Chubut Para Todos

Chile es otro

Los grandes derrotados fueron los partidos que fueron gobierno y orgullosos dominadores de la política chilena en estos 30 años.

Las elecciones del fin de semana pasado en Chile movieron totalmente el tablero. A continuación, y en base a un “hilo” de Twitter que hice el lunes, busco explicarles que, aunque sabíamos que por incluir la votación de la convención constituyente esta sería la elección más importante, no teníamos idea de lo que estaba por pasar.

Para entender la sorpresa mostraré las novedades con los análisis finales que hizo El Mercurio el domingo. Reflejaban lo que se decía en todos los medios, incluso en los podcast alternativos y la conversación “under” de las redes.

En cuatro elecciones nacionales se asumía que todos podrían darse por ganadores. En este caso no fue así. El resultado se reflejó en cada votación: constituyentes, gobernadores, alcaldes y concejales. Ganaron los independientes, la lista “Apruebo dignidad” (alianza de fuerzas de izquierda surgidas de las protestas del 2011 y el Partido Comunista) y la lista del Pueblo. Perdió el establishment.

Ganaron los independientes. Los mismos del apruebo. Los analistas hablaban de que apenas podrían alcanzar 12 constituyentes, y finalmente tendrán 95 de los 155 integrantes. El Mercurio habló de “su paradoja” para explicar lo mal que les iría a los que arrasaron con los partidos tradicionales. Ellos serán los articuladores de los necesarios acuerdos, las normas deben tener 70% de consenso.

Todos los análisis esperaban que esta elección iba a ser el comienzo del fin del partido de los líderes estudiantiles del 2011, quizá confundidos por la crisis del partido hermano español, Podemos. Hoy su carta presidencial @gabrielboric puede convertirse en la mejor opción para la “centro izquierda”. El sorpasso dentro de la izquierda fue en favor de ellos.

El Partido Comunista (PC) consiguió quitarle el miedo endémico a sus electores y salir de la marginalidad electoral gracias al protagonismo que sus dirigentes asumieron desde el estallido social del 2019. Los analistas recomendaban evaluar sus resultados revisando las renovación de sus alcaldías actuales y de las nuevas que consiguieran. Ganaron las que tenía y se impusieron incluso en Santiago.

Para los medios el PC tenía la particularidad de tener la militancia más numerosa pero pocas posibilidades. Un análisis fino para matizar su éxito: este se habría conseguido si en la elección constituyente superaban a sus socios del Frente Amplio que hoy los duplica en asientos en el Congreso, pero eso no ocurrió. Los duplican también en la constituyente.

Pero el gran error de todos fue no ver el fenómeno de la lista del pueblo, el mayor éxito de los independientes que apenas fue mencionado durante la campaña. Sólo una semana atrás intuí su relevancia al toparme con este video en la franja electoral que el Estado le da a todos las candidaturas. Había un profesionalismo muy superior al que se comentaba tenía esta lista  de la “primera línea” de la protesta urbana del 2019.

Los grandes derrotados fueron los partidos que fueron gobierno y orgullosos dominadores de la política chilena en estos 30 años. Por supuesto la peor parte la sacaron los partidos de derecha que, a pesar de que consiguieron llevar una lista amplia, quedaron lejos de alcanzar el 30% con el que esperaban controlar los “excesos” constitucionales de la izquierda.

Pero también casi desapareció la ex concertación, ahora “unidad constituyente”. Los medios esperaban que esta elección sirviera para definir cuál de sus pequeños mosqueteros presidenciales (ninguno despegaba en las encuestas previas) sacaría ventaja entre socialistas, radicales, democristianos. La otrora importante DC tendrá 2 constituyentes, la lista del pueblo 24.

También fue derrotada la política pop televisiva. Las encuestas Cadem y Criteria apostaron desde marzo por la consolidación de un fenómeno populista nacido en la televisión de farándula. La clave la mostraría el resultado de Pablo Maltés, conocido como “el abuelo”. Se esperaba que fuera tercero o segundo en la carrera por la gobernación de Santiago, pero fue quinto, a pesar del abuso de su mediática pareja “la abuela” Pamela Jiles.

Ayer la bolsa perdió 10 puntos. Vale recordar que tras el plebiscito del fin de la dictadura, había perdido 20 puntos y fue en ese momento cuando empezó un ciclo de crecimiento importante con la democracia. Tal vez los inversionistas locales, que explicaron ese crecimiento, serán reemplazados por capitales foráneos más habituados a menores rentabilidades.

Chile es otro. Hay señales que dan esperanzas: la tranquilidad como esto se está desarrollando; la capacidad del sistema de salud que ha sabido enfrentar la pandemia y y el ejemplar trabajo del servicio electoral que en cuatro horas consiguió dar los resultados generales de 4 elecciones con casi 5 mil candidaturas sigue dejando tranquilo a todos los sectores.

Por Eduardo Arriagada- Profesor en Comunicaciones UC. Integra el laboratorio de redes sociales de Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile