Chubut Para Todos

Gustavo Marangoni: “Somos más contemplativos con Kirchner y Milei que con de la Rúa y Fernández”

“En la cultura política de nuestro país se tolera más el abuso de poder que la falta de ejercicio”, señaló el politólogo y ex funcionario.

El docente universitario y politólogo Gustavo Marangoni sostuvo que en Argentina “el decisionismo paga mejor que el republicanismo”. Además, aseguró que tanto el oficialismo como la oposición creen que marzo y abril serán “meses horribles” desde el punto de vista de la actividad y los ingresos. “La Argentina está mal administrada, porque siempre es más fácil declarar rápido y lograr los títulos en una nota que tomarse el trabajo de administrar con seriedad”, declaró en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Gustavo Marangoni es un politólogo graduado en la Universidad del Salvador. Además es docente universitario y socio de M&R Asociados. Se desempeñó como Director de la carrera de Ciencia Política en la facultad de la cual egresó y actualmente ejerce como profesor de Análisis Político en la Universidad de Belgrano. En la administración pública, trabajó profesionalmente en la Junta Nacional de Carnes; la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación; la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación y en la Vicepresidencia de la Nación. Entre 2007 y 2015 fue director, vicepresidente y presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires.

Estuve dos semanas fuera del país en São Paulo y me sorprendía el deseo y el esfuerzo que hacia el círculo rojo brasileño por querer ver a Milei como racional y pensar que puede tener un final feliz. Inclusive me planteaban que la elección del balotaje era entre “un hijo de puta y un loco”, que el hijo de puta no tenía cura y que el loco, a lo mejor, podía tenerla. ¿Cuál es tu propia evaluación del deseo por hacer parecer racional al Presidente?

Respecto al orden que vos proponés, primero destacar la lucidez del establishment brasilero: ellos saben que los países no se mudan, Argentina puede estar gobernada por Milei, Cristina, Alberto o Macri, pero va a seguir estando al lado de Brasil. Se ha dicho muchas veces que Brasil y Argentina son el equivalente a nivel latinoamericano de lo que son Francia y Alemania. Necesitan entenderse, porque tienen intereses unidos por la geografía. En el dia de ayer se conoció que tanto Brasil, Chile, Ecuador y Uruguay firmaron una solicitud respaldando la posición argentina en el juzgado de Nueva York por el tema de YPF, porque saben que ese fallo puede sentar jurisprudencia que el día de mañana los afecte a ellos. Eso es tener una visión de los intereses trascendentes a los gobiernos.

Ahora, con respecto a la segunda parte de tu pregunta, yo creo que está referida a las ganas del círculo rojo y una buena parte de la sociedad para que una nueva gestión no se trunque rápido, es decir, el hecho de no estar preparados para una decepción temprana. Lo mismo puede suceder en el ámbito personal de la vida: uno puede estar bien en una relación, pero cuando ve algo que no le gusta, lo deja de lado y confía en que van prevalecer las cualidades. No es fácil hacerlo con el presidente Javier Milei, porque tiene un estilo que, dicho con buenos ojos, podría ser disruptivo, pero también tiene caracteres autoritarios. El propio uso del cual él se jacta en la imagen de la motosierra evita la posibilidad de cualquier sutileza. Una motosierra no es el símbolo de la sutileza, es el símbolo de cortar en cualquier circunstancia sin reparar entre los límites de lo correcto y lo incorrecto. Ese es el proceso en el que estamos, y todavía se está reordenando todo el tablero a esta novedad, tanto el del no peronismo como el del peronismo. El tablero del no peronismo es el que quiere liderar el Presidente, y por eso ha sido más estricto con el PRO, con el radicalismo y los sectores que están más cerca de él porque le interesa su gente, y en el lado del peronismo el desorden o la falta de liderazgo es más evidente, pero por el momento parece alcanzar el hecho de diferenciarse de la postura libertaria.

Salvando las profundas distancias y planteando que nunca se puede repetir la historia ¿hay algo de repetir en la historia otros métodos donde se aceptan los medios aunque no sean lo mejores y se disculpa a quien los lleva adelante porque se coindice con los fines? Como en los golpes militares, en donde se aceptaban las debilidades éticas a cambio de que llevaran adelante las ideas económicas, salvando la gigantesca distancia, ¿es algo que se repite en la historia argentina?

Mark Twain decía que la historia no se repite pero rima. Creo que en la cultura política de nuestro país se tolera más el abuso de poder que la falta de ejercicio, somos más contemplativos con Kirchner y Milei que con De la Rúa y Alberto Fernández. 

Muy interesante, ¿por qué?

Creo que, en este caso, la sociedad prefiere a aquel que ejercite el poder de más que de menos. Nosotros somos presidencialistas, no solo porque a Alberdi se le ocurrió darle a un presidente las prerrogativas de un monarca, sino por cultura. El decisionismo paga mejor que el republicanismo. Queremos que el que está en el poder decida, mucho más después de una presidencia de Alberto Fernández, que estaba permanentemente explicando por qué no hacía las cosas. Bueno, ahora viene alguien que hace un culto del desequilibrio, hay una desregulación desde lo económico hasta lo emocional

Me quedo pensando en la causa irreductible. Hay urgencias que llevan a que se prefiera el decisionismo por sobre el republicanismo. Finalmente eso pudo haber justificado a los golpes militares, pero yendo rápido de un lado hacia el otro, finalmente no vamos a ningún lado, porque siempre volvemos al mismo lugar…

Creo que solemos privilegiar la velocidad por sobre la precisión. No sabemos lo que queremos, pero lo queremos ahora, aunque dentro de tres semanas lo estemos insultando por las consecuencias. Milei y Néstor se parecen bastante, los dos fueron presidentes que se autopercibieron débiles en su origen. Néstor porque tenía el 22% de votos y Milei porque, si bien tiene el 56% robusto que le dio la segunda vuelta, no tiene ni intendentes y gobernadores, entonces los dos sobreactuaron fortaleza, por lo tanto, exacerbaron el decisionismo. Por supuesto que es un camino para intentar acumular poder, pero también involucra los riesgos. 

Por ejemplo, un presidente que puede tuitear sobre el orden global o hasta sobre el champagne que supuestamente se consumía en la gestión anterior y luego pedir disculpas. Si uno toma ese ejemplo, se puede preguntar si con la misma velocidad y el mismo carácter podrá decidir sobre cosas más importantes. Si se decidirá con el mismo grado de información sobre temas más importantes que el champagne de la gestión anterior.

La Argentina está mal administrada, porque siempre es más fácil declarar rápido y lograr los títulos en una nota que tomarse el trabajo de administrar con seriedad, que requiere mucha educación, estudio, equipos y tiempo. Pero, para qué hacer todo eso si al mismo tiempo se puede tomar una decisión que es más efectista que efectiva, pero que no requiere tanta administración. Si uno, por ejemplo, sube las retenciones, sólo tiene que poner los números y después empieza a ingresar toda la plata. Si, por el contrario, uno quiere cortar los recursos en una provincia, se toma la decisión y los fondos dejan de fluir, pero las consecuencias de una y otra medida tienen que ser administradas, y me parece que esa es la parte más floja de todas las culturas políticas existentes en Argentina. 

¿Esa idea de que se prefiere la velocidad antes de la precisión lleva a la idea de que tenemos una sociedad a la que le gusta el vértigo que esconde un vacío y una frustración?

La combinación de velocidad y precisión la tomo de la física. El principio de incertidumbre dice que uno no puede medir con la misma exactitud velocidad y precisión a la vez. Si tenés la dimensión de la precisión perdes velocidad y a la inversa. Los argentinos estamos tan acostumbrados a vivir en incertidumbre que no se si estamos preparados para mayor grado de incertidumbre. Decimos que anhelamos la estabilidad, pero no sé cuánto aguantaríamos vivir en la estabilidad. Desde que soy chico he escuchado que Argentina está en crisis, por lo tanto, yo estoy más preparado para estar en el día a día que en el mediano y largo plazo, eso es un reentrenamiento. De alguna manera la inestabilidad es nuestra adicción.

Claudio Mardones: Hablando de la precisión y la urgencia, en el plazo corto nos encontramos con un Javier Milei que el viernes pasado, en el horario del prime time, decidió convocar a los gobernadores para explorar un nuevo pacto para el 25 de mayo, siempre y cuando se apoye la ley ómnibus. Después vino el ministro Guillermo Francos que aseguró que no era tan así. Luego nos encontramos con una reunión entre los tres encargados de la relación con las provincias, Guillermo Francos, Nicolas Posse y Luis Caputo. Ya no está la convocatoria para mayo, sino para el próximo viernes, pero ahora no es a todos los gobernadores, sino por grupos. ¿Qué sucede ahí? ¿Ve impericia e improvisación o solamente hay un discurso para ganar tiempo en donde la convocatoria sea para no negociar?

Si tengo que modificar la vieja frase de Perón sobre que la organización vence al tiempo, diría que la improvisación vence al tiempo, porque todo se va haciendo sobre la marcha, entonces de alguna manera se dice algo, se corrige y se reacciona. Es la consecuencia de una fuerza política que llegó al poder de manera inesperada, no solo de los adversarios sino también del propio Gobierno. 

Dicho esto, me parece que lo que se está negociando tiene que ver con los recursos y una vez más queda claro aquel viejo dicho de la política que dice que cuando no estás sentado en la mesa estas en el menú, porque los que están en el menú son todos los integrantes de la sociedad civil. El punto que puede ser el acuerdo nacional entre nación y los gobernadores, dicho por el Gobierno nacional, es la restauración del Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría, con lo cual queda claro que desde la devaluación y los aumentos. Cómo no puede dejar de ocurrir en cualquier ajuste, la magnitud que pretende el presidente recae sobre los contribuyentes, sobre aquellos que no solo son empleados, sino comerciantes, productores, etc.

Si hay algo en lo que están de acuerdo oficialismo y oposición es que marzo y abril van a ser meses horribles desde el punto de vista de la actividad y los ingresos. Mientras tanto, están discutiendo respecto del Pacto de Mayo, de cuyos 10 puntos sólo hay uno que importa, que por supuesto es el único que no se va a considerar, que es el de la coparticipación federal, porque como los argentinos somos algo remolones, cuando se modificó la Constitución del 94’ se estableció una cláusula transitoria que establece que debíamos tener ley de coparticipación para 1996. Es más rígida la legislación para modificar el sistema de cobro y reparto de los impuestos entre los tres niveles de gobierno que reformar la Constitución nacional. Eso marca que no hay voluntad de encarar el tema más crucial del asunto fiscal en la Argentina, entonces, tenemos este desbalance en donde el Gobierno nacional debe encargarse de los pobres, de los viejos y de la deuda. Es decir, de jubilados, de intereses y de todo lo que tiene que ver con la asistencia social, y por eso hay un esquema fiscal que ahora lo obliga a poner el chicotazo sobre las provincias, pero de manera brutal como una motosierra lo sugiere y no como un bisturí. 

Gobernadores
El presidente Javier Milei convocó a los gobernadores a un reunión

CM: O sea que usted ve que el Presidente está tratando de ganar tiempo, pero algo que pasó desapercibido fue la visita de la número dos del Fondo Monetario Internacional, que se reunió con el oficialismo, la oposición, el Presidente y dio dos entrevistas. Además de su preocupación por el impacto del ajuste hubo un mensaje por el Presidente respecto a que, por fuera de la actividad presidencial, hay un gesto de mayor gobernabilidad, ¿cree que fue el planteo del Fondo lo que originó el panteón de ganar tiempo y explorar otra negociación?

Sin duda, porque el abuso del Decreto de Necesidad y Urgencia o de ir por la periferia de la ley, en última instancia, hace mucho más endeble todo. Los argentinos sufrimos el síndrome de Juan de Garay: cada vez que llega un gobernante nuevo viene a fundar una nueva ciudad, ya sabemos que los primeros meses son bien recibidos, que se habla de la pesada herencia y de la crisis más terrible de Argentina, etc. Habitualmente dicen que en Argentina nunca te aburrís, pero yo soy arbitrario de todo lo contrario: no hay país más aburrido que este. 

CM: ¿Desde hace cuánto tiempo no recuerda un shock tan abrupto en los primeros 90 días de un presidente?

Habría que ir hacia la década de los ’90, pero la diferencia es que ahí había marco legal en la ley de emergencia económica y de reforma del Estado. Pero el shock que tiene como intención equilibrar las cuentas, declarativamente, al principio tiene apoyo de todos, pero una cosa es hablar de la muerte y otra morirse, entonces, cuando te toca transitarlo es distinto. Ya estamos viendo el impacto en la economía real y veremos efectos más importantes en los próximos dos meses, entonces habrá que ver cómo procesa el tratamiento el paciente, que en este caso somos todos nosotros.