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China advirtió a EE.UU que “pagará un precio” por boicotear los Juegos Olímpicos de Beijing

El gigante asiático respondió al anuncio de Estados Unidos, que no enviará a sus representantes diplomáticos a los Juegos Olímpicos de Invierno que celebrarán en Beijing en febrero de 2022. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que los norteamericanos tendrán represalias por “su mal hacer” y los acusó de “trastocar los Juegos en base a su sesgo ideológico, a mentiras y a rumores”. Entretanto, Rusia llamó a no politizar mientras Francia y Alemania no toman postura.

La decisión, anunciada previamente por varios periódicos estadounidenses y solicitada por algunos congresistas y grupos defensores de los derechos humanos, fue oficializada este lunes 6 de diciembre. Estados Unidos no enviará su delegación diplomática al gigante asiático para los próximos Juegos Olímpicos de Invierno, programados en febrero de 2022 en Beijing.

La respuesta de China no tardó en aparecer. Quien tomó la palabra fue Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, que aseveró que los estadounidenses “pagarán el precio por su mal hacer”. También informó que Pekín envió a Washington una protesta formal.

Zhao acusó a Estados Unidos de entorpecer los Juegos Olímpicos “en base a su sesgo ideológico, a mentiras y rumores”. Y redobló la apuesta al asegurar que el boicot “hará que la gente de todo el mundo vea claramente sus siniestras intenciones.

La razón del boicot radica en el descontento con el “genocidio y los crímenes contra la humanidad que está cometiendo la República Popular China en Xinjiang y otros abusos de los derechos humanos”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria.

En la mira, los campos de detención en la Región Autónoma Uígur de Xinjiang, en el lejano Oeste de China, anclada entre el Tayikistán, el Kirguistán, el Kazajistán y el Tíbet. Allá son detenidos varias minorías para un adoctrinamiento forzado a los valores del Partido Comunista de China. La mayoría son musulmanes y no adhieren a su visión. El Departamento de Estado de Estados Unidos estima que hasta 2 millones de uigures y otras minorías musulmanas han pasado por esa red de centros de detención.

Un boicot a medias

Sin embargo, Psaki precisó que la Casa Blanca no prohibirá a sus atletas participar en el evento, un boicot a medias entonces, pero más equitativo para los atletas estadounidenses. Según la administración, Biden no quiere “penalizar a los atletas que han estado entrenando y preparándose para este momento, y pensamos que podíamos enviar un mensaje claro al no enviar una delegación oficial de Estados Unidos”.

Psaki agregó que, “los atletas del equipo de Estados Unidos tienen nuestro apoyo total y los estaremos apoyando desde casa, pero no contribuiremos a la fanfarria de los Juegos Olímpicos”.

Sarah Hirshland, directora ejecutiva del Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos, dijo que el Equipo de la Unión Americana estaba “emocionado y listo para hacer que esta se sienta orgullosa”. En un comunicado, tras el anuncio del boicot, Hirshland dijo apreciar “enormemente el inquebrantable apoyo del presidente y su administración y sabemos que nos animarán desde casa este invierno”.

Muchos atletas estadounidenses argumentaron que habría sido injusto prohibirles la entrada a la competencia deportiva mientras que algunos legisladores estadounidenses, que apoyaban el no envío de funcionarios, han dicho que es de interés para Estados Unidos que su himno nacional suene en Beijing mientras los estadounidenses reciban medallas.

Un llamado a una acción grupal

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Robert Menéndez, calificó este boicot diplomático como “un paso necesario para demostrar nuestro inquebrantable compromiso con los derechos humanos frente a los desmedidos abusos del Gobierno chino”. Y pidió a “otros aliados y socios que comparten nuestros valores que se unan a Estados Unidos en este boicot diplomático”.

Un oficial de policía con una máscara y gafas de protección contra el COVID-19, se encuentra cerca de un cartel de un esquiador en la pared en una estación de tren en Zhangjiakou en la provincia de Hebei, en el norte de China, el viernes 26 de noviembre de 2021. © Mark Schiefelbein, AP

Precisamente, Australia, Reino Unido y Canadá ya están reconsiderando la invitación de China. “Canadá sigue profundamente perturbado por los preocupantes informes sobre violaciones de los derechos humanos en China”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores de Canadá en un comunicado. “Se nos notificó la decisión de Estados Unidos y seguiremos discutiendo este asunto con nuestros socios y aliados”.

Stefano Sannino, jefe del servicio diplomático de la Unión Europea, dijo el viernes 3 de diciembre que los boicots eran una cuestión de los Estados miembros individuales, no de la política exterior común de la UE.

En esa sintonía se expresó el Gobierno de Francia, que este martes manifestó que se coordinará entre los países europeos si realizarán un eventual boicot. “Tomamos nota de la elección de Estados Unidos y nos coordinaremos en el ámbito europeo sobre este asunto”, dijo la portavoz de Asuntos Exteriores.

Mientras, Alemania, que está erigiendo una nueva coalición de gobierno no fijó postura. El próximo canciller Olaf Scholz deslizó que “es importante mantener la cooperación y los canales de cooperación multilaterales”.

El único líder de las grandes naciones en aceptar la invitación por ahora es el presidente ruso Vladimir Putin. Desde el Kremlin pidieron no mezclar deporte y política.

Una “manipulación política” según China

El Comité Olímpico Internacional (COI), que se ha enfrentado a críticas por ignorar el historial de violaciones a los derechos por parte de China, dijo que los Juegos Olímpicos deberían ir “más allá de la política”.

En esta foto de archivo tomada el lunes 24 de febrero de 2020, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, habla durante una sesión informativa diaria en la oficina del Ministerio de Asuntos Exteriores en Pekín. AP – Andy Wong

“La presencia de funcionarios gubernamentales y diplomáticos es una decisión puramente política de cada gobierno, que el COI, en su neutralidad política, respeta plenamente”, dijo un portavoz del COI.

La embajada de China en Washington calificó la medida de boicot por Estados Unidos de “manipulación política”.

“De hecho, a nadie le importa si estas personas vienen o no, y no tiene ningún impacto en la celebración exitosa de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022”, dijo el portavoz de la sede diplomática, Liu Pengyu.

Antes del anuncio, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Zhao Lijian, dijo que Beijing tomaría “contramedidas” en caso de que Washington siguiera adelante con dicho boicot.

La decisión de Washington sigue siendo menos drástica que la que tomó en 1980 el entonces presidente Jimmy Carter, quien anunció un boicot completo a los Juegos Olímpicos de verano en Moscú, en respuesta a la invasión soviética de Afganistán.

Por Juan Belleville- France24 con Reuters, AP y EFE