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Omar Narváez: “El retiro está cerca y no tengo margen de error”

El boxeador analiza la pelea ante Popatov y el impacto que puede tener sobre su futuro.

Los años se van apilando en su espalda y los cabellos son cada vez más escasos sobre su cabeza. El tiempo avanza inexorablemente sobre la vida del boxeador. Pero el hambre de gloria del hombre permanece intacta, perenne. A los 42 años, tras 16 meses de inactividad, Omar Andrés Narváez (53,450 kg) volverá a subir a un ring de manera oficial hoy, ante el ruso Nikolai Potapov (53,350 kg), con el objetivo de revalidar su vigencia y acceder en el corto plazo a una chance mundialista contra el sudafricano Zoloni Tete, monarca gallo de la Organización Mundial de Boxeo. “La edad es un condicionante, pero también es un aliciente para encarar el desafío con mayor responsabilidad. El final de mi carrera está cerca y lo quiero hacer a lo grande”, lanza el Huracán, apenas arranca la charla con la nacion. Bajo su piel vive la lenta sensación de estar frente a un momento decisivo de su vida profesional.

El combate que se desarrollará en el estadio de Obras Sanitarias, en el porteño barrio de Núñez, será determinante para delinear los últimos momentos de una carrera que acumula 17 años de profesional, 31 duelos por el título y dos coronas mundiales (mosca y supermosca). Un triunfo ante Potapov, Nº 2 del ranking gallo OMB, dejará a Narváez ante la chance de ser el primer argentino en obtener tres cetros en diferentes pesos. Sin embargo, una derrota lo forzará a un retiro sin el reconocimiento que merece su talento. “No hay margen de error, ésta es la última chance para volver a hacer historia”, admite Omar, que desde su derrota por nocaut ante el japonés Naoya Inoue, a fines de 2014, sólo hizo tres combates, con rivales pocos exigentes a los que venció por puntos.

-¿Por qué seguís boxeando a los 42 años?

-Yo siempre tuve como prioridad la gloria deportiva, hacer historia en el boxeo. Y esta posibilidad de sumar un tercer título mundial me motiva mucho. Soy de los que siempre van para adelante, no le tengo miedo al fracaso. Si hubiese sido un conformista ya estaría retirado. Sin embargo, prefiero arriesgar y sacarme la duda de hasta dónde puedo dar…

-¿En esa ambición de hacer historia no tenés miedo de perder tu prestigio?

-No lo siento así. Nada va a opacar todo lo bueno que hice en 17 años de carrera profesional. Mal que le pese a muchos, durante 12 años fui bicampeón mundial y logré ser el boxeador argentino con mayor cantidad de peleas mundialistas ganadas. En este desafío tengo mucho más para ganar que para perder.

-¿Qué te reprochás de tu carrera?

-Casi no tengo reproches. Tal vez, económicamente, podría haber ganado mucho más de lo que gané. Lamento no haber tenido la suerte que tuvieron otros que se salvaron para toda la vida en una pelea.

-¿Qué te faltó para lograr el reconocimiento masivo que lograron otros con menos méritos deportivos?

-Elevar un poco más el perfil o salir a contar historias por programas de televisión. Acá vende más el show que el trabajo y el profesionalismo. ¿Es común que la Argentina tenga durante 12 años consecutivos un campeón mundial? No. Pero todavía hay periodistas de boxeo que me cuestionan y no valoran mis logros.

Más allá de la veteranía, las estadísticas de Narváez son contundentes. Con un récord de 46 victorias, 2 reveses y 2 empates, es el tercer púgil con más peleas titulares (31) en la historia del boxeo mundial (detrás del mexicano Julio Cesar Chávez, con 37, y del estadounidense Bernard Hopkins, con 33). Su rival, Nikolai Potapov, es todo una incógnita. A los 27 años cuenta con poco roce internacional y ostenta un récord de 17 triunfos (8 KO) y un empate. “Espero ganarle a Potapov, pelear con Zoloni Tete y que con el tiempo se me reconozca un poco más”, comenta ilusionado el Huracán, quien tras una década entrenando solo contrató al cubano Franklin Aldama para que lo guíe en el rincón. “Necesitaba recuperar motivación y una voz de mando que me ordene y me exija”, reconoce.

-¿Qué sabés de tu rival?

-Es joven, fuerte, veloz y técnicamente prolijo, pero bastante lineal. A pesar de que es 15 años menor que yo, confío plenamente en mis condiciones para ganar.

-Vas a pelear en un peso antinatural a tu cuerpo, ¿cómo te sentís en gallo?

-A diferencia de mi primera experiencia en la categoría gallo (perdió por puntos con Nonito Donaires, en 2011), mi cuerpo está adaptado mucho mejor a los 53,500 kg. Por cuestiones naturales doy ventajas de talla y potencia, pero me siento fuerte. Al no exigirme al extremo para dar el peso, físicamente estoy muy bien. Yo no necesito de tamaño y potencia para ganar, confío mucho en mi velocidad y mi movilidad para atacar.

-¿Si perdés te retirás?

-El retiro está cerca y no tengo margen de error. Si se da, bien. Y si no se da, me quedaré tranquilo por haberlo intentado. Una derrota es el límite.

por Andrés Vázquez