El hipnotizador habló en “Mano a Mano con Monserrat” sobre su profesión y su vida.
El master en control mental nació en Buenos Aires en el Sanatorio Mitre y cumplió 44 el jueves pasado. Contó que su infancia fue como un cuento fantástico porque viajaba con sus padres que también hacían espectáculos de hipnosis: “Cuando yo todavía no estaba se presentaban como Tusam y la sugestiva Zulma”. Reconoció que se parece más a su mamá y que como su papá era tecnológico tuvo telescopios, microscopios y sabía hacer fotografías y revelarlas él mismo desde muy chico.
“Tusam significa técnica, unción, sabiduría, amor y un poco de mística” aclaró y añadió que no es ni ilusionista ni mago, por más que muchos lo hayan catalogado de tal y que no sabe hacer trucos: “Es un arte que aprecio ver, que me entretiene, pero no lo sé hacer”. Indicó que de muy chico entendió qué lugar ocupa, de qué trabaja y trata de manejarse profesionalmente y opinó que en Argentina seguimos buscando un cacique en vez de crear un buen sistema político.
Expresó que le pone mal ver gente en la calle, que la injusticia lo enoja y que intenta mirar siempre hacia adelante y generar cosas: “Hace unos años estaba muy triste por la muerte de mi papá pero aprendí a soltar y pude volar más”. Además explicó que no es de darse por vencido y busca siempre la oportunidad de aprender y mejorar. Aseguró que su trabajo lo ayuda a vivir: “Poder hacer cosas nuevas y ejecutarlas, es el motor que me impulsa”.
Después del Teatro Rodas, en el que le quedan dos fines de semana, y tres Luna Park, en noviembre se va a Perú con un grupo de meditación y en diciembre tiene “Punta del Este te hipnotiza”. Además tiene una meditación de realidad virtual creada por ingenieros de la Universidad de Orlando. Admitió que a veces falló al hipnotizar: “Si no se da la concentración no es que no sos hipnotizable, sino que hoy y ahora no se dio. La hipnosis es un trabajo de a dos”.
*Podés escuchar “Mano a Mano con Monserrat” todos los martes a las 21 hs por Radio Zónica.
