Milei coloca a seis ex JP Morgan en puestos clave, desde Economía hasta Cancillería. Su gobierno parece ceder a Wall Street, priorizando intereses financieros globales sobre la soberanía y la crisis local.
En un gobierno que se jacta de romper con el establishment, Javier Milei ha colocado en posiciones de poder a seis ex ejecutivos de JP Morgan, el coloso financiero de Wall Street. Esta concentración de banqueros en Economía, el Banco Central y hasta Cancillería genera sospechas de que las decisiones clave responden más a los intereses de la élite global que a las necesidades de un país en crisis, perpetuando un modelo que prioriza el mercado por sobre la soberanía nacional.
Estos perfiles, formados en la meca de las finanzas, han migrado a roles estratégicos, alimentando críticas por conflictos de interés, especialmente con la deuda externa y ajustes que benefician a inversores extranjeros.
Luis “Toto” Caputo, actual Ministro de Economía, inició su carrera en JP Morgan como jefe de trading para América Latina entre 1994 y 1998, manejando bonos y acciones en la región. Su paso por el banco lo posicionó como un experto en mercados emergentes, pero detractores lo acusan de priorizar Wall Street sobre la economía local, como se vio en su gestión anterior bajo Macri.
José Luis Daza, Secretario de Política Económica y viceministro de Economía, fue director gerente y jefe de investigación de mercados emergentes en JP Morgan de 1992 a 2000. De origen chileno pero con lazos argentinos, su experiencia en análisis global lo trajo al equipo de Caputo, donde impulsa reformas liberales que, para muchos, profundizan la desigualdad al favorecer a grandes capitales.
Santiago Bausili, presidente del Banco Central de la República Argentina, trabajó once años en JP Morgan, desde 1996 hasta 2007, como vicepresidente en mercados de capitales y derivados para Argentina, Chile y Perú. Su rol en el BCRA ha sido controvertido, con políticas de desregulación que críticos ligan directamente a su formación en el banco, cuestionando la independencia monetaria del país.
Pablo Quirno, nombrado canciller el 23 de octubre de 2025 en reemplazo de Gerardo Werthein, acumula más de tres décadas en finanzas, incluyendo su cargo como director para Latinoamérica en JP Morgan desde Nueva York. Mano derecha de Caputo, su ascenso a Relaciones Exteriores genera alarma: un economista al frente de la diplomacia podría alinear la política exterior con agendas de mercado, como se insinúa en su trayectoria en fusiones y adquisiciones regionales.
Vladimir Werning, vicepresidente del BCRA, fue director ejecutivo y economista jefe para América Latina en JP Morgan de 1996 a 2016. Su expertise en investigación soberana lo convierte en un pilar del equipo, pero su visión pro-mercado ha sido criticada por ignorar impactos sociales, como en análisis de deudas que favorecen a prestamistas internacionales.
Finalmente, Demián Reidel, presidente de Nucleoeléctrica Argentina desde abril de 2025 y ex jefe de Gabinete de Asesores Presidenciales, pasó por JP Morgan en sus inicios, enfocándose en mercados emergentes antes de Goldman Sachs. Físico y economista, su rol en energía nuclear y asesoría a Milei despierta dudas sobre si su bagaje financiero prioriza inversiones privadas sobre seguridad pública.
Esta “red JP Morgan” no es coincidencia: eventos como la visita del CEO del banco a Buenos Aires en 2025 refuerzan la percepción de una puerta giratoria entre finanzas globales y poder local. Críticos argumentan que compromete la autonomía argentina, favoreciendo un modelo que agrava la crisis para la mayoría mientras enriquece a unos pocos.
Fuente: Revista Noticias

