Chubut Para Todos

La logia del peronismo judicial

El think tank que abriga a un colectivo político tribunalicio que tributa al proyecto de los cuatro anti K. El regreso de Manzano como manager massista. Pichetto, entre la Corte y la Magistratura.

2019, polarización extrema y esfuerzos de última hora para superar el 10 por ciento de los votos. El peronismo no kirchnerista anuncia un nuevo acto para cerrar el año y se presenta dispuesto a pelear en las elecciones, contra Mauricio Macri y Cristina Fernández. Pero tiene más de una cara y sólo está unido por el rechazo a la jefatura de la senadora. En el PJ que el mes pasado logró reunir en una foto a nueve gobernadores habitan proyectos distintos, que recelan unos de otros y necesitan crecer en serio en la recta final de una campaña que está ahí nomás.

Así como Juan Manuel Urtubey es visto dentro del espacio como el más cercano a Macri, capaz, incluso, de sumarse a la oferta oficialista, al lado del gobernador de Salta ven a Miguel Ángel Pichetto en busca de negociar poder, de cara a un nuevo mandato de Cambiemos. El senador de Río Negro lo sabe: está en su hora más difícil, su influencia y su capacidad de negociación tienen fecha de vencimiento. Pero repite que va a ser candidato a presidente y sólo sería vice de un negado al que todos esperan, Roberto Lavagna.

En tribunales, afirman que, en el arranque de la era Cambiemos, el propio Macri le prometió al señor gobernabilidad un lugar en la Corte y en el ancho peronismo deslizan que la promesa se actualizó hace no tanto, cuando Ricardo Lorenzetti trastabilló de manera imprevista en el poder. No pudo ser. Lorenzetti no piensa renunciar a su cargo y no hay forma de desplazarlo. Más, si se tiene en cuenta que a Carlos Rosenkrantz le cuesta horrores desplazar a Héctor Marchi, el administrador del máximo tribunal que Elisa Carrió denunció como su cajero. Pichetto niega los ofrecimientos para la Corte y dice que va a continuar en política. Sin embargo, renueva su influencia en zonas del Poder Judicial que ya conoce.

Mucho más que cuatro. La realidad aumentada de Alternativa Federal.
UN AÑO DE GRACIA. La alianza del massismo y el kirchnerismo, con el apoyo de Juan Schiaretti y la vista gorda de Urtubey le dio al peronismo dos sillones para Graciela Camaño y Eduardo De Pedro en el Consejo de la Magistratura. En el Senado, el que ganó un estratégico sillón fue justo Pichetto, encargado ahora de la Comisión de Disciplina y Acusación en reemplazo del oficialista Pablo Tonelli, que había llegado al cargo -también- gracias a un acuerdo con el massismo.

Pichetto estará sentado en un lugar decisivo, para muchos el más importante, pero su poder dura apenas un año, el tiempo de la campaña. Después debería dejar su sillón si no retuviera su banca de senador, algo que parece hoy imposible. El juez federal Claudio Bonadio, ahora cuestionado por los fiscales Carlos Rívolo y Carlos Stornelli, es uno de los que puede precisar su auxilio, como lo necesitó en 2005, en el amanecer de un temprano entendimiento con el kirchnerismo que hoy parece de otro mundo.

Como acaba de quedar demostrado con el procesamiento del ex intocable Jorge Brito y el pedido de cárcel para Paolo Rocca, los tribunales federales se preparan para jugar su partido en la campaña presidencial donde Macri va por la reelección. Cristina Fernandez de Kirchner, su familia y sus ex funcionarios deberán afrontar citaciones y juicios orales que tendrán un despliegue mediático apabullante. Todo lo contrario de lo que pasa con la situación del dueño de Techint y la de Marcelo Mindlin, el comprador de la empresa de Angelo Calcaterra.

Velázquez, team leader de un pack de varones de peso.

NUEVA ARGENTINA. En el peronismo, imaginan a la Fundación de Estudios Políticos Económicos y Sociales para la Nueva Argentina (Fepesna) como parte de la campaña que viene. La Fundación que preside Laura Velázquez tiene la edad de Comodoro Py. De perfil bajo, larga historia de militancia y un paso por el menemismo como funcionaria del Ministerio de Interior, la presidenta de Fepesna se concentra en los últimos tiempos en actividades de género, pero más de una vez manifestó su voluntad de dejar el espacio que combina los intereses empresariales con la articulación política y la familia judicial.

En el nuevo Consejo de Administración figura Rodolfo Daer como vicepresidente y un reconocido Consejo Asesor donde a Miguel Angel Pichetto y Federico Pinedo se suman el analista político y encuestador Enrique Zuleta Puceiro y el massista Marco Lavagna.

Manzano, el segundo de la izquierda. Aparece en el Consejo Asesor de Fepesna.

La novedad más importante, por lejos, está en la incorporación de José Luis Manzano, el ex ministro de Interior de Carlos Menem que se recicló como empresario de medios primero y se concentra ahora en los negocios en el rubro de la energía. Audacia pura pero inevitable: Manzano, que aparece como presidente de la Fundación Congreso, es señalado como el principal financista de un pretendido think tank que incluye viajes frecuentes a Estados Unidos, la tierra que refugió al ex ministro en los años noventa.

El socio de Daniel Vila tiene un visible vínculo histórico con la Fepesna que incluye su asistencia a las charlas, la coordinación de un almuerzo realizado con la UCES en 2015 y su respaldo económico al debate de ideas. Velázquez suele contar que Manzano le pide mantener activa a la Fundación, sobre todo en años electorales.

MANZANO VUELVE. Treinta y cinco años después de haber sido uno de los jóvenes de la Renovación, el mendocino aparece activo en busca de aportar su granito de arena y obtener, a cambio, alguna gratificación. Se suma a las figuras de Bonadio y Pichetto, que suelen animar las tertulias de la cofradía, y a un tercero que está siempre invitado, Sergio Massa.

Después de haber transitado sin inconvenientes los años kirchneristas y haber sido habitué de los actos y pasillos de la Casa Rosada en tiempos de Cristina Kirchner, Manzano oficia ahora como el virtual jefe de campaña del ex intendente de Tigre. Así, por lo menos, lo mencionan hoy en el peronismo de los cuatro.

La Fundación tiene su pata del peronismo porteño. El influyente Juan Manuel Olmos, ex presidente del Consejo de la Magistratura en la Ciudad, y su esposa, la legisladora María Rosa Muiños. El ex jefe de despacho del consejero Olmos, Juan Manuel Richieri, figura como prosecretario, detrás de Velázquez y Daer. En la lista aparece el radical Alejandro Tullio, una rara avis que, pese a sus amistades con el Grupo Sushi y Darío Richarte, atravesó indemne los años del kirchnerismo gracias a su buen vínculo con Aníbal Fernández. Salvo por el fronterizo Tullio, el diplomático Pinedo y la diputada Carla Carrizo, Fepesna es un seleccionado de especialistas del peronismo que parece condenado a un papel de reparto en medio de la polarización.

2017, el año perdido. Pichetto atacó a la doctora en Fepesna.

Las charlas en el Hotel Savoy pueden repetirse. En 2017, Pichetto dejó su sello en una de ellas: “La señora dividió el Ejército. Si hubiéramos dado la primaria en el marco del PJ, esos 40 puntos hubieran sido el punto de inflexión para consolidar el triunfo en octubre en la provincia”. Entre los asistentes al debate, asentía Bonadio.

El magistrado de la causa de los cuadernos es un activo animador de la Fundación que impulsa Manzano y comparte con él la filiación original en Guardia de Hierro. En 2015, el fiscal Federico Delgado pidió investigarlo por abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público en una causa en la que se lo investigaba por haber firmado un convenio con el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad como miembro del Consejo Asesor de Fepesna.

Bonadio, en on. Fepesna es tribuna habitual del pistolero de Comodoro Py.

Cerca de Manzano, anotan también a un actor clave en el círculo de afinidad de Fepesna: el fiscal general ante la Cámara de Apelaciones Germán Moldes, con asiento en Comodoro Py desde 1994. Ex secretario de Población del Ministerio del Interior del mendocino, mantiene hasta el día de hoy su sintonía fina con el empresario que tiene su consultora, Integra, con sedes en Miami, Washington y Buenos Aires. Lo que no se define en las reuniones de la Fundación se charla en “El mirasol” y “La stampa” de la Recova.

Conmovido por la muerte del fiscal Alberto Nisman, Moldes ganó un protagonismo inusitado, que no había tenido desde que fue denunciado por el ingreso irregular del traficante sirio Al Kassar, hecho que el fiscal afirma haber impugnado.

Sobrevivientes con poder, Moldes y Bonadio coincidieron en su pase del menemismo a Comodoro Py y todavía hoy se entienden de memoria. En octubre pasado, ante la impugnación del cristinista Oscar Parrilli, el ex ladero de Manzano defendió la continuidad del juez al frente del Gloriagate con el argumento de “parir un momento histórico y refundacional”. Cuestionado por los fiscales Rívolo y Stornelli, Bonadio ahora vuelve a depender de Moldes, el fiscal de Cámara que debe intervenir en el pedido para que Rocca vaya preso.

Por Diego Genoud – LetraP