Desconcierto en la bancada del Gobierno de España y euforia en la oposición cuando la Presidenta del Congreso, Meritxell Batet, anunciaba por error que la reforma laboral quedaba derogada. Y es que la votación de la misma este miércoles fue cuanto menos, atropellada. La nueva reforma se aprobó por los pelos y paradójicamente, gracias al error de uno de los diputados de la oposición.
La coalición de izquierdas entre el Partido Socialista y Unidas Podemos tenía previsto, tras unas negociaciones que acabaron el miércoles, sacar adelante el texto con 176 votos a favor y 173 en contra. Sin embargo, el cambio de opinión de dos parlamentarios de Unión del Pueblo Navarro, que votaron “no” al contrario que el resto de su partido, torció la balanza a favor de la derogación de la reforma.
Pero un error del diputado de la oposición Alberto Casero, del Partido Popular, que se confundió al emitir el voto de forma telemática, dio la mayoría para la aprobación del texto.
Alegría, entonces sí, en el Gobierno, por la aprobación de una reforma pactada con los sindicatos y la patronal, la primera de esa envergadura en casi 30 años, que tiene el beneplácito de ambos.
Uno de los principales puntos del texto es eliminar la temporalidad laboral y fomentar los contratos indefinidos. Una condición de Bruselas para poder enviar a España los fondos europeos de recuperación.