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El Parlamento Europeo etiqueta como “verdes” la energía nuclear y el gas

El gas y la energía nuclear se consideran fuentes de energía sostenibles.

Esa es la histórica decisión que ha tomado este miércoles el Parlamento Europeo, que rechazaba la propuesta de excluir estos dos recursos de la llamada taxonomía de la Unión. En otras palabras, la energía nuclear y el gas podrán ahora beneficiarse de las inversiones del bloque en su lucha contra el cambio climático.

Para los verdes, este resultado pone no obstante en duda el compromiso de los 27 con el medio ambiente:

“Esto es un desastre para el Green Deal europeo”, opina el eurodiputado Philippe Lamberts, de los Verdes por Bélgica. “Si lo que quieres es perder credibilidad disparándote en el pie, esto es precisamente lo que tienes que hacer”.

Se preveía que la votación en el hemiciclo fuera reñida, ya que los grupos políticos se presentaban a la misma fracturados por diversos intereses nacionales. Al final, no obstante, el resultado fue bastante claro: una mayoría de 328 eurodiputados, frente a otros 278, no se opuso a considerar la energía nuclear y el gas como energías de transición. 

Para los partidarios de esta propuesta, hecha en enero por la Comisión Europea, este paso era necesario: “Creo que sólo refleja las necesidades existentes”, sostiene Pascal Canfin, presidente de la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, que aclara que “hablamos del gas sólo cuando sustituye al carbón, y sólo si se utilizan las mejores tecnologías disponibles”. 

Con respecto a la nuclear, Canfin reconoce que “es arriesgada”, y que “por eso no está estrictamente en la categoría de “verde”, a la vez que recuerda que, con todo**”es energía descarbonizada,** y por eso es útil que se utilice en la lucha contra el cambio climático”.

La batalla política en torno a este texto es importante, porque la taxonomía permite clasificar las inversiones como sostenibles o no. El gas y la energía nuclear quedan ahora clasificadas como fuentes de energía que reducen las emisiones de CO2. Si el Consejo, que es la institución que representa a los Estados miembros, tampoco se opone a esta clasificación, la taxonomía entrará en vigor en 2023.