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Masacres en Estados Unidos: ¿por qué pasa con tanta frecuencia?

¿Por qué hay tantos hechos como estos en ese país? ¿Cuáles fueron las peores masacres? ¿Por qué pasa con tanta frecuencia en Estados Unidos y no en otros lugares? Informe de Lalo Mir por FiloNews. Mirá el video.

En los últimos meses Estados Unidos volvió a ser escenario de masacres en las que un civil armado mata a un grupo de personas inocentes, sin motivo aparente. Ocurrió en Texas, también en Buffalo, pero, como sabemos, no es la primera vez. Ni, lamentablemente, serán las últimas. Escuelas, supermercados y otros lugares de gran circulación de gente. 

El 15 de mayo de 2022, en Buffalo, Nueva York, un joven supremacista blanco asesinó a 10 personas en un supermercado. Mientras disparaba, transmitía todo por sus redes sociales. Sus crímenes fueron calificados por las autoridades como “un hecho de violencia por extremismo racial”.

La historia de masacres por odio en Estados Unidos empezó hace muuucho tiempo. Hace casi un siglo, en 1927, un hombre llamado Andrew Kehoe hizo explotar una bomba en una escuela de Michigan, con un saldo de 45 muertos, la mayoría estudiantes de primero a sexto grado.

Seguramente, la masacre que más se recuerde sea la de la Escuela Secundaria de Columbine, ocurrida en 1999. Dos alumnos, Eric Harris y Dylan Klebold, estuvieron casi una hora disparando y mataron a 12 estudiantes y un profesor. Después se suicidaron. Este hecho es considerado un hito. De hecho, existe el llamado “efecto Columbine”, porque, en los años posteriores, los ataques en escuelas aumentaron de forma brutal. 

Aunque es difícil calcular cuántas armas de fuego hay en manos privadas en Estados Unidos, el proyecto de investigación Small Arms Survey estima que hacia 2018 había unos 390 millones de armas en circulación.

El 21 de marzo de 2005, en la Escuela Secundaria Red Lake de Minnesota, un estudiante de 16 años asesinó a cinco compañeros, un guardia de seguridad y un profesor. Y después se suicidó. En 2006, en 2007, en 2008, Pennsylvania, Virginia, Illinois y California tuvieron sus propios ataques en escuelas, todos con varios fallecidos.

Una de las masacres más recordadas es la que ocurrió el 14 de diciembre de 2012 en la Escuela Primaria Sandy Hook, en el estado de Connecticut. Un joven de 20 años, fanático de las armas, mató a 20 alumnos, seis empleados y a su propia madre. Como en la mayoría de los casos, el atacante se suicidó.

La lista de matanzas es impresionante. Y no solo en escuelas. En agosto de 2019, un hombre mató a 22 personas en una tienda de El Paso, en Texas, y luego declaró que lo había hecho “como respuesta a la invasión hispana de Texas”; en marzo de 2021, ocho personas fueron asesinadas a tiros en ataques a varios salones de spa en Atlanta; un mes después, un hombre mató a tiros a ocho personas en una oficina de la compañía naviera de Indiana; y la lista es interminable.

En su momento, Donald Trump, mientras era presidente, propuso dar armas a los docentes para que se defendieran de los ataques. En el estado de Ohio parece que lo escucharon: el gobernador anunció que promulgará la ley que permite que los maestros estén armados en las escuelas una vez que hayan completado una capacitación de 24 horas.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, casi 53 personas mueren por día en ese país por el uso de armas de fuego. Por otro lado, según el FBI, hubo 345 “incidentes de tiradores activos” en Estados Unidos entre 2000 y 2020. El saldo fue de más de mil muertos y casi 2000 heridos.