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“Coti” Nosiglia y “El Tano” Angelici, peleados pero detrás de Martín Lousteau

Parecen tiempos de renovación en la Unión Cívica Radical. Pero miren si será difícil renovar una estructura como la UCR que ayer, en las internas porteñas, se impuso el sector del eterno Enrique “Coti” Nosiglia por sobre el que maneja el boca-macrista Daniel “Tano” Angelici.

La disputa entre Nosiglia y Angelici es rara por dos razones básicas:

• Primero porque venían de una larga y estrecha sociedad en Boca Juniors, en la política territorial y en el influencismo corporativo de lo que ampliamente conocemos, desde no hace tanto tiempo, como macrismo.

• Y segundo porque los dos están a todas luces detrás del proyecto político encarado por el hoy senador Martín Lousteau.

Es obvio que a ellos, al “Coti” y al “Tano”, digo, el “Guga”, como lo llaman al marido de Carla Peterson, les aporta esa frescura que tanto les cuesta transmitir a las naftalinosas estructuras partidarias clásicas y de la que carecen en términos absolutos sus grandes operadores, que se mueven más cómodos en las neblinas del conciliábulo y el bajo perfil.

Y es obvio que, a Lousteau, los otros le suman toneladas de rosca, kilómetros de pasilleo y lo más difícil –y más caro- de construir y sostener: el territorio que le falta al aún novato referente progre, cool y carilindo del anti-kirchnerismo.

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El plan de Lousteau para nada tiene que ver con una revitalización en sí misma de la veterana y desdibujada UCR. Tampoco pasa, básicamente, por destetarla del PRO. Eso -que estando metido Angelici, gran amigo de Macri, se relativiza solo- en todo caso son movidas de “identidad” necesarias para plasmar su llegada a la Jafatura de Gobierno porteña en 2023, cosa que ya tiene conversada por demás con Horacio Rodríguez Larreta.

Ese pacto lo lleva a construir fuerza propia en el interior del país, para quitarles el mayor espacio posible a los caudillos radicales del interior –que con Gerardo Morales, Ernesto Sanz y Mario Negri a la cabeza sueñan con un presidente de su partido- y así sumar para el proyecto presidencial de Larreta. Los amenaza, incluso, con lanzarse él mismo al Sillón de Rivadavia, desafiándolos en sus propios terruños restañando las heridas de los tantos que sufrieron la “claudicación” interna en Juntos por el Cambio.

También a la sombra de Lousteau, aunque con credenciales de verdadero sostén permanente, se ubica el economista, empresario y exjefe de gabinete de Fernando de la Rúa, Chrystian “El Vikingo” Colombo. Entre ambos se anotaron el no menor poroto de haber pronosticado el fracaso de la política económica de Mauricio Macri de un modo bastante ostensible, lo cual suma el valor nunca despreciable del “yo te avisé”.

Por lo pronto, Martín Lousteau se viene ganando un lugar en la discusión de un partido más que centenario que, en muchos de sus tantos vericuetos, lo considera un cuerpo extraño. Le deben, sin embargo, la posibilidad de que los herederos de Leandro Alem y Don Hipólito Yirigoyen puedan tener un referente joven y canchero.


Por Edi Zunino – Perfil