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Menotti: “La crisis del fútbol argentino es tan grande que no se resuelve ni ganando el Mundial”

Tiene la voz gastada, pero la memoria intacta. A César Luis Menotti (Rosario, 1938) le gusta hablar de música, de literatura y de política; pero, sobre todo, de fútbol. Referencia absoluta en Argentina, primer entrenador en levantar el Mundial con la selección en el 78, el Flaco siempre tiene un consejo a mano. Lo sabe Pep Guardiola , que antes de tomar las riendas del Barça en 2008, le visitó en Buenos Aires; también Jorge Sampaoli , el seleccionador de Argentina, que pasó por su despacho antes de dar la lista definitiva para Rusia.

-¿Es un oráculo?

-No, no, no. Lo que siento es que me respetan, con eso me alcanza y me sobra. Pero ese respeto no solo es de la gente del fútbol, sino también de personalidades de la música, del teatro, del cine y del periodismo. Lo más gratificante, creo, es que lo he conseguido de las personas que me interesaban.

– ¿Hubo alguien que le llamara la atención?

– Y sí. Un día, hace mucho, fuimos a ver Tango con Liza Minnelli. Ella había visto el Mundial del 78, me habló del fútbol y de su relación con el arte. He tenido la oportunidad de relacionarme con gente como Astor Piazzolla, Paco de Lucía, Serrat. Cuando hablo de respeto, me refiero también a reconocimiento. A veces me emociona. He tenido grandes relaciones, como con el Flaco Cruyff. En el Mundial de Alemania nos quedábamos charlando horas y horas. Me recriminaba que nunca lo había invitado a Argentina.

– ¿Lo invitó?

– Sí, pero nunca se pudo dar. Era un gran amigo, como también Alfredo [Di Stéfano], cada vez que iba a Madrid nos poníamos a hablar de fútbol sin parar. También, debo ser un tipo bastante único. Jugué el Central-Newell´s. Jugué y dirigí en Boca. Entrené en River. Estuve en Racing como jugador y en Independiente como técnico. Además viví el Huracán-San Lorenzo, el Peñarol-Nacional, el Barcelona-Real Madrid y el Atlético-Real Madrid.

– Entonces, ¿por qué no trabaja en la AFA (Asociación del Fútbol Argentino)?

– Fui muy crítico. He hecho denuncias muy graves. No pisaba las oficinas de la AFA desde 1982, hasta hace poco que me llamó Claudio Tapia [presidente de la federación] porque me querían hacer un reconocimiento o algo así. En la década del 90, la selección y el fútbol argentino pasaron a formar parte del mundo de los grandes negocios. Jamás se hizo algo que sirva. Ahora la crisis es tan grande que no se resuelve ni ganando el Mundial.

– Hubo entrenadores como Pekerman o Bielsa.

– En la conducción, los entrenadores hacían lo que podían como Marcelo o José. Pékerman formó una buena generación de futbolistas. Pero los técnicos más representativos se marcharon, porque no había un proyecto. La AFA estaba para los negocios. Vendieron la selección a empresas privadas, un desastre. Con la presencia de un fenómeno como Maradona y con todo lo que había conseguido Argentina, Grondona se hizo un poco el dueño del mundo. Y el fútbol quedó en manos de cualquiera o de nadie.

– ¿El fútbol ha dejado de ser cultura?

– El fútbol como juego es un hecho cultural. Si se revisa el reglamento es tan sabio que ojalá se aplicara en la Constitución Nacional.

– ¿Por ejemplo?

– Se castiga hasta la intención. El fútbol siempre estará ligado a la cultura y al aprendizaje social. Y ese apego, inquebrantable, es indefectiblemente un hecho cultural, ajeno a cualquier tipo de negocio. Sin embargo, todo es diferente en el fútbol profesional.

– ¿Por qué?

– Hay un fútbol cultural que es el formativo y hay un fútbol profesional que es donde la pelota saltó de la cancha a los grandes negocios. Eso es lo que hay que vigilar. Cuando hay crisis culturales, el estadio de fútbol deja de recibir público. Hay que diferenciar entre público y espectadores. Si me llevás a ver ballet soy un espectador, porque no entiendo un carajo. Eso ha pasado con el fútbol. Ahora mucha gente va al campo porque es un lugar social. Se reúnen a hacer negocios en los palcos.

– ¿Argentina podría dejar de producir buenos futbolistas?

– Hay pibes en las inferiores que juegan muy bien. Pero si no hay formadores ese talento se destruye. Si desde que son chiquitos se les enseña que lo único que importa es ganar y nos quedamos con los grandotes y los que cabecean bien. Hay una urgencia de éxito. Cualquier tipo que entrena sueña en dirigir en Primera. Antes, ningún entrenador de inferiores tenía esas pretensiones.

– ¿El técnico de Primera es un gestor o un entrenador?

– El técnico es el tipo que mejora a las individualidades y el que logra que su equipo juegue bien. Y, si tiene suerte, gana.

– Entonces, cuando se habla de que un técnico tiene que ser un buen gestor.

– El que toca bien el violín si tiene un buen profesor va a tocar en una sinfónica; en cambio, si tiene a un pelotudo va a tocar bien y nada más. Esto pasa en la música, en el fútbol y en cualquier lado. Las personas se rinden ante el conocimiento. La disciplina no genera respeto; el conocimiento, sí. Cuando un entrenador entra a un vestuario, los jugadores ya saben si no sabe nada o si sabe un montón. Si el entrenador le pide a un defensa que revolee la pelota, el jugador siente que eso lo puede hacer cualquiera. En cambio, hay otras cosas que si no las practicas no salen. ¿Usted cree que Piqué no podría jugar en el Atlético de Madrid?

– No lo sé, ¿puede?

– Quizá no sería feliz, pero podría jugar con una gorra y un vaso de cerveza en la mano.

– ¿Los buenos pueden jugar en cualquier lado?

– No. A Iniesta le hubiese costado mucho jugar en el Atlético. Los volantes que tiene el Atlético están más cómodos en ese sistema. A mí no me hubiese gustado jugar en el Atlético, pero tengo respeto por todas las ideas. Yo hubiese querido jugar en el Madrid de Di Stéfano o en el Barça de Guardiola.

– Siempre elogia a Iniesta, ¿le hubiese gustado entrenarlo?

– Es alguien que participa en las cuatro acciones del juego: defender, recuperar la pelota, gestar jugadas y definir. Y, en todas de una manera impresionante. Yo tuve uno parecido que era Schuster. Pero los jugadores como Andrés tienen que tener el respaldo de los entrenadores. No sirve de nada que la Masia los forme si después el técnico pone a jugar a los grandotes. Andrés tuvo la suerte de tener a Rijkaard y a Luis Aragonés.

– ¿A Argentina le alcanza con tener a Messi?

– Ahora se utiliza un lenguaje: ‘Dársela a Messi’. Leo ha demostrado que puede ser contragolpeador, como lo vemos últimamente, pero también puede jugar con la tenencia y buscando espacios. A mí me gusta su evolución. Pasó de ser arrollador en los últimos 30 metros a convertirse en un futbolista que enlaza, gestiona y asiste. Es mágico, pero los magos también necesitan un escenario. Si Messi jugara en el Alavés no sé si saldría campeón. Para ganar necesitas a Messi, pero también a Busquets, Iniesta, Piqué… En definitiva, a buenos jugadores.

– ¿Argentina los tiene?

– Tiene buenos jugadores. Y es un equipo competitivo. Argentina siempre es candidata al título. Hay una historia que pesa sobre nosotros que nos halaga y nos enorgullece. Hay experiencia y hay jugadores con mucho compromiso entre ellos. Han llegado a finales y ya demostraron que están preparados para representarnos con dignidad y orgullo.

– ¿A qué selección tiene ganas de ver?

– A mí me gusta ver todos los partidos. Brasil está muy fuerte y, por supuesto, España y Alemania son candidatos. Después hay otras selecciones que juegan bien como Colombia y Bélgica, que te pueden dar un dolor de cabeza. Y está Francia.

– ¿España y Alemania parecen más consolidadas?

– ¿Cuánto tiempo llevan trabajando? Sin embargo, te agarra Francia en un día inspirado y te puede dejar afuera. Ahora, si juegan 10 encuentros, no sé. Pero, el Mundial es a un partido.

Por Juan I. Irigoyen – La Nación