Chubut Para Todos

La próxima pregunta de Wall Street: ¿una recesión no dramática y una inflación que se desacelera?

Desde inicios de enero la negatividad descontada en el precio de acciones norteamericanas ha sido muy sustancial al punto tal que el mercado llegaría a un nivel de insensibilidad potencial en tanto y en cuanto las noticias provengan del mismo frente, quizá estemos cerca de ese punto o quizá no, todo dependerá probablemente de cómo salgan los datos de inflación de Estados Unidos en los próximos tres meses. Un resultado alentador es que en el último dato de inflación núcleo de marzo publicado la semana anterior, los autos usados están comenzando a aflojar lo cual ha sido uno de los principales factores en la tasa de incremento en precios reciente y además la variación mensual de marzo para la inflación núcleo ha sido negativa.

Hasta ahora, el mercado tuvo dos preocupaciones exclusivas:

  • Tightening monetario de la Reserva Federal (restricción monetaria)
  • Una guerra que sorprendió a todos

Respecto a la Fed, con un mercado que tiene ya priceado una tasa de referencia del 3.25% para fines de 2023 y un QT (achicamiento de balance) comenzando de manera inminente en mayo, no parecería que este frente pudiese sorprender mucho mas de todo lo que hizo desde inicios de año y lo hecho fue mucho. Un escenario deseable sería que a nivel monetario veamos ajustes de segundo orden que serían mucho menos agresivos que los descuentos de primer orden que propinó el mercado durante lo que va del 2022. Respecto a la guerra, todo puede ocurrir. Lo clave no parecería ser la guerra en sí misma sino si se puede controlar el precio del petróleo tal como vino ocurriendo recientemente. El principal driver del mercado es hoy el precio del petróleo porque afecta breakevens (expectativas de inflación) y con ello expectativas de subas de tasa de referencia de la Fed.

Lo que no está descontado entonces es lo que se nos viene y de acuerdo con una curva de yields en USA que amagó con invertirse, el concepto de recesión potencial sería la palabra clave que fácilmente podría convertirse en el driver del segundo trimestre del 2022. La primer noción de los daños que “la restricción monetaria de la Fed” y “la guerra” pudieron haber generado será la “earnings season” (temporada de reporte de resultados en USA) que comenzó en la semana anterior. Aun si la recesión de Estados Unidos llegase a ocurrir, no tiene por qué ser un drama, es más, hasta podría ponerles un freno a las tasas largas, circunstancia que sería celebrada por el mercado de équity en general. En un contexto de “razonable desaceleración no dramática” que podría incluso mutar a “recesión leve” las acciones tecnológicas deberían overperformear a las cíclicas en especial, bancos. Pero es muy cierto que el nivel de bipolaridad es enorme y la agresividad en rotaciones también.

No parecería que la Fed “esté dispuesta” a romperlo todo para frenar una inflación que tiene parcialmente un componente de shock de oferta como causa, por lo que esperamos un “soft landing” y no un “hard landing” (aterrizaje suave vs severo) dado que parecería que la Fed será más permisiva de lo que algunos bancos de inversión esperan y de lo que el mercado actualmente tiene descontado. Que la inflación núcleo de marzo haya mostrado desaceleración es un resultado prometedor, pero a la vez incipiente. Como señal resaltamos que la tasa real a un año vista actualmente se ubica en terreno negativo lo cual refleja a una Fed laxa todavía a nivel monetario. Mas que una Fed “hawkish” (restrictiva) estamos viendo una Fed “mucho menos dovish” (laxa) y en un contexto de inflación alta por mucho tiempo “las acciones seguirían siendo un hedge razonable contra la inflación”. Por lo tanto, quizá tenga sentido sacarle “dramatismo” a una recesión si es que ocurre para un año que ya ha tenido demasiado de sobrerreacción y locura.

De un VIX rozando los 40 tan solo semanas atrás, el mercado se anima ahora a verlo mucho más bajo. Locura aparte, Wall Street se estaría acostumbrando a convivir con los dos fantasmas del 2022: 1) una Fed menos dovish, 2) una sorpresiva guerra rusa. Si la guerra rusa se queda como hoy está, no parecería importarle más a Wall Street, tal como siempre ocurrió con guerras. No caben dudas que 2022 hasta el momento ha sido un año de sobrerreacciones brutales. Los meses que se nos vienen deberán convalidar o no la desaceleración que el mercado de bonos viene descontando. Algunos puntos de la curva de yields se han invertido brevemente lo cual, de convalidarse, no debería necesariamente ser entendido como un drama. En definitiva, las recesiones forman parte del sistema capitalista y, de hecho, lo oxigenan.

El probable que la Fed intente no llegar a un hard landing y si llegase a ocurrir una recesión, probablemente sea leve. A pesar de un QT (achicamiento del balance de la Fed) inminente no parecería que la 30yr tenga mucho más para subir. Quizá el segundo semestre del 2022 sea mejor que el primero, falta mucha locura por digerir todavía pero quizá lo peor de la incertidumbre esté detrás.

Por Germán Fermo-El Cronista