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Larreta Presidente: las razones para pasarse a nafta y la furia de Bullrich

Por qué el alcalde decidió acelerar. Equipo, gira federal y book de halcones. El pase de Arietto y una guerra de nervios con encuestas. Pato, que trina.

En el cuentakilómetros ya acumula tres viajes a provincias clave. Horacio Rodríguez Larreta estuvo en Córdoba, pasó por Corrientes, donde se reunió con Gustavo Valdés, y este jueves voló a Jujuy. Allí, compartió agenda con su principal adversario interno, el gobernador Gerardo Morales. La semana próxima viajaría a Mendoza, tierra de Rodolfo Suárez, y completaría la agenda de relaciones con los socios radicales de Juntos por el Cambio (JxC). Con el traje de armador nacional, Diego Santilli lo acompaña en cada una de las excursiones y relaja las relaciones con sus posibles competidores. La urgencia le ganó a la prudencia y el alcalde porteño aceleró los tiempos de campaña, aunque públicamente evite hablar de candidaturas. 

El método Larreta, con o sin planilla de Excel, funciona siempre con precisión. La decisión de adelantar su largada en la carrera hacia 2023 tiene una explicación: los temas de agenda, como el acuerdo con el FMI y la crisis Ucrania – Rusia, lo obligaron a “fijar una postura” y a “ocupar cierta centralidad”.

Su plan original era mantener una agenda basada en la gestión durante los seis primeros meses del año. Sin embargo, el alcalde decidió marcar “los errores” del gobierno nacional en temas claves. No cometerá el error de María Eugenia Vidal, que, después de perder las elecciones de 2019, se llamó a silencio por un año. No lo dicen abiertamente, pero es lo que se lee entrelíneas desde su entorno. De hecho, el propio Larreta pagó el costo interno de mantener un canal de diálogo con Alberto Fernández Axel Kicillof durante el primer año de pandemia. Recién tras varios roces, endureció su discurso.

Ahora, Larreta hace equilibrio entre su rol de jefe de Gobierno porteño y el de precandidato presidencial con una mirada federal. Sus allegados niegan que converse en privado con su amigo Sergio Massa, un cambio de actitud que atribuyen a su necesidad de tomar distancia. Su socia María Eugenia Vidal también camina el país y se mete de lleno en los debates más urticantes.

¿Larreta cambió la estrategia y se metió en campaña? “Un poquito”, admiten en el entorno y resaltan que cada viaje tiene un tema de agenda de gestión. En Corrientes firmó convenios ambientales y ofreció ayuda para combatir los incendios. A Jujuy llegó con una agenda basada en energía y medioambiente. Viajó acompañado de Santilliy del presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro. En cada visita busca dar una señal de unidad política en JxC. El menú con el que desembarca incluye los temas “exportables” de la gestión de la Ciudad, vidriera para seducir al electorado del interior. 

El Excel es estricto y fija tres o cuatro recorridas semanales con charlas con vecinos y vecinas en la Ciudad de Buenos Aires; un anuncio semanal de gestión vinculado a la educación, la salud o la seguridad; un viaje cada 15 días a alguna provincia y dos visitas al conurbano, siempre junto a Santilli, su precandidato a gobernador. Por las dudas, no se enloda con peleas internas y así lo demostró en Córdoba, donde visitó a Luis Juez, a Mario Negri y a dirigentes del PRO. La foto más importante sobrevoló esas peleas y fue con el cuartetero La Mona Giménez

En algunos de los viajes, Larreta se pisa los talones con sus adversarios internos. Morales y Patricia Bullrich también estuvieron en Córdoba. Sin embargo, la pelea va más allá del territorio. El pase de Florencia Arietto a las filas larretistas causó malestar en la jefa del PRO, quien acusó al porteño de “jugar sucio”. “No son las prácticas adecuadas a una buena política. Que Larreta y Santilli salgan a buscar gente que está trabajando en otro lado, que salgan a buscar gente para agrandar. Me parece mal, no es juego limpio que en una fuerza política haya ofrecimientos a personas que están trabajando en equipo. No me gusta, se lo dije a Larreta, a Santilli, me parece que no son prácticas adecuadas”, se quejó la exministra de Seguridad por radio La Red. “Se está cayendo en las encuestas”, ironizan en su entorno en referencia a Larreta, mientras que en Uspallata responden que “Horacio es el dirigente que tiene mayor imagen positiva”. Será un tema de charla en alguno de los encuentros que, personalmente o por Zoom, mantienen ambos dirigentes.

El expresidente Mauricio Macri, en cambio, se mantiene equidistante. Refugiado en sus oficinas de la avenida del Libertador, alienta a todos a jugar, siempre y cuando no pongan en riesgo la unidad. Cree que la prioridad es no mostrar grietas, consolidar la alianza opositora y recorrer el país para que todas las figuras se potencien y posicionen antes de las internas del próximo año. Repite que, así como en 2020 dijo que no habría 2023 sin ganar la elección de 2021, para ganar la presidencial hoy deben mantenerse unidos. Por ahora, no dirá si será candidato o no. Tampoco habrá bendiciones para posibles herederos o herederas de su capital político.

Por Analía Argento – Letra P