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Las mujeres chocan con el techo de cristal político en el Partido Comunista de China

Sun Chunlan, la “Dama de Hierro” de China y la única mujer en el Politburó del partido gobernante, dejará su cargo en el 20º Congreso del Partido Comunista esta semana. No hay garantías de que otra mujer la suceda, lo que supone un ejemplo más de la infrarrepresentación sistémica de las mujeres chinas en los puestos de liderazgo, que puede tener consecuencias muy reales para la nación más poblada del mundo.

Sun Chunlan es un caso especial en la galaxia del Partido Comunista Chino (PCCh): es la única mujer en el Politburó, el poderoso órgano ejecutivo del régimen de Beijing. Pero no por mucho tiempo. Se espera que Sun abandone su puesto durante el 20º Congreso del Partido Comunista Chino, la reunión de una semana de duración que se desarrolla dos veces por década y que comenzó el domingo 16 de octubre. A sus 72 años, la ‘Dama de Hierro’ de China ha superado la edad habitual de jubilación de 68 años.

El centro neurálgico del poder chino podría, por tanto, estar compuesto únicamente por hombres, agravando un problema crónico de infrarrepresentación de género en los salones del poder de la nación.

Desde 2017, Sun ha encarnado la imagen del PCCh de un partido que no teme promover a las mujeres a los puestos más altos. Tiene el prestigioso título de vice primera ministra, uno de los cuatro que componen el Politburó de 25 miembros.

“Las mujeres sostienen la mitad del cielo”, pero los hombres mandan

El apodo de ‘Dama de Hierro’ de Sun se ha visto reforzado en los últimos dos años, desde que el presidente Xi Jinping la nombró máxima responsable de la respuesta de China a la pandemia de Covid-19.

Ha sido la encargada de hacer cumplir la política de Xi de ‘Covid cero’, una prueba, si es que hacía falta, de que la única mujer vice primera ministra del país goza de la total confianza del presidente para gestionar una de las crisis sanitarias más graves a las que se enfrenta el líder chino desde que llegó al poder en 2012.

Pero la gestión de la controvertida consigna de salud pública no es precisamente un regalo político. Algunos expertos chinos creen que Xi ha encontrado en Sun un fácil chivo expiatorio al que sacrificar si su gestión de la pandemia se vuelve demasiado polémica. Además, en la China comunista, el expediente sanitario se ha confiado tradicionalmente a las mujeres; una de las predecesoras de Sun en el Politburó fue Wu Yi, que tuvo que hacer frente a la epidemia de SARS de 2003.

No obstante, la marcha de Sun dejará un vacío en la cúpula de la formación. Hay otras candidatas al codiciado puesto del Politburó, como Shen Yiqin, la única mujer que ha sido secretaria general del partido en toda una provincia, Guizhou, en el sur de China. Shen también procede de la minoría étnica Bai, “lo que -cínicamente hablando- significa que marca simultáneamente la casilla de mujer y la de minoría étnica”, señaló el sitio web China Project.

Pero “nada obliga al PCCh a sustituir a Sun Chunlan por otra mujer”, explicó Valarie Tan, del Instituto Mercator de Estudios sobre China (Merics), con sede en Berlín. La probable ausencia de mujeres en el próximo Politburó, que se develará durante el 20º Congreso del Partido Comunista Chino, no sería sorprendente, ya que el puesto de Sun representa la excepción a la regla.

En teoría, la China comunista afirma ser uno de los regímenes más igualitarios del mundo. Los escolares de todo el país están familiarizados con la famosa frase del padre fundador Mao Zedong, “las mujeres sostienen la mitad del cielo”, que refuerza la igualdad constitucional de derechos. “Desde la fundación de la República Popular China en 1949, el PCCh ha situado la igualdad entre mujeres y hombres como una de las características que distinguen al Estado comunista de la ‘vieja China'”, explica Cheng Li, de la Institución Brookings, con sede en Washington, en un informe sobre la representación femenina en la política china.

Un partido muy patriarcal

Pero la realidad es muy distinta para un país con unos 703 millones de mujeres, que constituyen el 48,7% de la población total.

Desde 1949, sólo ha habido seis mujeres en el Politburó del PCCh. Tres de ellas eran las esposas de los fundadores de la China comunista. Entre los más de 300 miembros del Comité Central -que eligen a los miembros del Politburó y refrendan sus decisiones- apenas hay 30 mujeres. En resumen, sólo “el ocho por ciento de los puestos de liderazgo del partido han sido otorgados a mujeres”, señaló Tan.

El Politburó -del que Sun es miembro- selecciona a su vez al todopoderoso Comité Permanente del Politburó. El actual Comité Permanente tiene siete miembros, ninguno de ellos mujer.

Esta infrarrepresentación no se debe a la falta de mujeres chinas que elijan carreras políticas. Entre enero de 2020 y junio de 2021, por ejemplo, casi la mitad de los nuevos miembros del partido eran mujeres.

El 20º Congreso podría haber sido la ocasión de encabezar la lucha contra el techo de cristal de la política, ya que la reunión ofrece la oportunidad de una importante renovación de las altas esferas del partido. Pero las posibilidades de un cambio significativo en la representación femenina son escasas.

Para empezar, no se han cuestionado las razones del dominio masculino en los altos cargos políticos. Los puestos ejecutivos del partido suelen estar reservados a “líderes que hayan desempeñado funciones directivas en empresas estatales, ministerios y gobiernos regionales, puestos para los que las mujeres suelen ser obviadas”, señaló Minglu Chen, del Centro de Estudios sobre China de la Universidad de Sidney, en diálogo con el ‘South China Morning Post’.

En segundo lugar, la promoción dentro del PCCh está “totalmente basada en los lazos de las facciones y no en los méritos individuales”, añadió Bo Zhiyue, un experto en política de la élite china con sede en Nueva Zelanda, también al ‘South China Morning Post’. “Esto ha creado una situación de gran impotencia porque se trata de una selección, no de una elección”, reforzó.

Para llegar a lo más alto de la escala política, los aspirantes necesitan el apoyo adecuado, y las mujeres suelen tener menos acceso directo a esas pocas figuras del partido que pueden promover a sus protegidos.

Xi tampoco es un defensor de las mujeres en la política. Encarna “el enfoque muy patriarcal del PCCh hacia la sociedad”, argumenta Tan. El fin de la política del hijo único en 2021 fue una oportunidad para que el presidente chino insistiera en la importancia de los “valores familiares tradicionales”. Incluso ha iniciado una campaña para exaltar “los rasgos físicos y mentales únicos [de las mujeres] para dar a luz y cuidar a los recién nacidos”. En otras palabras, el líder chino prefiere ver a las mujeres en casa que en la oficina.

Una crisis demográfica, pero las mujeres no tienen voz

Esta falta de mujeres en el liderazgo tiene importantes consecuencias económicas y sociales, advirtió Tan. “Una de las causas fundamentales de la actual crisis demográfica en China es la escasa representación de las mujeres en puestos importantes”, explicó. “Los problemas de casi la mitad de la población no están, o apenas, representados en el PCCh”.

Y así, el incentivo para tener hijos es esencialmente “dinero distribuido a las familias, sin tener en cuenta las razones más profundas por las que las mujeres chinas no quieren tener más hijos”, aseguró Tan.

Las autoridades chinas tampoco son lo suficientemente severas a la hora de abordar los abusos domésticos y la violencia contra las mujeres en general, agregó Tan. La impunidad de la que parecen gozar algunos hombres poderosos implicados en escándalos de agresión sexual -como el ex vice primer ministro Zhang Gaoli, acusado de violación por la tenista Peng Shuai- refuerza un “clima que no hace que las mujeres quieran tener hijos”, subrayó.

Los altos cargos del Partido Comunista que han establecido prioridades en los últimos años para animar a la gente a tener más hijos “podrían haberse beneficiado de las conversaciones con las mujeres del Comité Permanente”, señaló el Proyecto China, refiriéndose al minúsculo grupo de miembros del Comité Permanente del Politburó seleccionados por el Politburó de 25 miembros: “Lástima que no hubiera ninguna”.

Este artículo es una adaptación de su versión en francés

Por Sébastian Seibt-France24