Chubut Para Todos

Los argentinos y el “consumo” de educación

Consumo irónico de educación. ¿Consumimos educación responsable?

 La sinceridad es la incomprendida cuando hablamos de temas centrales como la educación y los temas que formaran la política educativa de nuestros países

El concepto de consumo irónico nace en la década de 1980 a partir de que Ien Ang, una académica especialista en ciencias socioculturales, realizara un estudio de audiencias. El consumo irónico es personal y subjetivo pero la educación NO es personal es una política de estado, no es algo que yo miro sarcásticamente, otro lo puede estar viendo de manera genuina. Educar es libertad, es creer que el otro también puede ser libre. 

Todos los ciudadanos normales, vemos que el consumismo es una palabra que podría definir a la perfección las características de la sociedad actual, pero sin dudas somos unos consumidores de educación a medias porque denunciamos siempre la mala educación y no nuestro involucramiento de los temas educativos que nos rodean

El objetivo de la educación según filósofos como Aristóteles y Platón es el desarrollo de los individuos y el bienestar de la sociedad en la que viven con una buena educación hay mayor grado de libertad, pero…y sí siempre están los peros.

  ¿Consumimos educación responsable?, ¿vivir es consumir así sin más análisis? ¿Nos motiva consumir una buena educación o lo dejamos todos a algunos seres que tomen decisiones por nosotros?, por ejemplo: decir que la educación es trabajo solo de los docentes y que la educación está solo en la escuela? Si nos amparamos en esto tendremos un consumo irónico de la educación y por tal artificial. 

La ironía siempre se alía con la hipocresía que es malévola, torcida y siempre nos engaña, nos hace vulnerable y por tal dominados. La hipocresía repta porque siempre es astuta te hace creer que vos sos un único ser que solo con palabras bonitas y slogan de campañas políticas se puede educar.  

 La discusión de la educación debe ser una discusión primero política luego económica, porque ahí se forja el futuro de la sociedad, con una política de estado clara y precisa  sabemos que vamos a pensar en el futuro de todo un país, la educación no se debe convertir en un problema solo económico, los alumnos no son clientes y siempre pensar que la educación es una inversión.

Vivir en Democracia es un privilegio que podemos gozar, aplaudir, renegar y alentar, pero vivir en Democracia no es solo una parte del verbo estar, queremos “estar” en Democracia y en la democracia deben primar la defensa de los derechos como por ejemplo la educación, salud y la seguridad. 

Las oportunidades de aprendizaje tienen que ser claras, la calidad del sistema educativo siempre es un tema es central  jamás debe ser negociable por eso sí se tiene que pensar, analizar, debatir.

Si todos decimos que la educación es lo primero entonces no seamos hipócritas cuando tenemos que actuar en beneficio de ella. En su origen, el término hipócrita no tenía sugerencias negativaspues hacía referencia a la función de desempeñar un papel, de actuar en los anfiteatros de Grecia o Roma. Posteriormente, en esta misma cultura occidental, se utilizó el término para referirse a aquellos que “actuaban” en la vida cotidiana, es decir, que fingían ser personas que no eran. Ser hipócrita no es tener relaciones sin compromiso y genuflexa así no se consigue el beneficio de un bien común y esto tampoco es hacer de la educación una cuestión de homogeneidad social. 

 No quiero matices de hipocresía, la hipocresía genera ignorancia. Si soy docente y responsable. Pero…la educación no es sólo tarea de los docentes, no es una tarea que se hace en soledad. Necesitamos que cuando la comunicación de los saberes educativos se sitúe entre unos objetivos comunes y un plan de trabajo consensuado, esto de un interés a las posibilidades de aprender y estos saberes se potenciará. La educación empeora y se vuelve injusta si se considera como bien de responsabilidad individual solo de los docentes o alumnos. 

La educación y su instrumentación es un fusible ante lo que no se consigue, hoy se rompen puentes entre gobierno, docentes, padres y sindicalistas. Se vive en una permanente una crisis porque no se valoriza el diseño de las políticas educativas, el diseño de las políticas públicas en general. El problema de estas crisis es que no se toman a las crisis como oportunidades de cambio como es realmente el significado de la palabra crisis y sí lo vemos y vociferemos como la oportunidad de ver a quien le echamos las culpas de nuestras desgracias. 

Las políticas educativas que persigue simular lo que no es, a la larga crean alumnos analfabetos funcionales; saben leer y escribir, pero no saben para qué.

La educación tal como lo dicen las leyes en nuestros países y el mundo no deben ser una utopía a causa de los descensos en la valoración social del docente que se registran actualmente y que todos somos responsables, TODOS. La falta de educación no es solo de los políticos es un problema y tragedia que nos involucra a todos. 

 Tengamos un cerebro creativo en educación para que la misma sea de calidad e inclusión. 

La educación es esperanza y no hay hipocresía bien intencionada. No nos podemos acostumbrar a tener pasión por el fracaso. No podemos mentirnos siempre en lo educativo porque la mentira tiene patas cortas y si las tiene no avanzamos mucho. 

“Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad”  Bertolt Brecht

Por Daniela Leiva Seisdedos – revista.elarcondeclio.com.ar