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¿Por qué el oro se convirtió en el nuevo objetivo ruso de Occidente?

Los líderes de las economías desarrolladas más grandes del mundo se comprometieron este martes a limitar al máximo los ingresos de Rusia, que hoy en día se sostiene de las exportaciones minero-energéticas. El oro es ahora el blanco de las sanciones.

Después de haber arremetido contra el petróleo ruso, Estados Unidos y sus aliados apuntan ahora a la segunda industria de exportación más grande del país exsoviético después de los hidrocarburos: el oro.

Este martes 28 de junio de 2022, las naciones del Grupo de los Siete (G7) acordaron prohibir las importaciones de oro ruso en la más reciente ronda de sanciones por la invasión de Ucrania por parte del presidente ruso, Vladimir Putin.

En el caso de Francia, Alemania e Italia, el veto al oro ruso es un propósito aún por concretar, ya que toda nueva sanción debe ser asumida por el conjunto de los 27 miembros de la Unión Europea.

La Casa Blanca cree que el Kremlin ha usado el oro para respaldar a su moneda como una forma de eludir el impacto del castigo de Occidente. Una forma de hacerlo es cambiar el oro por divisas más líquidas que no estén sujetas a las sanciones actuales.

La importancia del oro ruso para las finanzas del Gobierno de Putin

Rusia produce alrededor del 10% del oro extraído a nivel mundial cada año y es la mayor exportación no energética del país. Además, comparte el segundo puesto de producción con Australia, solo superados por China.

El oro es un activo crucial para el Banco Central ruso, que se ha enfrentado a restricciones para acceder a algunos de sus activos en el extranjero debido a las sanciones occidentales. Washington estima que tiene reservas por entre 100.000 millones de dólares y USD 140.000 millones de dólares.

El 90% del oro ruso se vende a países del G7 © France 24

El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo en las reuniones del G-7 en Elmau, Alemania, que la prohibición sobre el oro “golpeará directamente a los oligarcas rusos y atacará el corazón de la maquinaria de guerra de Putin”.

En efecto, los países del G7 compran un 90% de este mineral proveniente de Rusia, lo que equivale a unos 19.000 millones de dólares anuales.

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