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Los fundamentos de Sáenz para calificar la muerte de Nisman como un “homicidio”

Cuáles son las claves en las que se basó el fiscal general de la Cámara del Crimen, Ricardo Sáenz,  para sostener que al fiscal de la UFI-AMIA lo mataron.
1

– Nisman, lejos de hallarse angustiado o deprimido, se encontraba satisfecho, de buen ánimo, plenamente convencido de la justicia, de sus acciones, y abocado a la presentación que iba a efectuar ante los legisladores aquel 19 de enero.

2

– Hay otras pruebas que hacen a la seria presunción de que el fiscal fue asesinado, como ser,la localización del disparo, el hematoma en la zona occipital izquierda del cráneo, la lesión en la cara interna del tercio distal de la pierna izquierda, y las declaraciones testimoniales del médico Carrera Mendoza y la enfermera López, de la ambulancia de Swiss medical, de las que se desprende que el cuerpo de Nisman fue movido alterándose así la escena del crimen.

3

– Los estudios periciales realizados sobre las manos de Nisman y sobre el arma utilizada demuestran que estamos en presencia de un homicidio. El arma que produjo la muerte de Nisman siempre deja residuos de disparo aun después de 20 horas de disparada, mientras que en las manos de la víctima no se encontró ninguna partícula característica de deflagración. Por ende, no caben dudas ya de que no fue Alberto Nisman quien disparó el arma que le dio muerte, lo que necesariamente lleva a concluir que fue víctima de un homicidio.

4

– El departamento de Nisman habría sido “limpiado”, pues sólo así se explicaría que no se encontraran huellas dactilares pertenecientes a personas distintas del occiso que visitaron el departamento horas antes de su muerte; o que su computadora personal habría sido manipulada, ya que los eventos de registro no tienen una correlación lógica; o que el contenido del teléfono de Nisman fue borrado, en virtud de que no se encontraron vestigios de llamados telefónicos, ni mensajes de texto ni de chats que mantuvo en las horas previas, como se encuentra debidamente probado en la causa, así como que el borrado de estos elementos se efectuó de manera tal que no pudieron ser recuperados.

5

– Para facilitar el homicidio de Nisman existió una “zona liberada”.

6

– Son poco creíbles los dichos de Diego Lagomarsino y del custodio Rubén Benítez en cuanto a que Nisman les solicitó un arma de fuego. No deja de ser una hipótesis atinada la frase de la querella: “La utilización de un arma amiga como arma asesina”.