Chubut Para Todos

Nicole Neumann: “Ver un hombre dudar me la baja”

La modelo se anima a redescubrirse y habla de su nueva vida y la posibilidad de volver a enamorarse: “ver a un hombre dudar me la baja”.

Nicole Neumann acaba de divorciarse del padre de sus hijas, Fabián Cubero (39) después de 11 años de amor. Aunque para ella fue “ponerle firma a una gran frustración”, está dispuesta a sanar y que su corazón a ser conquistado por un hombre “que lleve los pantalones más puestos que yo”

–¿Por qué no tenés suerte en el amor?

–Bueno, una relación de once años hoy en día es un gran éxito (se ríe). Soy demasiado inquieta, curiosa. Me niego a quedarme en la zona de confort. Apunto a la excelencia, a aprender de a dos, a la evolución con quien tengo al lado…

–¿El divorcio deja cicatrices?

–Para nada. Siempre fui noviera y no hay mejor estado que el estar enamorado. Hoy no busco un nuevo amor, pero lo espero con los brazos abiertos. Después de todo, el matrimonio es un gesto superficial, te diría. Yo creo –y no voy a dejar de creerlo jamás– en el amor para toda la vida.

–¿Cómo deberá ser quien vuelva a enamorarte?

–A mí gusta el rey de la selva. Quien titubeó en el camino, quedó. Para mí, la admiración siempre fue a la par de la libido. Ver a un hombre dudar me la baja.

Nicole Neumann, divorciada busca nuevos rumbos: viajar, conocer gente y estudiar. (Foto Christian Beliera/GENTE)

Nicole Neumann, divorciada busca nuevos rumbos: viajar, conocer gente y estudiar. (Foto Christian Beliera/GENTE)

–¿Y ahora hacia dónde vas?

–Todavía debo asimilar y acomodar la frustración. Después quiero viajar, nutrirme, conocer gente. Fabián era clásico, demasiado estructurado, y por ahí caíamos siempre en los mismos lugares… ¡Yo necesito movimiento! Acabo de renovar mi curso de buceo, algo que a él tampoco le gustaba hacer, y que por eso fui relegando… ¡Ay, quiero bucear! (dice entusiasmada). Finalmente, quiero estudiar Psicología, algo que siempre me gustó.

–¿Qué lección te dejó esta tormenta?

–Que la costumbre nunca es buena y la felicidad merece que nos la juguemos por ella. La mejor herencia que puedo dejarles a mis hijas es demostrarles lo importante que es elegir y elegirse, aunque eso implique volver a empezar.

“Siempre me gusta jugármela y vivir la vida a pleno”.

“¿Cirugías? Cero”, aclara la bella rubia, de 36 años.

Por Sebastián Soldano