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El líder mapuche Facundo Jones Huala fue beneficiado con la prisión domiciliaria

El líder mapuche fue trasladado a la casa de su abuela en Esquel. Dos de sus familiares actuarán como celadores

El lonko Facundo Jones Huala abandonó esta mañana la Unidad 14 de Esquel después de permanecer recluido exactamente un año y un mes con destino a la casa de su abuela Trinidad Huala. El juez Gustavo Villanueva dispuso las formas de la prisión domiciliaria después de que la ordenó la Cámara de Casación Penal de Comodoro Py.

El referente indígena aguardaba desde hace varios la llegada de una tobillera electrónica para poder concretar su traslado hacia un hogar particular. Finalmente esta mañana le fue ubicado el aparato y Jones Huala pudo cumplir uno de sus pedidos, dirigirse hasta la casa de un familiar y dejar su confinamiento.

En su nueva dirección sus guardadores son además de su abuela, Mario Alberto Millán, su tío. Este último sería familia de Moira Millán, vocera de la comunidad Resistencia Cushamen que ocupa el predio de 1200 hectáreas de la familia Benetton tomado en abril de 2015 por el lonko y un grupo de seguidores. La mujer es una conocida activista que suele ser la voz cantante de la mayoría de las denuncias y reclamos que se realizan en la zona de Vuelta del Río y Cushamen. En la casa viven en total tres personas.

Jones Huala pasó su infancia y juventud entre Bariloche y Esquel. Su vínculo con la comunidad mapuche en la región es fuerte. Muchos lo llaman “Facu” o “Facundito”. Lo recuerdan como un militante aguerrido y siempre metido en problemas. También desarrolló actividad social en el sur y ayudó a construir las viviendas de algunos de los descendientes locales en las áreas rurales.

Afuera de la casa de frente color claro y rejas, ya se habían reunido militantes mapuches para festejar su regreso y tratar de tener algún contacto con el lonko. En el lugar también permanece su pareja Andrea Millañanco. De todos modos el juez Villanueva ordenó que sobre Jones Huala se sostenga un régimen de visitas similar al del penal. Solo pueden estar con el detenido hasta cuatro personas al mismo tiempo.

Además podrán ingresar quienes llenen los formularios correspondientes y sean autorizados por la Justicia Federal. No podrán consumir alcohol ni ningún tipo de estupefacientes, se informó. “Ahora está preso el resto de la familia”, se quejó su prima, Romina Jones, de las reglas establecidas por el magistrado. Por otro lado, el juez dispuso que los medios de deben pedir autorización para entrevistar al lonko con tres días de anticipación.

El lonko había sido detenido el 27 de junio de 2017 en un control de rutina. Sobre su persona se mantenía un pedido de detención de parte del juez Villanueva ante un trámite de extradición irresuelto solicitado por la justicia chilena. A Jones Huala se lo acusa en el país trasandino de haber participado junto a otros cinco militantes mapuches de incendiar una propiedad en un fundo cerca de Valdivia. Los demás mapuches fueron liberados, pero el proceso del referente continuó al no presentarse ante la Justicia local.

Aunque el juez Villanueva determinó su extradición a Chile el 5 de marzo del presente año, la abogada defensora Sonia Ivanoff apeló la medida a la Corte Suprema que tiene la decisión definitiva en sus manos.

Durante su presidio, el lonko protagonizó una huelga de hambre de 20 días en reclamo por festejar el Año Nuevo Mapuche en el patio de la prisión junto a un grupo de sus seguidores. Finalmente intervino el gobernador Mariano Arcioni y el referente indígena pudo concretar el ritual del We Xipantu de manera reducida.

Jones Huala tenía por costumbre mantener en el interior de su celda la que compartía con otras cuatro personas. Pocas veces se lo veía en el patio y la mayor parte del tiempo lo dedicaba a leer y escuchar música, cuentan sus allegados.