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Horacio Verbitsky: “Si no se mejora la distribución, no hay ningún candidato del Frente de Todos que pueda ganar la elección”

El reconocido periodista analizó el panorama político de cara al 2023. Además, destacó que cuando se produjo la ruptura con Montoneros, “tanto Cristina como Néstor quedaron del lado de Perón”. A su vez, resaltó en Modo Fontevecchia que “Hebe de Bonafini era la Plaza de Mayo”.

El director de El cohete a la lunaHoracio Verbitsky, recordó a Hebe de Bonafini y manifestó que es un símbolo “muy fuerte y trascendió las fronteras”. También resaltó que el último acto de Cristina Kirchner “es un punto de inflexión respecto de la actitud más derrotista que se percibía”. “Si no se mejora la distribución, no hay ningún candidato del Frente de Todos que pueda ganar la elección“, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).

Para los más jóvenes que están siguiendo el programa, ¿cómo podrías describir la figura histórica de Hebe de Bonafini?

La figura de Hebe de Bonafini es parte de movimiento. Ella se ha convertido en el símbolo máximo, pero no se trata de una acción individual, sino de formar parte de un colectivo. Eso tiene a su mayor significante en las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, pero también se incluyen a otras organizaciones. El CELS es una de ellas. Además, su vinculación ha sido muy estrecha durante la dictadura, aunque después hubo divergencia y algunas internas.

Dentro de ese colectivo, Hebe se caracterizó por una capacidad de comunicación muy grande, superior a la del resto, con posiciones tajantes. Por ejemplo, en el Juicio a las Juntas, que ahora se está recordando tanto a partir de la película Argentina, 1985, no se hubiera llegado a esa instancia sin el movimiento de derechos humanos.

Pero sin el trabajo de la Asamblea Permanente y del CELS, recopilando datos e investigando, no hubiese sido posible el funcionamiento de la CONADEP ni el Juicio en sí. Como tampoco la denuncia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Había un complemento muy grande, que a veces se oscurece por algunos conflictos entre los dirigentes de las organizaciones, aunque no tienen demasiada importancia, pero generaron divisiones. Y Hebe es el símbolo máximo de esa lucha.

Es más, me acuerdo que en una entrevista que le hice me contaba que, en un viaje que estaba haciendo en ómnibus a La Plata, se dio cuenta que la reconocieron y alguien dijo “mirá, ahí está la Plaza de Mayo”. Es decir, Hebe de Bonafini era la Plaza de Mayo. Ese símbolo es muy fuerte y trascendió las fronteras.

El fallecimiento de algunas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, mientras avanzan los discursos que reivindican la dictadura, ¿creés que puede generar un rompimiento del pacto democrático en las generaciones más jóvenes?

Es difícil anticipar una cosa así. Pero hay una tendencia mundial a la resignificación del pacto democrático y la Argentina no queda exenta de eso.

Por ejemplo, estaba leyendo esta mañana una nota de un diario israelí, donde se cuenta que el nuevo gobierno de ultraderecha de Benjamin Netanyahu también cuenta con movimientos mucho más a la derecha. Está poniendo en cuestión una ley básica de libertad y dignidad humana, que tiene 30 años, y garantiza los derechos humanos para todos los habitantes del territorio, más allá de su religión y militancia política.

También hay un intento de restringir el otorgamiento de la ciudadanía israelí a judíos que provengan de otro lugar del mundo. Eso se manifiesta en la represión constante a todas las reivindicaciones de los ciudadanos árabes en Israel y de los palestinos en los territorios ocupados. Es decir, la tendencia es mundial.

Esto también ocurre en la Argentina, por eso tenemos manifestaciones como la de los libertarios. Si bien ha tenido un perfil bajo, no se puede olvidar que la compañera de fórmula de Javier Milei en la última elección ha sido una de las dirigentes que ha trabajado por el negacionismo de los crímenes de la dictadura.

También, cuando Mauricio Macri dice que los alemanes son una “raza superior”, está expresando lo mismo. Y cuando se rectifica a pedido de la DAIA, confirma lo que dijo.

En el discurso de Cristina Kirchner en La Plata, ella hizo una referencia contando que en 1974, cuando se produjo la ruptura entre Perón y Montoneros, tanto ella como Néstor quedaron del lado de Perón. Y ahora resulta que se los acusa de Montoneros.

Pero es prematura para decir cómo va a impactar esto en los más jóvenes. Durante el gobierno de Macri hubo una ofensiva muy grande en ese sentido, que tuvo su pico en la sanción de la resolución del 2×1, a través de la Corte Suprema. Pero hubo tal reacción social que tuvieron que retroceder.

Los discursos optimistas en campaña política

En tu última columna pusiste “¿Qué esperar de la esperanza?”. ¿Cómo se puede sintetizar ese concepto?

Me pregunto eso, pero no tengo una respuesta definitiva. La presentación de Cristina Kirchner, con la consigna de la esperanza, es un punto de inflexión respecto de la actitud más derrotista que se percibía. Se plantea una esperanza a futuro. Recuerdo cuando Alberto Fernández decía que “sin Cristina no se podía, pero que sólo con ella no alcanzaba”.

En el estadio de La Plata se veían consignas que decían “si el pueblo quiere, Cristina puede”. Me parece que viene por ese lado la esperanza. El macrismo, para simplificarlo, está prometiendo medidas de anulación de leyes que protegen derechos y anunciando medidas muy duras.

Coincidís entonces con Jaime Durán Barba, que dice que nadie ganó prometiendo ajuste.

No conocía esa postura, pero la comparto. Es cierto que no coincido ideológicamente con él, pero como analista me parece muy estimable. De alguna manera, eso que él describe es lo que hizo Macri para ganar en el 2015, cuando no prometía ajuste, sino todo lo contrario. Pero también por eso fue una estafa su gobierno, porque hizo todo lo contrario de lo que había prometido.

El mensaje esperanzador del Frente de Todos

Que Cristina Kirchner haya subido al escenario a Wado de Pedro y Axel Kicillof, ¿lo interpretás como un signo de sucesión?

Me parece que sí, porque ese acto estuvo muy estudiado. Nada quedó librado a la improvisación. Que ellos subieran al escenario fue todo un mensaje.

Me dicen que están a la espera de que asuma Lula en Brasil para recibir 15 mil millones de dólares, con el objetivo de aumentar las reservas y así lograr un plan antiinflacionario en serio. ¿Tenés información al respecto?

Lo he leído, y tendría un efecto importante para la estabilización económica en la Argentina. Pero no tengo información sobre un avance en la negociación. Lo que sí me pareció importante fue retirar la candidatura de Cecilia Todesca para el BID, apoyando al candidato brasileño. Eso muestra que hay algunas líneas que no pasan por la ideología, porque Ilan Goldfan era el candidato de Bolsonaro, no el de Lula, pero lo asumió como propio.

Y no nos olvidemos que tiene como vicepresidente a Gerardo Alckmin, que es un hombre de centro-derecha. Y en todos los gobiernos del Partido de los Trabajadores la economía ha estado en manos de ortodoxos.

Las posibles candidaturas del Gobierno

En ese sentido, si le sale bien a Sergio Massa, ¿sería el candidato natural?

Me resulta aventurado eso. Primero porque Massa dijo que no está pensando en una candidatura para el 2023. Es un hombre joven, que está más maduro, y logró controlar la ansiedad que le jugaba en contra. No estoy seguro que tenga la posibilidad de reunir los votos que expresó el Frente de Todos en el 2019. Es una candidatura que no sería pacífica en el Gobierno.

¿Cristina sí podría ser candidata? ¿A quién ves con posibilidades?

Si se estabiliza la economía, desciende la inflación, y al crecimiento macroeconómico se le suma la mejor distribución que reclama Cristina, existe la posibilidad de que el Frente de Todos tenga chances de ganar la elección del 2023.

Si no se mejora la distribución, no hay ningún candidato del Frente de Todos que pueda ganar la elección. Salvo que la oposición siga cometiendo alguna torpeza.

En este momento, algunas encuestas marcan que el PRO aparece tercero, y la elección se polariza entre el Frente de Todos y Milei. Eso es indicativo de que algo está pasando, más allá de que no creo tanto en las encuestas. En ese sentido, la emergencia de una figura como la de Javier Milei puede ser un problema.

Y nada es más elocuente que la denuncia de José Luis Espert contra Cristina Kirchner y los 37 senadores que eligieron a los representantes en el Consejo de la Magistratura. Eso tiene un antecedente en el golpe de 1955, cuando le pasó a Perón. Ese corrimiento a la derecha existe y no está claro a quién va a beneficiar.

La influencia del panorama económico en las votaciones

Lo que nos queda claro es que, si no mejora la economía, ni Cristina Kirchner podría ganar las elecciones.

Eso seguro que no, y nadie lo sabe mejor que ella. No nos olvidemos que en el 2020 hizo una advertencia para no perder las elecciones del año siguiente. Alberto Fernández creía que se iba a ganar el año pasado, pero Cristina sostenía que se iba a perder. Confieso que estaba con Alberto en esa interpretación, pero ella estaba segura de que se perdía, y tenia razón. Si eso era así en aquel momento, imaginate ahora con el desgaste natural de cuatro años de gobierno y las divisiones internas.

¿Depende de Sergio Massa y el manejo de la economía?

No depende de Massa, sino de la situación de la economía. Mencionamos antes la posibilidad de una colaboración de Brasil en ese sentido, y cuando Alberto Fernández viaja para reunirse con Lula después de la elección, o cuando aparece con Evo Morales, ahí Cristina le da su apoyo porque en los momentos difíciles, él se la jugó.

Se ha hecho más hincapié en las cuestiones personales y menos en el contenido de las diferencias. Ahora, la relación con Lula es de Cristina. Él no se puso la gorra de “Alberto 2023”.