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Jorge Cyterszpiller y Guillermo Coppola, otras claves de “Maradona, sueño bendito”

Este jueves por Amazon llega la serie sobre el 10. Aquí, los encargados de encarnar a los representantes de Diego coinciden en señalarlo como un trabajo por demás especial.

Quien fuera el primer representante de Diego Maradona y el que fumaba bajo el agua. Jorge Cyterszpiller y Guillermo Coppola también son parte de Sueño bendito, la esperadísima serie sobre el 10 que este jueves estrenará su primer episodio, por Amazon Prime Video en simultáneo por Canal 9, a las 22. No fueron los únicos sujetos que se dedicaron a los negocios del ídolo deportivo (ahí también aparecen Marcos Franchi y Matías Morla) pero tanto “el gordo” como “Guillote” son, sin duda alguna, los más icónicos y relevantes en la historia que cuentan estos diez episodios

Aquí la amistad se mezcla con millones y la lealtad tiene fecha de caducidad inscrita. Peter Lanzani es el encargado de interpretar a “la fiera para pelear contratos” y el que en Barcelona le llevaba “problemas en vez de pesetas”, según dijera Maradona. Leonardo Sbaraglia y Jean Pierre Noher, por su parte, componen a quien fue “parte de mi propio cuerpo”, en palabras del crack. El vínculo con Cyterszpiller va de la época de los Cebollitas hasta el desembarco en el Nápoli. Pasa de la amistad al destrato incluyendo algunas notas de comedia. “¡Tus hermanos te relatan los capítulos del Chavo por teléfono desde Buenos Aires!”, le recrimina su primer manager durante su conflictivo pase por Barcelona. Con su segundo manager se dará algo muy parecido, la mayor diferencia es que el raid será mucho más al filo y fastuoso… maradoniano, en definitiva.

-El caso de Jorge Cyterszpiller fue inverso al de Guillermo Coppola, primero empezó como amigo y después como representante. Pero en ambos casos la fidelidad, los negocios, la camaradería y la traición, aparecen en foco. ¿Eso une a los personajes?

Peter Lanzani: -Yo creo que ellos de una manera u otra fueron los mismos, lo que cambió es que fue el contexto, iban creciendo con cuestiones absurdas que les iban pasando en la vida, ¿no? De una cuna muy humilde a ser los reyes de Barcelona y Nápoles en unos pocos años. Es un cambio rotundo. Lo que más tratamos de trabajar es el vínculo con los Maradona que hacen Nico y Nazareno, y en base a eso indagar en esa amistad muy pura que se vuelve una representación, luego las asperezas, pero el cariño que se tenían era innegable. Fueron creciendo a los bifes como la gran mayoría de los futbolistas o gente que está expuesta a situaciones que no son cotidianas.

Leonardo Sbaraglia: -Con Jean Pierre sucedió algo diferente porque el personaje se desdobla. A mí me toca la faceta del tipo entrañable, es un Coppola que parece salido de una película italiana de los ’60…

P. L.: -¡Fellinesco!

L. S.: -Coppola es como Vittorio Gassman en Il Sorpaso o Marcello Mastroianni en La Doce Vita. Es un personaje así de grande.

-A diferencia de otros personajes, Guillermo sigue vivo y muy presente en el imaginario. ¿Tuvieron contacto con él?

L. S.: -Guillermo siempre fue muy generoso, simpático y afectuoso conmigo. Está agradecido de que se hable de esta historia que también es su vida. Se prestó a colaborar con nosotros desde todo lugar. Es un Coppola festivo, lo cual es decir bastante. Es muy divertido, magnético, histriónico y tiene esa cosa seductora que te arrolla.

Jean Pierre Noher: -El personaje sigue siendo el mismo, pero está atravesado por cosas y zonas más oscuras. Más allá de las características, y de tratar de no traicionarlo en el imaginario de la gente, creo que lo que aparece acá es su aspecto paternalista. No es solo un representante, además de ser un consejero y de tener que lidiar con todas las cosas de su representado, tienen una relación que va mucho más allá de eso. Lo que se tenían era amor. Amor fraternal, si querés, pero amor al fin.

L. S.: -De admiración, ¿no? Y eso era mutuo. Guillermo le imprime a su vida un nuevo modelo. Queda claro.

J. P. N.: -Tenían una relación muy simbiótica, de conocerse realmente la intimidad. No me tocó hacer todo lo histriónico y seductor, pero creo que en algún momento eso se ve. Cuando tienen que lidiar para zafar de la situación que tienen que vivir en Punta del Este. Cómo sacarla adelante. Fue hermoso. Y trabajar con Juan Palomino que, como todos, se entregó de lleno a lo que estábamos creando. Creo que cada papel y actor está trabajado por el profundo amor que despertó Maradona.

-¿Cuán distinta fue esta producción en el sentido del peso emocional que genera el protagonista en todos los involucrados?

P. L.: -Este proyecto tiene algo muy lindo: podés palpar la historia futbolística y personal de Maradona. En mi caso fue encarnando a Jorge Cyterszpiller. Mucha parte de su vínculo es con el inicio de Maradona y no tenía tan presente ese período de su vida.

J. P. N.: -Soy completamente maradoniano. Me levantaba a las seis de la mañana para ver los partidos de la selección juvenil del ‘79, ese equipo mítico que formó con Ramón Díaz y fue campeón del mundo, después de que Menotti lo sacara en la lista final para el mundial 78. De ahí en más le seguí toda su carrera por todos sus equipos. Tenía una profunda admiración de él como futbolista y como personalidad y representante de los jugadores en el mundo, como transgresor, y por no olvidarse nunca de sus comienzos, del hogar humilde del que provino, de cómo le dedicaba todo lo que obtenía a su familia. Tuvimos mucha suerte, me siento bendecido y honrado de estar acá, y particularmente para mí me toca este personaje muy divertido y con otras aristas. Se trata de personificar, recrear, al menos acercarnos un poco a esa personalidad tan singular que tiene Guillermo Coppola.

L. S.: -Lo que más recuerdo fue el “me cortaron las piernas”. Justo ese día era mi cumpleaños: 30 de junio de 1994. Veníamos de ganarle a Nigeria y luego fue todo dolor y llanto. Las palabras de Dolina por esos días. Fue de los momentos más duros de muchísimas personas. Fuimos creciendo con este hombre, con sus desniveles, caídas, vueltas, su renacer y épica. Y hablo por mí. Un tipo que generó tanto hace que todos los que estemos involucrados hayamos dado lo mejor de nosotros. Al margen del personaje que nos tocara interpretar. Definitivamente este proyecto lo hemos hecho desde un lugar distinto a otros. Sabiendo que estábamos contando la historia de Maradona pero también la historia argentina en los años de Maradona.

Por Federico Lisica – Página/12