En un pequeño pueblo pusieron a chicas en ropa interior con las señales de límites de velocidad para concientizar sobre los accidentes.
Si el objetivo era llamar la atención, con esta campaña seguramente lo consiguieron. Cuando pensaron en cómo hacer que los automovilistas saquen la pie del acelerador, las autoridades del pueblo ruso Severniy recurrieron a la imaginación. Y la forma que encontraron de lograrlo fue convocando a un grupo de bellas jóvenes a las que pusieron ligeras de ropa a la vera del camino, con carteles indicando la velocidad máxima a la que se puede circular en esa ruta.
Los resultados se hicieron notar de inmediato. Claro, los automovilistas de pronto ya no tenían prisa, y bajaban la velocidad al mínimo permitido. Mientras tanto, van observando con atención los carteles y a las chicas, por supuesto.
Las autoridades de una pequeña villa rusa al ver que la mayoría de los accidentes eran protagonizados por hombres, que pasaban a más velocidad de la permitida, haciendo caso omiso a los carteles que indicaban que en ese lugar sólo se podía circular a una máxima de 40 o 60 kilómetros por hora, decidieron que debían llamar la atención de los automovilistas de otra manera. De ahí surgió la idea.
