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Amnistía Internacional cierra su sede en Hong Kong a causa de la Ley de Seguridad Nacional

El ente global que aboga por los derechos humanos anunció que retirará su presencia en el país semi-independiente y su oficina regional por temores a represalias concedidas en la legislación que entró en rigor en junio de 2020. “Cada vez nos es más difícil seguir operando en un entorno tan inestable”, manifestó la presidenta de la junta directiva de la ONG, Anjhula Mya Singh Bais.

Un nuevo golpe a las asociaciones civiles se produjo en Hong Kong este lunes 25 de octubre luego de que Amnistía Internacional (AI) anunciara el fin de su sede en el país asiático y el retiro de la oficina regional para los últimos días de 2021. Esta medida se produce por las influencias de la Ley de Seguridad Nacional que se impuso a mediados del año pasado y que recortó notablemente las libertades civiles.

A través de un comunicado, AI señaló que esta resolución es “tomada con pesar y motivada” por la Ley de Seguridad Nacional que “ha imposibilitado de manera efectiva” la labor de las organizaciones de derechos humanos de “forma libre y sin miedo a graves represalias por parte del Gobierno”.

La sección en Hong Kong, que se disolverá el próximo 31 de octubre, fue un espacio útil para el desarrollo de campañas de concientización en lo referido a los derechos humanos. Anjula Mya Singh Bais, presidenta de la junta directiva de AI, manifestó que “durante mucho tiempo” esta nación semiautónoma fue una base “ideal para organizaciones internacionales de la sociedad civil”.

El ambiente de represión y de perpetua incertidumbre hace imposible saber qué actividades pueden llevar a sanciones criminales

Por su parte, la regional –que aún no tiene fecha exacta para su punto final, pero lo hará antes de fin de año- abarcaba Asia Oriental, el sudeste asiático y Pacífico en su investigación de defensa de los derechos humanos. Sin embargo, Amnistía Internacional no dejará descuidada esta sección, sino que hará el trabajo desde otra locación.

AI corre la misma suerte de otras estructuras humanitarias que padecieron en los últimos meses. “La reciente focalización en grupos locales de derechos humanos y sindicatos es un síntoma de la intensificación de la campaña de las autoridades para deshacerse de las voces disidentes”, afirmó Singh Bais.

“El ambiente de represión y de perpetua incertidumbre hace imposible saber qué actividades pueden llevar a sanciones criminales”, cerró.

Las asociaciones civiles bajo el foco en Hong Kong

En los últimos dos años, el territorio asiático retrocedió considerablemente en materia de derechos humanos luego de una primavera donde la sociedad había salido a las calles a protestar por mejoras civiles, entre ellas, su sistema democrático.

Ahora, desde que se formó la Ley de Seguridad en junio de 2020, las organizaciones sociales debieron desertar, ser desmanteladas y sus referentes tuvieron que ocultarse o renunciar a su activismo amenazados con castigos penales que, en algunos casos, pueden alcanzar la cadena perpetua.

Amnistía Internacional es una más del medio centenar de organizaciones hongkonesas que desaparecieron en 2021, cuando decidieron salvaguardarse de ser acusadas bajo la polémica Ley de Seguridad Nacional.

Entre ellas están algunas como la Alianza de Hong Kong en Apoyo de los Movimientos Patrióticos Democráticos de China, el Wall-Fare que lucha por mejores condiciones para la población carcelaria, el sindicato de profesores o el Grupo de Apoyo a Abogados de Derechos Humanos

Por otro lado, el temor también alcanzó a asociaciones políticas como Studentlocalism, una organización estudiantil independentista que se disolvió horas antes de que entrara en función la ley de Seguridad Nacional. Sin embargo, sus sedes en Taiwán, Australia y Estados Unidos continúan funcionando.

Su líder, Tony Chung, fue la primera personalidad política arrestada en el marco de la nueva legislación. Sucedió en octubre de 2020 y otra vez en noviembre, esa vez sin posibilidad de fianza, acusado de publicar artículos sediciosos. También el miembro Tim Luk fue acusado de ayudar a fugitivos.

Otro caso emblemático fue el de Demosisto, una organización prodemocrática que luchaba por la autodeterminación de Hong Kong y que finalizó el mismo día que se puso en valor la ley. Su fundador, Joshua Wong, está encarcelado por participar en distintas manifestaciones.

Por Ramiro Cué Barberena-France24