El diputado y referente de la UCR,en dialogo con Jorge Fontevecchia, expresó que desea que “un radical pueda presidir al país”. Además destacó la nueva generación de dirigentes radicales y el futuro de bloque dentro del espacio de Juntos por el Cambio.
El ex vice gobernador de Córdoba, Mario Negri, remarcó, en vísperas al Mundial, que “parece que el triunfo del deporte ayudara a la política, pero eso es efímero, es un paréntesis de los problemas”.
A su vez, en dialogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), afirmó que “cuando tenés un gobierno de 24 años, tu presencia no es neutra en procesos electorales que no están regulados”.
Con el reciente ascenso de Belgrano a Primera imagino que está feliz…
El deporte tiene algo mágico, la sociedad descarga su pasión sin causar daño, por lo general. Este fin de semana no vi ningún comportamiento masificado de desmanes por suerte. A Córdoba le significó mucho, y ayer se vio. Fue impresionante.
¿Qué producirá en el humor social y en el político un eventual triunfo de la Argentina en Qatar?
Ahí hay algo. Muchos asocian ingenuamente que la política tiene que tener equilibrio en eso, parece que si el triunfo del deporte ayudara a la política, pero eso es efímero. Es un paréntesis de los problemas.
Saliendo del deporte, Cristián Ritondo se quejó de la actitud de Facundo Manes dentro del bloque de Juntos por el Cambio aduciendo que no era orgánico y te hacía quedar mal a vos…
No, a mí no me hace quedar mal nada. Me llevo bien con Manes. Hice un esfuerzo para que entendiera que era importante que ingresara a la política. Lo acompañé en el proceso interno.
¿O sea que la actitud de Manes irrita más al PRO que al radicalismo?
Yo estoy acostumbrado a las diferencias. Si es por lo del juicio político, recuerdo cuando se pidió al que era vicepresidente y nadie imaginaba que iba a salir. Era testimonial. Busca simbolizar la mayor responsabilidad de hechos que ha ocasionado.
Yo le pedí el juicio al presidente en la pandemia porque me parecía que, frente a un año y medio de lo que había pasado en la sociedad, que la máxima autoridad esté de fiesta no estaba bien. Ya pasó eso, ojalá esa discusión sea el debate central.
Tu hijo Juan empezó a mostrarse junto con Rodrigo de Loredo, ¿cómo imaginas el futuro del radicalismo en tu provincia en particular?
Apuesto mucho. A mí me toco ser vice gobernador a los 33 años, siendo opositor interno, era joven. Después me tocó ser candidato a gobernador dos veces, cuando el radicalismo se fractura por la transversalidad, un hecho exógeno. Se fueron más de 50 intendentes. La idea era cómo hacer para lograr una identidad de una fuerza política, no tanto para ganar. Queríamos que el país no caminara al pensamiento único.
¿Tu hijo te lleva al recuerdo de cuando fuiste vicegobernador aún más joven?
Sí, por supuesto. Pero en mi casa nunca se pregunta por quién se vota, aunque se sospecha. Lo primero es la libertad de pensamiento.
Vale aquello que le decía Séneca a Lucinio de “Mal favor le hace el discípulo al maestro continuando discípulo”…
Sí, pero uno cree que es el discípulo, el que es escucha no necesariamente se siente así. Por lo general hay que tener cuidado cuando uno aconseja porque hasta que no le suceden a veces cuesta comprenderla. De cualquier manera tenemos dialogo e incluso discusiones, es una persona casada con hijos. Siempre procuramos preservar valores.
El futuro del radicalismo dentro del PRO
¿Ves la posibilidad de que el radicalismo cordobés se una, para por una lado vencer a Schiaretti y para que el candidato a gobernador sea del radicalismo dentro de Juntos por el Cambio?
Yo aspiro y trabajo fuertemente para eso. Yo fui candidato a vicegobernador como resultado de una crisis, caí en un embudo. En Córdoba no hay PASO. Y las PASO tenían un valor que obligan, en cierta medida, a que el juego para resolver el espacio tengan contención igualitaria a nivel institucional.
Y en Córdoba está en la Constitución, lo puso el peronismo, y se negó siempre a reglamentar ese artículo. Tenemos un franco retroceso en el método de selección de candidato.
Cuando tenés un gobierno de 24 años, obviamente con aciertos propios y errores que pudo cometer la oposición, su presencia no es neutra en procesos electorales que no están regulados. Lo he sufrido. Apuesto a que Juntos por el Cambio no tenga ninguna influencia externa y se pueda resolver.
Para que la gente deje el ómnibus donde viaje porque ya lo siente incómodo, tiene que tener la certeza de que en otro va a viajar mejor y que tiene un destino, y esa responsabilidad es nuestra.
En ese sentido, hay un precandidato natural que es Luis Juez que es el que ha ganado las últimas elecciones a senador, y está también el candidato radical, Rodrigo de Loredo. ¿Qué radical te gustaría que encabece la fórmula de Juntos por el Cambio?
Qusiera que Juntos por el Cambio no se rompa. Es lo primero que hay que evitar, y eso lo tenemos casi garantizado. Y en segundo término, acaba de fijarse un reglamento entre nosotros al respecto de que todos aceptamos esas reglas de juego para dividir las candidaturas en el caso que haya más de un candidato.
Hasta ahora el que se ha proclamado como candidato es Luis Juez del Frente Cívico. No me parecería mal que el radicalismo tenga un candidato a gobernador y con esas reglas de juega resolver eventualmente si no hay consenso.
Rodrigo de Loredo es un dirigente joven. Marcos Carasso es otra persona que ha sido intendente muy joven. También hay mujeres que le dan mucha vitalidad al partido. Esperemos que eso lo podamos resolver y si aparece algún candidato, está bien, hay tiempo. El problema es que hay incertidumbre, porque acá siempre adelantan las elecciones.
Aspiro a que el radicalismo a nivel nacional, en ese nivel de competencia, le vaya bien y que un radical pueda presidir al país.