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La historia de las valijas inteligentes con las que viaja Usain Bolt

Bluesmart es la empresa que crearon tres argentinos en un café de New York. Los nuevos lanzamientos que vienen.

Valija en mano, tres emprendedores argentinos no disrumpieron un segmento de mercado: lo crearon. Diego Saez-Gil, Tomás Pierucci y Alejo Verlini confeccionaron Bluesmart, una maleta inteligente que se jacta de haber llegado antes que todas, construyendo al mismo tiempo una nueva categoría: el smartride. La compañía nació global, en el sitio indicado para ello: un café de Nueva York. “Estábamos viviendo allá la revolución del hardware y IOT”, recuerda Pierucci, cuando habla del momento de la fundación, en 2013.

Hasta el momento, la compañía vendió 40.000 valijas y en 2016 facturó US$ 5,2 millones. Recientemente, en junio, lanzó al mercado la segunda generación de productos, compuesta por dos valijas –una de 22 pulgadas y otra de 29 pulgadas–, una laptop bag y un pasaporte pouch. Las valijas incluyen autolock, para cerrarla desde el smartphone, cargador, GPS, balanza y alerta de distancia. El propósito a corto plazo, explica Pierucci, es duplicar las ventas con la nueva tanda de mercadería. “Lo que importa es crecer. Es infinito. Nadie en el planeta sabe lo que es el smartride. En cinco años podemos ser una bestia”, cree. Más concretamente, quiere rugir US$ 100 millones en ventas anuales, además de lograr un IPO.

La creación de prototipos se financió con US$ 150.000 iniciales, brindados por cercanos. Luego, recurrieron a la plataforma Indiegogo, donde querían obtener US$ 50.000 y terminaron logrando US$ 2 millones, aportados por 10.000 usuarios. “Fue crowdfunding porque creo fuertemente en él. Queríamos ver si había mercado. Nos dimos a conocer gracias a eso”, recuerda el emprendedor. A través de ese portal entregaron 10.000 valijas a 110 países y para la nueva generación de productos aplicaron 60 por ciento de descuento. “Diciéndoles gracias a quienes confiaron en nosotros”, detalla. En su momento habían abierto el segmento retail, pero desistieron. “El cliente iba a tener que estar pagando el doble porque el retail se iba a llevar el 60 por ciento de comisión. No va a ser así, es muy injusto”, dice. El precio de la valija más grande ronda los US$ 700.

El objetivo de Pierucci y compañía es mejorar la experiencia del trayecto. “Nuestra gran apuesta es estar en el viaje del pasajero. Acompañarlo, darle soluciones”, plantea. Al conjunto de cuatro artículos se le suma una aplicación. “Que está jugando un papel muy importante, es un quinto producto”, detalla. El desarrollo tecnológico se realiza en la oficina argentina, mientras que el equipo de Ventas, PR y Marketing está en los Estados Unidos. “También hay un equipo de ingenieros y control de calidad en China”, agrega.

Con proyección global, Bluesmart creció andando el típico camino de financiamiento que recorre cualquiera empresa estadounidense. “Nacimos afuera y después hicimos la Argentina. Es el partido que jugamos desde el arranque. Sin el capital no se podía”, sostiene Pierucci, quien había transpirado durante una década con su anterior compañía, que comercializaba buzos de egresados. “Diez años sin poder gastar nada, a pulmón”, evoca. Luego, las bocanadas de aire llegaron en 2015, con US$ 11,5 millones provistos por inversores institucionales como Amadeus, Cota Capital e Y Combinator, así como del referente máximo de Pierucci, Marcos Galperín. “Tienen potencial, nadie tiene el futuro asegurado”, opina un empresario.

La última inyección llegó en enero de este año, cuando atrajeron US$ 12 millones en su serie A, liderada por el fondo Tsing Capital. “El objetivo con esta ronda es no depender más de los inversores para crecer. Pero no podés vivir toda tu vida buscando plata. Nuestra estrategia es ser profitable y después tomar capital solamente para crecer”, sentencia. Los inversores, cree el emprendedor, lo miraron porque él mismo divisó al mundo. “Todos los que invirtieron lo hicieron porque teníamos mirada global”, opina. En diciembre de 2015, ellos mismos anunciaron una inversión de $ 100 millones para los siguientes cinco años. “Todos se nos rieron. Y duplicamos lo que dijimos –afirma–. Ya llevamos invertidos $ 40 millones y habíamos planeado $ 20 millones”. Habla en serio.

Por Andrés Engler – Apertura Tecno