Chubut Para Todos

Le tiraron un fierro desde un puente para robarle: se salvó de milagro

Ramiro, músico de orquestas y grupos de tango, sufrió un ataque brutal cuando llegaba al túnel de Avenida del Libertador. “Volví a nacer”, dijo.

“Todavía estoy en shock. No puedo creer estar contándola”, resumió Ramiro, el músico que sufrió un brutal ataque en Palermo: cuando llegaba al túnel de Avenida del Libertador, le tiraron un fierro como si fuera una lanza para robarle. Se salvó de milagro.

Cerca de las 20 del lunes, el hombre estaba llegando a su trabajo cuando, de repente, vio que el vidrio delantero de su auto estallaba. Enseguida quedó estupefacto al descubrir la causa del incidente. “Cuando vi ese caño enorme al lado mío no lo podía creer. Siento que volví a nacer”, relató a “Mediodía Noticias”, por eltrece.

“Lo primero que pensé fue en mis hijos”

“Me hiela la sangre cada vez que lo recuerdo. Lo primero que pensé fue en mis hijos. Si mi familia hubiese estado en el auto, pudo haber sido una tragedia”, contó con una dosis de alivio.

El fierro atravesó el vidrio delantero y casi mata al conductor. (Foto: eltrece)
El fierro atravesó el vidrio delantero y casi mata al conductor. (Foto: eltrece)

La víctima, que suele trabajar como sesionista en orquestas y grupos de tango, radicó la denuncia en la comisaría 14C. La investigación recayó en la Unidad Fiscal de Intervención Temprana y, hasta el momento, no hay detenidos.

“Pude reaccionar y seguir la marcha hasta salir del túnel y ahí llamé al 911″, detalló. “Lo primero que sentí fue que me lo tiraron para robarme. Después pensé que no, que nadie puede ser tan animal, pero evidentemente sí. No sería la primera ni la última vez que hacen algo así para robar”, mencionó en referencia a una modalidad de ataque que -especialmente en el conurbano bonaerense- suelen sufrir conductores particulares y choferes de colectivo.

Ramiro hizo la denuncia. Por el momento, no hay detenidos. (Foto: eltrece)
Ramiro hizo la denuncia. Por el momento, no hay detenidos. (Foto: eltrece)

Ramiro contó que al día siguiente volvió al lugar donde sufrió el ataque: quería obtener más pistas sobre lo ocurrido. “Me fijé si alrededor había alguna estructura que tuviera ese tipo de caño, y si la lluvia o el viento pudieron haberlo desprendido. Pero no. Evidentemente lo hicieron a propósito”.