Chubut Para Todos

Todo es parte de un plan (Primera Parte)

Existe un marcado error en el grueso de los comentaristas y cientistas políticos que consideran las expresiones públicas del presidente Milei como desvaríos, síntomas de alguna enfermedad mental o simplemente provocaciones y encubrimientos de derrotas políticas con actitudes protoinfantiles de develamiento del adversario o doblamiento de apuestas. Nada de eso. Sus expresiones públicas a través de los medios no hacen más que expresar su ideario político, la ideología a la cual adscribe y que el mismo la ha definido como “anarco-capitalismo” o liberalismo libertario, o expresiones del mismo tenor.

Pero repasemos algunas de ellas para definir claramente de qué hablamos:

“Entre la mafia y el estado, prefiero la mafia. La mafia tiene códigos, la mafia cumple, no miente, la mafia compite.”

“El estado es el pedófilo en el jardín de infantes, con los nenes encadenados y bañados en vaselina”.

“Soy el general AnCap (anarco-capitalista). Vengo de Liberland, una tierra creada por el principio de apropiación originaria del hombre. Mi misión es cagar a patadas en el culo a keynesianos y comunistas hijos de puta”

“La era del estado presente se ha terminado”

“No hace falta que el mundo tenga que sufrir semejante debacle para escapar de las ideas del socialismo. Yo vengo de un futuro apocalíptico para evitarlo. Algo así como la historia de Terminator. Bueno de hecho Schwarzenegger es libertario”.

Para no aburrir, puesto que son todas las declaraciones suficientemente explícitas para desarrollar nuestro punto, vamos a la última, publicada el 6 de junio: “Soy un topo. Soy el que destruye el estado desde adentro”.

Y recordemos ese casi sketch cómico donde con total violencia, con una maza, destruye literalmente un símil del Banco Central hecho en telgopor con una furia y saña infinita.

Históricamente los anarquistas y los comunistas comparten la idea de un Estado sin clases sociales, pero difieren en cómo creen que se logra ese objetivo y en el papel del Estado en ese proceso.

Los anarquistas abogan por la destrucción inmediata y total del Estado, considerándolo una institución opresiva que perpetúa la jerarquía y la injusticia. Prefieren la organización descentralizada y la toma de decisiones directa por parte de la comunidad.

Por otro lado, los comunistas, en su visión tradicional, buscan primero tomar el control del Estado para luego usarlo como una herramienta para erradicar las clases sociales y establecer una sociedad sin clases. Posteriormente, en su ideal final, prevén la desaparición del Estado una vez que se alcance el comunismo pleno, pero esta transición es vista como un proceso gradual y no necesariamente inmediato.

En resumen, los anarquistas desean la abolición violenta e inmediata del Estado, mientras que los comunistas ven al Estado como una herramienta temporal en el camino hacia una sociedad sin clases. 

Algo de bibliografía clave que discuten las diferencias entre anarquistas y comunistas en relación con la abolición o extinción del Estado:

  1. “El Estado y la Revolución” de Vladimir Lenin: En este libro, Lenin expone la teoría marxista-leninista sobre el Estado y su papel en la transición hacia el comunismo.
  2. “El anarquismo: de la teoría a la práctica” de Daniel Guérin: Guérin ofrece una visión general del anarquismo, incluyendo su postura respecto al Estado y su diferencia con otras corrientes políticas, como el comunismo.
  3. “El capital” de Karl Marx: Aunque no aborda directamente la cuestión del Estado en relación con el anarquismo y el comunismo, esta obra es fundamental para comprender las bases teóricas del comunismo y su crítica al capitalismo.
  4. “El anarquismo” de George Woodcock: Woodcock ofrece una visión general del anarquismo, incluyendo su postura respecto al Estado y su diferencia con otras corrientes políticas.

Estas obras proporcionan una base sólida para entender las diferencias entre el enfoque anarquista y comunista hacia la abolición del Estado.

Ahora bien, el anarco-capitalismo es una filosofía política que aboga por la eliminación del gobierno y la regulación en favor de un sistema basado en la propiedad privada, el libre mercado y la competencia voluntaria. Busca un orden social donde todas las relaciones humanas sean voluntarias y no coercitivas, incluyendo la provisión de servicios que tradicionalmente son responsabilidad del gobierno, como la seguridad y la justicia, que serían proporcionados por empresas privadas competitivas.

El anarco-capitalismo, hasta ahora, era más una teoría que una práctica establecida a nivel de sociedad. Sin embargo, hay ejemplos históricos y contemporáneos de sociedades y comunidades que se han aproximado a ciertos aspectos del anarcocapitalismo, como las Zonas Económicas Especiales en Hong Kong, donde se aplicó una forma de gobierno mínimo y se permitió un mercado libre relativamente sin regulaciones. Otros ejemplos incluyen experimentos de ciudades privadas como Gurgaon en India y Seasteading en el océano Pacífico, donde se han implementado sistemas de propiedad privada y servicios gubernamentales mínimos. Estos casos muestran algunas de las ideas subyacentes al anarcocapitalismo en acción, aunque no son una aplicación completa de la teoría. También en Estados Unidos está la experiencia que se denominó “Proyecto del Pueblo Libre” y nació en 2003 en Grafton, un pueblo de solamente mil habitantes en el Estado de New Hampshire. La experiencia terminó muy mal, los osos de un bosque cercano se adueñaron de la ciudad y todos debieron huir despavoridos. 

Algunos de los principales teóricos del anarco-capitalismo incluyen a:

  1. Murray Rothbard: Autor de “La ética de la libertad” y considerado uno de los fundadores del anarco-capitalismo moderno.
  2. David D. Friedman: Autor de “La maquinaria de la libertad”, donde explora cómo podrían funcionar las instituciones en una sociedad anarco-capitalista.
  3. Hans-Hermann Hoppe: Conocido por sus escritos sobre teoría de la democracia y teoría de la argumentación, también ha contribuido al desarrollo del anarco-capitalismo.
  4. Ayn Rand: Aunque no se identificaba específicamente como anarco-capitalista, sus ideas sobre el individualismo y el capitalismo laissez-faire han influido en la filosofía subyacente del anarco-capitalismo.

Como corolario, recordemos que en otro sincericidio el propio Javier Milei, entre sonrisas y después de su triunfo reconoce que nunca pensó en realmente ganar las elecciones, y remató diciendo “¿como me van a votar a mí?”

Por Lucio Santini