Con un fotógrafo y un poeta como base de inspiración, el diseñador francés trajo de vuelta la ciudad elegante y voluptuosa.
La última colección de Alta Costura Stéphane Rolland se inspiró en la fotografía de Brassai del París de antes de la guerra y la poesía de Jacques Prévert, y trajo a la actualidad el glamour y la elegancia de la capital francesa de los años 30.
La colección era teatral. Algunas piezas envolvían las cabezas de las modelos, mientras que otras presentaban una gran flor blanca de lirio de los valles.
Las modelos se deslizaban por la pasarela, a menudo tres en fila, con prendas monocromáticos y siluetas exageradas o sutiles y elegantes.
Las joyas se presentaron en forma de broches, cinturones o hebillas llamativos, generalmente adornados con piedras brillantes.
“Soy como soy, estoy hecha así”
“Mis tacones son muy altos, mi cuerpo muy erguido, mis pechos muy firmes, mis ojeras muy profundas”, describe “Soy como soy”, uno de los poemas más conocidos de Prévert, que se encarnó en las modelos durante el desfile.
Chaquetas cortas o largas, pero siempre abiertas sin nada debajo. Tajos realmente extremos y transparencias derrocharon sensualidad en la pasarela.
Toda la colección fue estrictamente en blanco y negro, como Brassaï (fue uno de los primeros fotógrafos en lanzarse a las calles parisinas en los años 30 para practicar lo que más tarde se denominaría fotografía urbana).
Las transparencias extremas no podían faltar en esta colección cargada de sensualidad.
Para cerrar el desfile, la supermodelo canadiense Coco Rocha llevó un diseño con inspiración nupcial, que bien puede ser un vestido o una capa, cubierta con flores blancas en 3D.
Otra gran colección de Rolland, una de las últimas grandes casas de alta costura francesas independientes cuyo destino sigue en manos de su fundador.
