Hablaron de acuerdos legislativos y aprendizaje de gestión. Bronca de la UCR cordobesa y preocupación de Luis Juez.
El gobernador Juan Schiaretti sumó caras nuevas a la colección de fotos con figuras radicales en su despacho del Centro Cívico del Bicentenario. Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti, referentes de Evolución, el espacio del radicalismo que tiene como presidente de bloque en Diputados a Rodrigo De Loredo, llegaron este viernes a Córdoba y se reunieron con el mandatario provincial, en otro gesto que enardeció los ánimos de la pata cordobesa de Juntos por el Cambio (JxC).
La foto oficial fue difundida por el equipo de prensa del gobierno cordobés con la misma leyenda con la que se informa cada uno de los encuentros con los que, desde sus oficinas, Schiaretti busca meterse en la discusión nacional. Los porteños y el cordobés se reunieron para “dialogar sobre temas de interés común”, señala el escueto comunicado que generó otro alboroto en la interna del radicalismo mediterráneo, que sigue cuestionando los movimientos que a nivel nacional parecen acercar posiciones con Schiaretti, uno de los hombres a vencer para gobernar la provincia a partir de 2023.
“Qué bueno sería que cuando dirigentes de otros distritos vengan a la provincia, antes de ir al Panal pasen un ratito por la Casa Radical así les contamos la verdad de cómo está Córdoba y no se queden con lo que ven en la publicidad oficial. Les dejo la dirección: Bv. San Juan 209”, escribió, ácido, en su cuenta de Twitter Marcos Carasso, el diputado que preside el Comité provincial. Detrás de ese mensaje debe leerse el posicionamiento de una buena parte de la dirigencia boinablanca mediterránea, a la que las visitas de referentes nacionales suele dejar descolocada a la hora de proyectar la discusión electoral. Entre ellos, algunos pesos pesados como Mario Negri y Ramón Mestre.
Según advirtieron los visitantes, en la reunión se analizó la situación nacional y se puso el ojo sobre algunos acuerdos que abran la posibilidad de trabajar en conjunto para destrabar iniciativas que duermen en el Congreso y que interesan a ambos sectores. “Coincidimos en la necesidad de más y mejor diálogo entre todos aquellos que sinceramente queremos trabajar por un país mejor. Nosotros aspiramos a gobernar la Ciudad de Buenos Aires y es importante escuchar la experiencia de gobernadores, como la de Schiaretti en Córdoba”, afirmó el senador porteño en Twitter tras el encuentro, y convocó a “aprovechar todas las capacidades y actuar colectivamente para resolver los problemas de los argentinos y las argentinas”.
Con la visita de Lousteau y Yacobitti se completa el cuadro de los principales referentes radicales sentados a la mesa de Schiaretti. El primero fue Gerardo Morales, allá por febrero de este año. El segundo fue Facundo Manes. Si bien en el entorno del neurocirujano advirtieron que la decisión del diputado es no romper ni abrirse de Juntos por el Cambio, las versiones de una fórmula compartida empezaron a recorrer el mundillo político cordobés con una clara intención de calar a nivel nacional.
Hace apenas unos días, Manes elogió a Schiaretti y, a mediados de esta semana, la radical Miryan Prunotto levantó el pulgar cuando le consultaron por un binomio encabezado por el radical que contemplase al cordobés como compañero de fórmula. “No lo vería mal, pero lo veo difícil”, dijo en una entrevista televisiva en la que reafirmó su deseo para que las listas de JxC sean encabezadas por radicales. “Algún sapo nos tendremos que tragar. No digo que Schiaretti sea un sapo, pero sería algo distinto. Yo no lo veo mal, porque ha sido un buen gobernador para la provincia de Córdoba”, agregó.
Cómo hacer para que esos coqueteos no impacten en el armado de Córdoba es el principal problema que atañe a JxC. Ese malestar no solo pega de lleno en la conducción del radicalismo local, sino que también es visto con preocupación por el líder del Frente Cívico, Luis Juez.
El senador, lanzado a la gobernación, ya lo ha manifestado públicamente. Sabe que cualquier tipo de armado nacional que contenga a Schiaretti no podrá trasladarse a la experiencia provincial, algo en lo que coinciden cerca de De Loredo que, aliado legislativo de Lousteau, desdramatiza el encuentro. La diferencia es que Juez entiende que la llegada de referentes cambiemistas al despacho del mandatario local solo le sirven a la proyección del jefe máximo del peronismo cordobés. En su entorno afirman que ese juego “empioja” y complica el panorama, sobre todo en tiempos en que la campaña exigirá posturas más claras a la hora de diferenciar propuestas y proyectos.
En el entorno de Lousteau confirmaron que la reunión con Schiaretti estuvo antecedida de un encuentro con De Loredo y Marcos Ferrer, intendente de Río Tercero y armador deloredista, mientras que afirman que el arribo al Panal no persiguió intenciones de “molestar” a nadie. “Mi corazón está con de Loredo, pero la decisión será de los cordobeses”, posteó Lousteau. Sin embargo, el resultado en la provincia parece haber sido exactamente el contrario. Envalentonado con su proyección nacional, Schiaretti mira el pago chico y sonríe.
Por César Pucheta – Letra P