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El armado (casi) secreto entre las universidades y los “planeros” por empleo digno

Desde el 2017 que el sindicato de la economía popular UTEP tendió puentes con las universidades. El rol de Enrique Palmeyro y el Esteban “Gringo” Castro y la inspiración del Papa Francisco.

Un secreto a voces es que los beneficiarios de planes sociales (los “planeros, como se etiqueta despectivamente a los trabajadores de la economía popular) están ligados a las universidades desde hace 5 años. Según se pudo reconstruir, la alianza se fundamenta en capacitaciones e intercambios para mejorar la calidad del empleo.

En el 2017, por iniciativa de la propia Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), se tendieron puentes con la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). A partir de esa primera iniciativa hoy ya se cuentan convenios con 42 universidades de todo el país, que integran la Red de Intercambio con Trabajadores de la Economía Popular (RITEP). En ese ámbito ya han realizado dos encuentros nacionales. El último se realizó en la primera universidad de América Latina: la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). De ese cónclave por el empleo digno surgió un muestreo sobre 580 unidades productivas, en distintas ramas de todo el país, para evaluar la situación de los trabajadores como sus ambientes laborales, la satisfacción personal y el respeto ambiental, como el avance económico.

El vínculo entre periferia, los movimientos populares y las universidades tiene como guía inspiradora el magisterio del Papa Francisco. Esto lo reconocen Enrique Palmeyro, copresidente ah honorem de la Asociación Pontifica Scholas Ocurrentes, como Esteban “Gringo” Castro, secretario general de la UTEP y peregrino de los Misioneros de Francisco de la localidad bonaerense Luján.

“El intercambio es más interesante que auditoria o asistencialismo”, aseguró el Gringo. Y continuó: “Por que es cruce de saberes. Los universitarios que están dispuestos a conocer lo que sabe el pueblo. En ese espíritu de aprender, que podemos asociarlo al planteo de Francisco cuando habla que la salida de la pandemia es en la sanación de la relación con los humildes, el ir a la periferia, la forma comunitaria de resolver los problemas te saca del individualismo, del yo. Por eso me parece interesante que los universitarios enseñan lo que saben y escuchan lo que el pueblo sabe. Es un principio de sanación lograr este encuentro de saberes universitario y del pueblo”.

La visión del dirigente gremial fue evolucionando en el andar, ya que en un principio los movimientos populares querían conformar la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y años después fueron a lo básico, primero un sindicato, una instancia de primer grado en la estructura formal del movimiento obrero. Esto modificó a su vez la propuesta a las universidades. Ese cambio se palpa en la nota fechada el 2 de octubre de 2017 de Esteban Castro a Aníbal Jozami, rector de la UNTREF, para que ayude a conformar una “Red de Asistencia Técnica a la Economía Popular”. Años más tarde, a ese soporte se lo conoce como “Red de Intercambio con Trabajadores de la Economía Popular (RITEP)”.

Y fue Enrique Palmeyro quien articuló la colaboración entre UTEP y universidades, aunque se resista a quede se lo ubique en ese rol. Su método de trabajo no es protagonizar procesos. Sí iniciarlos y ser parte. Aunque no visible, mediáticamente hablando. Sin duda, esta característica de Palmeyro tiene que ver con su profunda espiritualidad que en su juventud lo marcó al punto que ingresó al seminario para formarse como sacerdote, aunque decidió otro camino a poco de tomar los votos religiosos. A la fe se suma su formación técnica orientada al trabajo, que inició en el Estado, allá por 1995, con la creación de un programa para la inserción laboral de los discapacitados a la que luego sumó su labor en el INTI, donde su tarea diaria era potenciar el trabajo que en la calle el pueblo estaba realizando para sobrevivir, como ocurrió tras la crisis del 2002, entre ellos, los miles de recicladores urbanos, llamados popularmente cartoneros.

En el encuentro de Palmeyro con dirigentes sociales como Esteban Castro, Juan Grabois, abogado y dirigente entonces del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), y Emilio Pérsico, fundador del Movimiento Evita y funcionario de Desarrollo Social, empezó a crecer su tarea desde el INTI con las diversas ramas productivas de la entonces incipiente y novedosa economía popular, que abarca desde las cooperativas textiles, los ladrilleros, la venta ambulante, los comedores y merenderos, los cuidados de adultos mayores, los jardines comunitarios, la agricultura familiar, cuidadores de coche y hasta medios de comunicación alternativos. El trabajo de Palymero en el INTI lo llevó hasta llegar a asesor técnico del ex presidente del Instituto Enrique Martínez.

La conversión de planes sociales

San Cayetano, el Santo de los trabajadores, visibilizó la tarea productiva de los movimientos populares. Ese 7 de agosto de 2016, en el barrio porteño de Liniers, fue la primera vez donde se colocaron las herramientas de trabajo de las organizaciones sociales delante de una movilización de 100.000 personas. El agua bendita derramada sobre los carros de cartoneros y las maquinas para costurar rodeadas de imágenes la Virgen de Luján y estandartes del Papa Francisco impactó al poder político, mediático y la sociedad que no conocía de la economía popular.

“Suponer que las universidades van a ir a pasar lista a las unidades productivas es ridículo”, aseveró Palmeyro, y enumera una lista de iniciativas que llevan años entre diversas aéreas del gobierno nacional, las universidades, y la economía popular.

“La RITEP es apoyada por el propio ministro Juan Zabaleta, sumado a la Secretaria de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación Nacional, pasando por el Ministerio de Ciencia y Tecnología con Daniel Filmus a la cabeza, hasta la Secretaria de Agricultura Familiar, y la SIGEN, con Carlos Montero, que desde la pandemia trabaja con la UTEP y Cáritas, junto a todos estos ministerios para simplificar el apoyo del Estado a la economía popular manteniendo los niveles de control del Estado”, señaló uno de los argentinos que más visita Santa Marta, la residencia comunitaria del Vaticano.

En la última reunión (en junio) del Concejo de Rectores de todo el país no estaba planteado las auditorias sobre la economía popular propuesta por el Ejecutivo Nacional. En cambio, sí se dedicó tiempo al muestreo que iniciaron desde la RITEP con los equipos técnicos de 42 universidades nacionales, junto al Observatorio de la Deuda Social de la UCA, sobre 580 unidades productivas en todo el país.

“Entiendo que la auditoría va verificar la situación del conjunto de los trabajadores que acceden al Potenciar Trabajo. Mientras que lo ya iniciado con la RITEP y las 42 universidades es un muestreo que profundidad en distintas dimensiones, que van de lo personal, el sentir hasta lo ambiental además de lo económico”, sostuvo Enrique Palmeyro a este medio.

A fines de junio, en el plenario del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), realizado en la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, estuvo encabezado por Enrique Mammarella, presidente del CIN y rector de la Universidad Nacional del Litoral, con la presencia de rectores de las universidades públicas argentinas y el secretario de Políticas Universitarias, Oscar Alpa, allí habló Palmeyro y entregó una carta del Papa Francisco que envió al Congreso Internacional de Universidades Públicas (Ciup) realizado en esos días en la provincia mediterránea.

La UNC, que encabeza el rector Hugo Juri, el 21 de abril había prestado sus instalaciones para realizar el II Encuentro Nacional Red de Intercambio Técnico con la Economía Popular (RITEP) donde participaron diversas universidades como distintas aéreas del Estado Nacional como el INTI, INTA y el INAES de las cooperativas además de productores y trabajadores de la Economía Popular. En el cierre del encuentro participó Juan Zabaleta, ministro de la cartera Social de la Nación; Fernando “Chino” Navarro, Secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete; Aníbal Jozami, rector de UNTREF, y Agustín Salvia, investigador principal del CONICET y coordinador del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA).

Enrique Palmeyro, de Scholas Ocurrentes, y Hugo Juri, rector de la Universidad Nacional de Córdoba.

Enrique Palmeyro, de Scholas Ocurrentes, y Hugo Juri, rector de la Universidad Nacional de Córdoba.

“La palabra auditoría no me gusta. Esto lo expresó en la reunión de la UTEP con el ministro Zabaleta. Creo que debería contemplar las cosas que nos faltan y sumar lo que hizo nuestro pueblo en la pandemia. La evaluación debe ser para que todos aprendamos. No para que el equipo técnico te venga a evaluar como si solo ellos saben. Porque los compañeros y compañeras saben y allí habrá interpelación sobre quienes nos auditen”, afirmó el “Gringo” Castro, y agregó su visión espiritual, porque cree que fe y lucha van de la mano.

“En la oficina del ministro vi un montón de imágenes de Santos y Vírgenes, que el mismo pueblo le entrega cuando el ministro Zabaleta visita los barrios. Esto expresa misericordia y me parece que debe estar en la auditoría, porque esto se vincula con el perdón de los pecados y la comunión de los santos. Ya que el pueblo, más allá de los dirigentes sociales o funcionarios, siente que cada Santo y la Virgen es quien más cerca le habla a Dios de sus perdones, arrepentimientos y agradecimientos”, cerró el secretario general de UTEP.

Por Lucas Schaerer-Àmbito