Chubut Para Todos

Luciano Cáceres: “Todavía me estoy reconquistando a mí mismo”

Acaba de cumplir cuarenta años (y dos y medio de soltero) y de esa era de madurez habla el actor que se renueva en lo profesional (estrena su primera película como productor) y en lo personal.

“¿Como las de antes?”, preguntó un incrédulo Luciano. “Sí, como las de antes”, recibió como contundente respuesta de parte de Amelia, su pequeña hija que para su cumpleaños número ocho le pidió un original regalo: una máquina de escribir. “Te voy a tipear ahí las obras de teatro que quiero que dirijas”, le completó luego la niña, fruto de su relación de casi una década con la actriz Gloria Carrá. Entusiasmado, Luciano cuenta la anécdota con la misma sonrisa que lo acompañará durante toda la charla. Se lo nota contento. Y jura que le sobran razones para estarlo. El próximo jueves, de hecho, estrenará Corralón, película en la que actúa -una suerte de costumbre ya para el cine nacional- pero con la que debuta además en el rol de productor junto a su flamante compañía, Eusebia en la higuera. Fundada este mismo año junto a los hermanos Pablo y Eduardo Pinto (actor y director del filme, respectivamente), la empresa nació de las irrefrenables ganas del trío de “salir a filmar”. “Fue hecha de manera visceral y gracias al sacrificio de todos los que se sumaron sin cobrar un peso. La idea es hacer películas que paguen salarios, pero esta carta de presentación salió así, a pulmón y en tiempo récord”, remata.

-¿Y qué es lo que quisieron contar con esta primera película?
-Yo definiría a Corralón como una trompada en la nuca. Tiene dos actos, uno bien costumbrista, en el que se presenta el mundo de estos dos personajes, un camionero y su compañero de carga. Y el segundo mucho más virado al thriller psicológico, que arranca cuando ambos conocen al matrimonio que componen Joaquín (Berthold) y Brenda (Gandini), dos nuevos ricos que los maltratan sin parar. Lo que sucede a partir de ahí es realmente impactante.

-Este año cumpliste 40, ¿cómo te cayó el número?
-Bien, pero son un montón de años… Los siento más que nada en la cintura… (ríe). Hablando en serio, tengo la vitalidad de siempre pero creo que ahora puedo equilibrar mi energía mucho mejor. Con una mayor serenidad y aplomo…

-¿Con más madurez quizá?
-Sí, puede ser, pero sin dejar de lado lo lúdico de la vida. Mitad de la semana la paso con mi niña y eso de por sí ya es una fuente de diversión y juego absoluta.

-¿Estás en pareja hoy?
-No, ya pasaron dos años y medio de mi separación y la verdad es que me llevo perfecto con esta soltería. Para este momento es ideal, con mi trabajo, mi hija y los numerosos viajes que me han salido últimamente, tengo ocupaciones de sobra. Es loco pero estar soltero en este momento me simplifica la vida.

-¿Creés que es más difícil “emparejarse” con alguien a los 40?
-No lo sé, supongo que tiene que ver más bien con mis grados de tolerancia. Yo hoy no me veo compartiendo mi vida con alguien. Siento que todavía me estoy reconquistando a mí mismo, encontrando qué cosas me hacen feliz para recién después, en todo caso, poder hacer feliz a alguien.

-¿Y qué encontraste que te hace feliz?
-Un poco lo que te decía antes: el disfrute cotidiano. Un rico asado con amigos, un viaje con mi hija… O solo. Antes quizá ponía toda la energía en el trabajo, hoy me permito pasarla bien con otras cosas. Me encanta la cotidianidad que armamos con Amelia. Nuestras charlas… El otro día apareció en mi cuarto diciendo que no se podía dormir por qué no lograba entender cómo había empezado el mundo… “¿Que era lo más mínimo que había antes de todo?”, me preguntaba. La charla nos terminó llevando a lugares increíbles. Me conmueve su curiosidad, su mirada del mundo… El guión que estoy desarrollando para mi primera película como director tiene que ver justamente con eso, con los puntos de vistas de una niña y un padre de 40…

-¿Cómo está hoy tu relación con Gloria?
-Igual que siempre. La verdad es que nunca me escucharás hablar mal de Gloria. Para nada.

-En radio le preguntaron a ella hace poco si volvería a trabajar con vos y su respuesta denotó cierto nivel de conflicto… (“no haría teatro con él ni nada que se le parezca”).
-Sí, evidentemente hay algo en nuestra relación que tiene que sanarse pero confío que el tiempo hará su tarea. Lo importante es que jamás tuvimos momentos de tensión o discusión enfrente de Amelia. En general yo prefiero mantenerme estoico siempre, siento que es la única forma de cuidar a mi niña, que incluso ya tuvo que leer titulares que era un desastre. Sobre mí y sobre mis supuestos incumplimientos como padre (N de la R: se refiere a las versiones que circularon sobre que no cumplía con la cuota alimentaria). Pero estoy tranquilo, sé que cuando hacés las cosas bien y las comprobás donde debés hacerlo -en la justica- las mentiras se caen por sí solas.

Por Pablo Steinmann – Luz