Este miércoles 7 de agosto, el jefe del Ejército de Bangladesh, el general Waker-Uz-Zaman, anunció que se espera que Muhammad Yunus, nobel de la paz de 2006, juramente como líder del gobierno interino. De esta manera, se oficializará la sucesión del poder tras la dimisión de Sheikh Hasina como primera ministra. A continuación, revisamos el perfil de Yunus, quien tomará las riendas del país asiático ante una crisis y protestas que han dejado más de 400 muertos.
Se le conoce como el “banquero de los pobres”. Muhammad Yunus, de 84 años, se prepara para encabezar un gobierno de transición en Bangladesh, aunque, según él mismo reconoce, “siempre ha mantenido la política a distancia”.
Yunus, quien obtuvo el premio Nobel de Paz en 2006, emitió este miércoles su primer comunicado oficial desde que aceptó tomar las riendas del país asiático y aseguró que la juventud bangladesí está “preparada para liderar la creación de un nuevo mundo”.
“No perdamos la oportunidad entrando en una violencia sin sentido (…) Si tomamos el camino de la violencia todo será destruido”, agregó.
A su vez, instó a los partidos políticos de Bangladesh a “mantener la calma”, y remarcó “las posibilidades apasionantes que tiene el país” para, según él, hacerlo “maravilloso para nosotros y para nuestras futuras generaciones”.
Yunus ya había hecho referencia a las manifestaciones estudiantiles que le dieron un cambio de rumbo al país asiático; en diálogo con el Financial Times, el nobel de paz aseguró que “dados los sacrificios realizados por los estudiantes, en particular los que perdieron la vida por la liberación de nuestra nación, no estoy en condiciones de decirles que no (a asumir el liderazgo)”.
Actualmente, Yunus reside en Europa por razones médicas y se espera que regrese a Bangladesh el 8 de agosto e, inmediatamente, se ponga en la tarea de reconstruir su país.
Padre del microcrédito
Muhammad Yunus debe su fama mundial al Premio Nobel de la Paz concedido en 2006 por su contribución al desarrollo económico de su país.
Este economista ha contribuido a erradicar la pobreza extrema en Bangladesh ofreciendo microcréditos a decenas de millones de mujeres de las zonas rurales a través de su Grameen Bank (el “banco de la aldea”), co-ganador del Nobel.
“Los seres humanos no nacen para sufrir miseria, hambre y pobreza”, dijo Yunus al recibir el Premio Nobel.
Tras recibir el premio, consideró la posibilidad de crear un partido, pero abandonó rápidamente la idea. Esta decisión le ganó la enemistad persistente de la élite gobernante, en particular de la ahora ex primera ministra Sheikh Hasina. La popularidad del economista lo convirtió en un rival potencial.
Con el fin del mandato de la ‘dama de hierro’, la figura de Muhammad Yunus surgió con toda naturalidad. La decisión de “formar un gobierno provisional (…) con Yunus a la cabeza” se tomó en una reunión entre el presidente Mohammed Shahabuddin, altos responsables del Ejército y dirigentes de la agrupación Estudiantes contra la Discriminación, principal movimiento impulsor de las protestas iniciadas a principios de julio, según anunció la Presidencia a primera hora del miércoles 7 de agosto.
No apartar la vista de la pobreza “flagrante”
Yunus nació el 28 de junio de 1940 en una familia acomodada de Chittagong, hijo de un próspero joyero. Su madre, Sofía Khatun, tuvo una gran influencia en su vida: ayudaba constantemente a los pobres que le pedían caridad.
Estudió economía en Estados Unidos y se doctoró en “Economía y Desarrollo”. Después, dio clases en la Universidad de Colorado durante siete años.
Regresó a Bangladesh en 1972, un año después de la independencia del país. Asumió la dirección del Departamento de Economía de la Universidad de Chittagong; su trabajo se centró inmediatamente en la pobreza, acentuada por la gran hambruna de 1974. Este episodio, que se cobró 1,5 millones de vidas, le impresionó profundamente.
“La pobreza era flagrante, por todas partes, y yo no podía apartar la vista”, relató en la conferencia de prensa del Premio Nobel de la Paz en 2006. “Me resultaba difícil enseñar bellas teorías económicas en un aula universitaria (…). Tenía que hacer algo inmediatamente para ayudar a la gente que me rodeaba”.
En 1976, decidió utilizar su propio dinero para conceder préstamos a largo plazo a empresarios pobres que no podían acceder a los créditos bancarios tradicionales. Muhammad Yunus prestó 850 takas (moneda bangladesí) a 42 mujeres pobres de Jobra -territorio de Chittagong- que antes se habían visto obligadas a pedir préstamos a intereses con tasas usurarias.
Fue un éxito. Repitió la operación e intentó convencer a los bancos para que se sumaran a la iniciativa, pero fue en vano. Decidió entonces crear su propia estructura, que nació en 1983: el Banco Grameen.
¿Qué tenía de especial el programa? La concesión de préstamos a grupos de cinco prestatarios, todos ellos corresponsables del reembolso. Una forma de obligar al grupo a seleccionar solo a personas de confianza y a asegurarse de que cada miembro utilizaba el préstamo correctamente.
“Hemos creado un mundo sin esclavitud, un mundo sin viruela, un mundo sin apartheid. Crear un mundo sin pobreza sería el mayor de todos estos logros y los reforzaría”, predica Muhammad Yunus. “Un mundo en el que todos pudiéramos estar orgullosos de vivir”.
En 2011, el gobierno lo obligó a abandonar el Banco Grameen, alegando que había superado la edad de jubilación obligatoria. Yunus impugnó la decisión, pero fue confirmada por el más alto tribunal del país. Sus partidarios atribuyen su salida a Sheikh Hasina, que le acusó de “chupar la sangre de los pobres” con sus tipos de interés. Tras las acusaciones de malversación de 96 millones de dólares en ayudas de Noruega al Banco Grameen, una investigación lo exculpó completamente en 2011.
Objeto de cientos de procesos judiciales
En los últimos años, Yunus ha sido objeto de decenas de procesos judiciales y de una agresiva campaña por parte de una organización estatal, que le ha acusado de promover la homosexualidad.
En enero, un tribunal de Daca condenó a Muhammad Yunus y a tres de sus socios a seis meses de cárcel por infringir la legislación laboral. No obstante, quedaron en libertad bajo fianza y negaron los cargos. Al respecto, la ONG Amnistía Internacional consideró que el caso tenía motivaciones políticas.
El nobel fue finalmente absuelto en una apelación tras haber sido condenado en primera instancia, según anunció su abogado este miércoles 7 de agosto, en vísperas de su regreso al país.
Ahora, a las puertas del poder, no quiere quedarse con él y tiene la intención de dimitir en cuanto se restablezca el proceso democrático.
“Es esencial que se restablezca rápidamente la confianza en el Gobierno”, declaró el economista al Financial Times, añadiendo que no pretendía ser elegido ni nombrado más allá del periodo provisional.
“Necesitamos calma, necesitamos una hoja de ruta para nuevas elecciones y necesitamos ponernos a trabajar para preparar un nuevo liderazgo”, añadió.
“En los próximos días hablaré con todas las partes implicadas sobre cómo podemos trabajar juntos para reconstruir Bangladesh y cómo pueden ayudarnos”.
Uno de los primeros retos a los que se enfrenta Yunus es restablecer la ley y el orden tras semanas de protestas mortales. “Tendrá que hacer frente al déficit de confianza que existe en la sociedad” entre la población y el Estado, afirma Mubashar Hasan, investigador especializado en autoritarismo asiático de la Universidad de Oslo, en diálogo con CNN.
El establecimiento de “procedimientos judiciales que aborden las flagrantes violaciones de los derechos humanos cometidas en las últimas semanas y en la última década” será la prioridad, continuó Hasan.
Para Niloy Biswas, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Daca, entrevistado por CNN, el nuevo Gobierno deberá ante todo “abrir investigaciones para garantizar justicia a los cientos de inocentes que han perdido la vida”.
Por:Assiya Hamza-France24