sociales e investigadora de Conicet.

En ese sentido, agregó que preocupa, entonces, que “el punto de llegada para la mejora de la situación social se ubique en los niveles de una dramática situación que, en 2019, motivó la declaración de la emergencia social”.

“Los límites de la reducción de la pobreza tiene que ver, en definitiva, con las dificultades para revertir ese deterioro de los ingresos, y con las limitaciones de políticas sociales con prestaciones de bajo monto que, si bien tienen un alto impacto en la reducción de la indigencia, tienen potencial más limitado para reducir la pobreza“, aseveró.

Cabe recordar que el índice de Pobreza y el de Indigencia se conforma por una comparación del costo de la Canasta Básica Total (CBT), en el primer caso, y de la Alimentaria (CBA), en el segundo, frente a los ingresos percibidos por una persona o un grupo familiar.

La CBT que fija el umbral por debajo del cual se cae en la línea de la pobreza aumentó 36,9% en el primer semestre del año para alcanza a junio los $104.216, para una pareja con dos niños de 6 y 8 años. En tanto la CBA, por debajo de la cual se cae en la indigencia, aumentó 41,1% en el primer semestre para llegar a $45,529 millones.

Por contrapartida, el Índice de Salarios subió 34,3% en el primer semestre, por debajo de la evolución de la CBT y la CBA, pero con diferencia al interior de los ingresos, ya que los trabajadores privados tuvieron un alza del 36%; los empleados públicos, 35,2%, pero los no registrados, que son el 37% del total de los empleados, el 27,9%.

Si se hace la comparación con los últimos 12 meses, cuando el Índice de Pobreza era del 40,6% y el de Indigencia de 10,7%, la CBT aumentó un 56,7% y la CBA el 63,7.

En ese caso, el Índice de Salarios subió 67,7%, pero con alzas del 68,3% en los salarios de los trabajadores privados, del 72,6% en los de los empleados públicos, pero solo del 58% en los “no registrados.

Entre segundo trimestre de este año e igual período del año pasado el Índice de Desocupación bajó al 6,9% desde el 9,6% de con un crecimiento del 6,5% de la economía, y una inflación del 64% en 12 meses.

Por Daniel Blanco Gómez-Ámbito