Un déficit externo sin precedentes convive con un dólar que empieza a levantar temperatura. También suben el blue y los financieros
El dólar minorista cerró el miércoles con una suba de $10 a $1.245 en las pantallas del Banco Nación. Fue luego de alcanzar los $1.255, un nuevo máximo histórico nominal. Con la misma tónica, en el segmento informal, el dólar blue salta veinte pesos, a $1.245. En el segmento financiero, el contado con liquidación (CCL) avanza 0,8% hasta $1.243, mientras que el dólar MEP gana 0,5% y se negocia en $1.238. Por su parte, el tipo de cambio mayorista extiende la suba y se ubica en a $1.230
En la tercera fase del programa de estabilización, el Gobierno argentino exhibe logros concretos: una inflación que empieza a ceder, cierto orden fiscal y una política monetaria que busca recuperar previsibilidad. Sin embargo, estos avances conviven con desequilibrios que se intensificaron en los últimos meses y que encienden alertas entre analistas y operadores financieros.
Los especialistas de la City porteña coincidieron en que el frente externo muestra síntomas preocupantes. El déficit de cuenta corriente reapareció con fuerza y, junto a la demanda sostenida de divisas, pone presión sobre las reservas y sobre la estabilidad cambiaria. Para los expertos, esta combinación podría condicionar el resto del año económico, especialmente en un contexto de tasas altas y menor liquidez en pesos.
En su análisis, resaltaron que el déficit externo del primer trimestre trepó a 5.191 millones de dólares, siendo el primer saldo negativo desde el inicio de la actual gestión. Este giro obedeció, principalmente, al deterioro del saldo comercial y al histórico rojo de la cuenta de servicios, particularmente por la explosión de los gastos en turismo.
Además, subrayaron que el ordenamiento fiscal y la contención monetaria tienen costos colaterales. Entre ellos, la escasez de pesos derivada de la finalización de regímenes transitorios, la estacionalidad de la demanda de efectivo y la eliminación de instrumentos de financiamiento de corto plazo.
Dólar en alza: qué espera el mercado para las próximas semanas
El equipo de Clave Bursátil afirma que la estabilidad cambiaria de las últimas semanas estuvo sostenida principalmente por un pico estacional en la demanda de pesos y un pico estacional en la oferta de dólares en el mercado de cambios, impulsado en parte por la reducción temporal de las retenciones al agro. Además, la lejanía de las elecciones legislativas más importantes.
“Se juntan varias cosas. Hay mucha especulación con que el tipo de cambio, por más que se supone que flota, está atrasado. También, con que próximamente se va a acabar el pico de la oferta de dólares de la cosecha gruesa del agro, que el Banco Central no acumula reservas comprando en el mercado, que en pocos días habrá que pagar unos u$s4.500 millones a los bonistas y van a caer las reservas”, afirma Camilo Tiscornia, director de C&T.
En diálogo con iProfesional, Tiscornia agrega que lo anterior, en un contexto de cercanía de las elecciones, tiende a acentuar la tensión. Además, recuerda, en los últimos días se sumaron ruidos, como el fallo contra el Estado argentino por la estatización de YPF, la no reclasificación del mercado argentino por parte de MSCI y la recomendación de JP Morgan de salir de las Lecap.
El analista Gustavo Ber coincide en que hubo varios factores que generaron “ruido” entre los inversores el mercado: “Las mayores inquietudes a corto plazo pasan por el balance cambiario, con una menor oferta y mayor demanda, así como el clima preelectoral, a lo cual se suma el fallo de YPF, al cual se espera tener claridad sobre el alcance, las implicancias y las estrategias que adoptaran las autoridades”.
De acuerdo con el especialista, la cautela de los inversores en los últimos días no sólo se reflejó en el mercado cambiario, sino también en el bursátil. Especialmente, en las acciones de las empresas locales y, en menor medida, en los títulos de deuda soberana en dólares, a pesar de un clima externo con mayor apetito por los activos de riesgo.
“Creo que el precio del dólar podría seguir reacomodándose gradualmente al alza a corto plazo dentro del actual contexto, pero sin sobresaltos que fueran suficientes para alterar significativamente el proceso de desaceleración de la inflación, un activo económico y político para el Gobierno, especialmente en el período electoral”, estima Ber.
El operador de cambios Gustavo Quintana estima ante iProfesional que en las próximas jornadas las presiones cambiarias podrían ceder. Principalmente, porque a los exportadores todavía les falta ingresar muchos dólares en el mercado de cambios, lo que ayudaría a equilibrar la eventual demanda, por lo que no descarta ver correcciones bajistas en la cotización del dólar.
El equipo de research de Portfolio Personal Inversiones agrega que la fuerte oferta de dólares prevista a partir del registro de DJVE anticipa que el resultado más probable es una “importante presión bajista sobre el tipo de cambio oficial en el corto plazo, seguida (una vez retirada la oferta de dólares del sector agro después del 22 de julio) por una tendencia alcista”.
“En ese sentido, son factores estacionales y coyunturales los que impulsarían al alza al tipo de cambio en el mediano plazo (aumento estacional de la demanda de dólares para importaciones, turismo emisivo y formación de activos externos de las personas humanas, típica en los periodos preelectorales)”, sostiene el bróker de bolsa.
El déficit comercial y el auge del turismo, claves de la salida de dólares
Los datos de balanza de pagos publicados recientemente revelan el impacto de estos factores. Invecq explicó que el comercio exterior cerró con un déficit de 2.443 millones de dólares, pese a que el intercambio de bienes mantuvo un saldo positivo de 2.060 millones. La diferencia se explica porque las importaciones crecieron 34% interanual, muy por encima del aumento de exportaciones, que fue de apenas 7%.
Según los especialistas, este repunte importador responde a dos causas principales. Por un lado, el tipo de cambio real, que hoy es más competitivo que hace un año. Por otro, la recuperación de la actividad económica, que potencia la demanda de insumos y bienes finales. La contracara fue la presión adicional sobre las reservas internacionales.
Pero el aspecto más llamativo fue el rojo récord en servicios: 4.502 millones de dólares, un nivel sin precedentes. Invecq detalló que el rubro viajes explicó gran parte de esa dinámica: el déficit turístico saltó 388% respecto del año pasado, reflejando una salida de divisas que sorprendió incluso a los analistas más cautos.
Este fenómeno se vincula con la recomposición parcial del ingreso en algunos segmentos de la población, pero también con la flexibilización de restricciones cambiarias que venían limitando el pago de consumos en el exterior. Para los expertos, este factor puede seguir creciendo si no se adoptan medidas complementarias.
La liquidez en pesos se agota mientras suben las tasas
Mientras la presión cambiaria se intensifica, el mercado financiero local enfrenta otra tensión: la contracción de la liquidez en pesos. Mega QM advirtió que la combinación de estacionalidad —pago de aguinaldos e impuestos— y la finalización de esquemas transitorios provocó un repunte de las tasas de caución, que llegaron a niveles similares a los de los plazos fijos.
Para los analistas, este encarecimiento del dinero refleja la estrategia oficial de sostener tasas reales positivas y disciplinar la demanda agregada. Sin embargo, también genera dudas sobre cuánto tiempo puede sostenerse esta escasez de pesos sin provocar consecuencias indeseadas en la actividad y en la capacidad de financiamiento del Tesoro.
En la última licitación de deuda en pesos, el Gobierno logró renovar apenas el 60% de los vencimientos. Mega QM consideró que este resultado muestra un límite al uso de la falta de liquidez como mecanismo indirecto de control cambiario. Si la liquidez no regresa, la tensión podría trasladarse a las tasas y al financiamiento público.
Los bancos, por su parte, evitaron trasladar esta presión al segmento de plazos fijos. Según Mega QM, esto sugiere que el sistema financiero interpreta que la sequía de pesos es transitoria. Pero si persiste, podría haber un reacomodamiento de las tasas activas y pasivas.
Un equilibrio cambiario sostenido con tasas altas y dudas sobre reservas
El tipo de cambio oficial se mantiene estable dentro de la banda cambiaria. Los especialistas explicaron que este equilibrio depende de tres pilares: tasas de interés elevadas, intervenciones del Banco Central en futuros y un flujo de divisas que por ahora no logra recomponer reservas de manera estructural.
Mega QM remarcó que el BCRA incrementó su posición vendedora en futuros durante mayo. Este factor alimentó la incertidumbre de los operadores, que comenzaron a demandar más cobertura y a exigir rendimientos más altos en instrumentos en pesos. La contrapartida fue la decisión del Tesoro de comenzar a comprar divisas, una señal positiva que, según los analistas, muestra voluntad de reforzar reservas aun cuando el dólar no está en el piso de la banda.
A mediano plazo, Invecq considera que el gobierno apuesta a que los flujos de Vaca Muerta y minería permitirán financiar este desequilibrio externo. Sin embargo, advierten que la materialización de estos proyectos llevará tiempo y que la demanda de divisas seguirá elevada por el déficit corriente, el servicio de deuda y el atesoramiento privado.
La consultora también señaló que un resultado electoral favorable al oficialismo podría mejorar el acceso a financiamiento externo. Pero al mismo tiempo, la sostenibilidad del esquema cambiario dependerá de la capacidad de acumular reservas netas, un objetivo que hoy parece relegado frente a la prioridad de mantener la desinflación.
Perspectivas: los frentes abiertos
De cara a los próximos meses, los analistas coinciden en que el mercado seguirá con atención la evolución de tres variables: la liquidez en pesos, la dinámica de las tasas y la acumulación de reservas.
Si la liquidez regresa con la cancelación de las LeFis y la moderación de la estacionalidad, podría habilitar una baja paulatina de las tasas reales. Este escenario aliviaría tensiones sobre el financiamiento público y sobre la presión cambiaria.
En cambio, si la escasez de pesos persiste, las tasas seguirán en niveles históricamente altos y el financiamiento al Tesoro podría complicarse. Además, la presión sobre el dólar paralelo o los futuros podría recrudecer, sobre todo si la demanda de cobertura crece a medida que se acercan las elecciones.
Finalmente, los especialistas remarcaron que la estabilidad cambiaria seguirá requiriendo un delicado equilibrio. Sostener tasas altas contribuye a contener la dolarización, pero a costa de encarecer la economía real. Y en un año electoral, cualquier sobresalto puede amplificarse.
Para los expertos, el desafío será encontrar un punto de equilibrio entre disciplina fiscal, orden monetario y sostenibilidad cambiaria, mientras la economía transita la etapa decisiva de su programa de estabilización.

Por Marcos Phillip- iProfesional