El caso de la joven de 17 años fue caratulado como femicidio. En 2009, conmocionó a la sociedad sevillana y llevó a cuestionar el accionar de la Justicia. A pesar de que los culpables ya están cumpliendo sus condenas, el cuerpo nunca fue encontrado.
La tarde del sábado 24 de enero de 2009, Marta del Castillo Casanueva tenía varios planes para pasar el día, desde ir a pasear a un shopping con sus amigos hasta asistir a un taller de bordado. Sin embargo, a última hora, decidió encontrarse con su exnovio Miguel “Pitu” Carcaño. Antes de salir de su casa, le dijo a su mamá, Eva Casanueva, que tenía que “aclarar unas cosas” de su relación, pero jamás volvió. En ese entonces, tenía 17 años.
El caso no solo causó una gran conmoción por la desaparición de la joven, sino también por la falta de acción inmediata por parte de las autoridades. Al grito de “Todos somos Marta”, la sociedad española aún sigue reclamando la aparición de su cuerpo, cuyo paradero se desconoce.
Marta nació el 19 de julio de 1991 en Sevilla, Andalucía, España, en el seno de una familia tradicional. Vivía con sus papás, Eva Casanueva y Antonio del Castillo, junto a sus dos hermanas menores.
En cuanto entró en la adolescencia, conoció a Miguel Carcaño porque una de sus sobrinas iba al mismo colegio que ella. Ambos mantuvieron una relación amorosa corta, pero intensa. Al mes y medio, ella lo dejó porque “que era muy celoso y controlador”, según describió su mamá en el documental de Netflix, ¿Dónde está Marta? Aun así, en varias ocasiones se seguían viendo porque compartían amigos en común.
Por su parte, Miguel tenía 19 años, trabajaba como operario de limpieza en un local de apuestas y vivía en diferentes lugares. Por temporadas, dormía en el departamento de su hermanastro, Francisco Javier Delgado Moreno, que se ubicaba en la calle León XIII -a donde posteriormente fueron a buscar a Marta- aunque mayormente se quedaba en la casa de quien era su novia en ese momento, Rocío Pérez, de 14 años.
Cronología de una pesadilla
Ese 24 de enero, Marta salió de su casa a las 17:30 para encontrarse con Miguel. Ella siempre solía avisar cuando llegaba o dónde estaba, pero ese día no lo hizo. Cuatro horas más tarde, sus padres, Eva y Antonio, la llamaron varias veces, pero no respondió. En ese momento, las sospechas de que algo malo le había pasado comenzaron a aparecer, por lo cual decidieron extender la búsqueda.
Luego de una hora y media intentando contactarla, la mamá empezó a llamar a sus amigos, aunque ninguno tenía idea de dónde podía estar la joven. Eso sí, algunos le confirmaron que la última vez que la habían visto, estaba con Miguel.
Por esta razón, decidió llamar a Samuel Benítez Pérez, uno de los mejores amigos de Carcaño, y algo le llamó la atención. En cuanto el chico atendió la llamada, Casanueva se dio cuenta de que estaba en una fiesta porque la música estaba alta, aunque su respuesta fue lo que más la descolocó: “Yo no sé nada, estoy en Montequito (a 15 kilómetros de Sevilla). Solo sé que Miguel dejó a Marta en su casa a las 12″, afirmó Benítez. Sin embargo, al ver el reloj, Eva se dio cuenta de que recién eran las 23:45.
Posteriormente, también se comunicó con otro de los amigos más cercanos a Miguel, Javier “El Cuco” García Marín, quien también juró no saber nada sobre el paradero de la joven.
Una hora más tarde, Antonio, el papá de la chica, decidió presentarse en la casa del exnovio de su hija. Desde afuera, se veía que estaba todo oscuro y que mantenía las persianas bajas. Golpeó varias veces, pero nadie salió.
Eva intentó contactar al chico y, en cuanto le contestó, le dijo que la había dejado en la cristalería -un local que quedaba cerca de su casa- y que no supo nada más de ella. Luego de cortar la llamada, la mujer sospechó que no le estaba diciendo la verdad, así que volvió a marcar el mismo número y lo amenazó con denunciarlo a la Guardia Civil. Él solo contestó “vale”.
En aquella noche fría y lluviosa de invierno, familiares y amigos de Marta salieron a buscarla por las calles de Sevilla. En la madrugada, alrededor de las 2:00, el padre se presentó en la comisaría a realizar la denuncia por desaparición. “Se habrá ido de fiesta”, “Quizás se quedó a dormir en lo de una amiga”, le respondieron los oficiales con tranquilidad. El operativo de búsqueda de Marta se activó recién después de 17 h.
Una macabra confesión y las múltiples versiones
En los días posteriores, los allegados a Marta movilizaron una gran campaña de búsqueda, difundiendo las características de la joven a través de Internet y empapelando la ciudad con su foto. En poco tiempo, los vecinos de Sevilla se unieron a la causa y hasta llegaron a manifestarse en varias plazas céntricas para pedir que se investigue con mayor rapidez.
En la primera indagatoria, Miguel Carcaño declaró que había dejado a su expareja a las 21:30 en la puerta de la cristalería Tharsis. Para este momento, se había convertido en el principal sospechoso, ya que se creía que había sido la última persona en ver con vida a Marta. Sin embargo, esta versión dio un giro -momentáneo- cuando una vecina afirmó haber visto a la joven en la puerta de su casa a las 21:35.
Este testimonio demoró la investigación debido a que no se descartaba ninguna hipótesis. Pasaron tres semanas hasta que el Juzgado de Instrucción N° 4 de Sevilla ordenara la detención de Miguel Carcaño,luego de encontrar manchas de sangre de la joven en la campera que había usado esa noche.Así fue cómo el 14 de febrero confesó haber matado a su exnovia con un cenicero y haber tirado su cuerpo al río.En el Día de los Enamorados, una casualidad escalofriante.
A su vez, detuvieron a Samuel Benítez Pérez y a Javier “El Cuco” García Marín por presunta complicidad. Dos días después, el hermanastro de Miguel, Francisco Javier Delgado (40), fue implicado en la causa y también quedó privado de su libertad.
Al mismo tiempo, la Policía inició la búsqueda del cuerpo de Marta en el río Guadalquivir, en el punto donde indicó Miguel que la había dejado. Sin embargo, 10 días después la suspendieron sin éxito.
Lo que vino después fue una serie de declaraciones contradictorias por parte de los acusados que derivaron en una investigación sin fin. En un primer momento, Carcaño contó que había discutido con Marta en el departamento de su hermanastro y que, durante la pelea, la golpeó con un cenicero en la cabeza. Luego, sus amigos Samuel y “El Cuco” lo ayudaron a deshacerse del cadáver en el río.
Meses después, Miguel pidió volver a declarar, aunque con detalles muy distintos: supuestamente, él y “El Cuco” violaron a la joven y luego la mataron estrangulándola con un cable.
Si bien esa no fue la última declaración que hicieron, en los siguientes 10 años de la desaparición de la chica, ofrecieron siete versiones diferentes, entre las cuales modificaron constantemente la autoría del homicidio, el lugar en donde la dejaron y los implicados en el crimen.
Luego de una extensa investigación, en enero de 2012, la Justicia dio a conocer las condenas para los imputados en la causa: Miguel Carcaño fue sentenciado a 21 años y 3 meses de cárcel, y si tiene buena conducta podrá quedar en libertad cuando haya cumplido las tres cuartas partes de su pena; mientras que Francisco Javier Delgado y Samuel Benítez quedaron en libertad.
Con respecto a Javier “El Cuco” García, estuvo detenido en un centro de menores desde el 13 de febrero de 2009 -ya que al momento del hecho tenía 15 años- y permaneció allí hasta marzo del 2013. Sin embargo, en 2022, fue condenado a dos años y medio de cárcel, ya que se comprobó que brindó falso testimonio en el juicio del 2011.
En el 2020, la Justicia reabrió el caso, pero esta vez apuntando contra Francisco, el hermanastro de Miguel, como el autor del homicidio. Esto se llevó a cabo luego de que la familia presentara pruebas que señalaban el motivo del asesinato de Marta para ocultar una estafa.
Para este punto, los investigadores tomaron como válida una de las versiones que había dado Carcaño: supuestamente Delgado mató a la chica de un golpe en la cabeza y luego se deshicieron del cuerpo en una finca. Para Antonio Castillo, esta es la hipótesis que más “se acerca a la verdad”, quien hasta llegó a visitar al condenado por la muerte de su hija en la cárcel para ofrecerle dinero a cambio de información del paradero del cuerpo.
A pesar de que la investigación no prosperó y la causa se cerró en noviembre de 2022, los padres de Marta del Castillo aún marchan cada 24 de enero para pedir justicia por su hija. Según Eva y Antonio, la herida que dejó su ausencia nunca termina de cicatrizar, aunque la esperanza de encontrar sus restos es la razón por la cual siguen levantándose todos los días: “La luz de la cocina queda encendida todas las noches y es el faro que señala que acá está su casa”, expresaron.
Por Julieta Ortiz-TN