Chubut Para Todos

Las 11 economistas a seguir según el FMI: qué vínculos tienen con la Argentina

El Fondo recordó que las mujeres todavía están subrepresentadas en el mundo económico y dio a conocer a sus elegidas, con distintas especialidades: desde el análisis del capitalismo a la medición de la pobreza multidimensional. Cuáles son y quiénes tienen lazos con Argentina

La revista Finanzas y Desarrollo (F&D), que publica el Fondo Monetario Internacional, eligió a su top ten (aunque en realidad son once) de mujeres que generan contribuciones a la economía, ya sea desde el debate académico, la gestión o el trabajo estadístico y con focos diversos: finanzas, pobreza o cambio climático.

El editor de F&D, Rahim Kanani, destacó que la representación de las mujeres en la economía sigue siendo baja “pero muchas han tenido un impacto enorme en el campo. Ya sea trabajando para eliminar la pobreza, reinventar la economía del desarrollo, examinar las redes de seguridad social o mejorar las instituciones democráticas”.

Mariana Mazzucato de la University College London, es mejor conocida en estas tierras como “la elegida del Papa Francisco” pero es una de las principales críticas a las desigualdades del capitalismo y la desregulación. Forma parte de los asesores internacionales del Consejo Económico y Social que dirige Gustavo Béliz.  “Ha estado difundiendo el mensaje de que los gobiernos de todo el mundo deben aprovechar su poder para liderar la innovación para el mejoramiento de la humanidad”, evaluó la revista del FMI.

Rohini Pande, de la Universidad de Yale, ha sido considerada una de las economistas del desarrollo más influyentes de su generación y ha realizado contribuciones innovadoras a la economía política, el desarrollo internacional, la economía de género, la lucha contra la corrupción y los esfuerzos para combatir el cambio climático.

Lisa D. Cook, de la Universidad Estatal de Michigan, ha aplicado métodos académicos para mostrar cómo el racismo y el sexismo han creado un enorme lastre para la economía estadounidense. Economista y especialista en relaciones internacionales, fue convocada para el equipo de transición del Gobierno de Joe Biden y Kamala Harris.

Esther Duflo, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, ganó el Premio Nobel de Economía por utilizar nuevos métodos de investigación para transformar la economía del desarrollo como cofundadora del Laboratorio de Acción contra la Pobreza Abdul Latif Jameel. El método fue premiado por la “capacidad de dividir el vasto problema de abordar la pobreza global en temas más pequeños”.

Olivia Mitchell de la Universidad de Pensilvania es una de las fundadoras de la investigación académica moderna sobre pensiones, que “incorpora consideraciones económicas, especialmente las de la economía del comportamiento”, remarca la publicación del Fondo Monetario.

Susan Athey, de la Universidad de Stanford, es una de las pioneras en el estudio de la economía de Internet, la aplicación de la teoría de las subastas a los servicios en línea, como la publicidad relacionada con las búsquedas, y el desarrollo del campo emergente de la economía de la tecnología. También el New York Times la eligió como una de las economistas más importantes, lo que le generó una lluvia de ofertas de trabajo. Se volcó por el MIT.

Claudia Goldin, de la Universidad de Harvard, es mejor conocida por sus investigaciones y conocimientos sobre el papel de las mujeres en la economía de los Estados Unidos. Y por desarrollar una comprensión sofisticada y matizada de las razones de la brecha salarial de género bien documentada. Es una reconocida activista por el Equal Pay Day, que este año fue el 24 de marzo en Estados Unidos y que marca el excedente a un año que las mujeres deben trabajar para ganar lo mismo que los hombres.

Sabina Alkire, directora de la Iniciativa de Desarrollo Humano y Pobreza de Oxford, ayudó a desarrollar un nuevo método para medir la pobreza multidimensional y está impulsada por algo más que una pasión puramente académica para observar y medir mejor la pobreza como condición previa para erradicarla. Naciones Unidas tomó el índice de pobreza multidimencional en UNDP que fue elaborado por Alkire y María Emma Santos, profesora de economía en la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca, Argentina.

Kristin Forbes del Instituto de Tecnología de Massachusetts se centró en cuestiones internacionales como el contagio financiero, los flujos de capital transfronterizos, los controles de capital y cómo las políticas económicas de un país tienen efectos secundarios en otros.

Nancy Birdsall ayudó a establecer el Centro para el Desarrollo Global para mostrar cómo las políticas de los gobiernos de los países ricos y las instituciones financieras internacionales afectan a las personas en el mundo en desarrollo y pueden mejorarse para reducir la pobreza y la desigualdad.

Hélène Rey, de la London Business School, es conocida por desafiar la sabiduría aceptada, en particular sobre el sistema financiero internacional, el papel del dólar y otros grandes problemas macroeconómicos. “Los países deberían reaccionar, dice Rey, con una gestión y supervisión más sólidas de los flujos de capital entre países porque estos flujos han sido desestabilizadores y han contribuido a provocar crisis”.

Por Patricia Valli – Cronista