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Duhalde: “El peronismo tiene escasos liderazgos, aunque más que el radicalismo”

El expresidente vaticina también el fin del kirchnerismo y le apunta a la “escandalosa” corrupción K. Dice estar sorprendido por la actitud del Papa con el Presidente y la atribuye a “una suerte de prejuicio”. Elogia fuertemente a Vidal y sostiene sobre Scioli: “Nunca defendió los intereses de la Provincia”. Sus ganas de colaborar con el nuevo gobierno. 

Siempre activo aunque ya hace tiempo alejado de la política, el expresidente Eduardo Duhalde recibió a Micaela Pérez de 3dÍAS en su despacho del Movimiento Productivo Argentino (MPA) a metros del Congreso Nacional. Analiza los primeros pasos de Macri y pide prestarle atención a problema urgentes, como la escalada en los precios de los alimentos que afecta especialmente a los sectores más humildes.

¿Cómo vio el discurso de Macri en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso?
– Muy buen discurso. Muestra tener muchas ganas, voluntad, conozco a muchos integrantes de su gobierno con ganas de hacer las cosas bien, el equipo económico me gusta. Bien también los objetivos que se ha impuesto, que me parecen utópicos, lo que no significa que no se vayan a realizar (combatir el narcotráfico, pobreza cero y unir a los argentinos). Significa, sí, que pasaran años para resolver esos problemas. El problema que veo, y se lo he hecho saber al Presidente, es que a veces objetivos mucho más pequeños, si no se atienden, pueden hacer que esos de máxima sean muy difíciles de cumplir. Sobre todo los de resolución inmediata, que son los que toda la vida me han preocupado, como los derechos humanos básicos, entre los que cuento el alimentario.

¿Esta pensando en los más humildes Macri? Tiene el problema de la inflación que se aceleró…
– El tema alimentario es básico, porque la gente, el ser humano se banca la inseguridad, la corrupción… lo que no se banca es que no le alcance la plata para comer.

¿Puede haber una decepción anticipada si se demoran esas soluciones?
– Y eso tiene un riesgo enorme, porque siempre cuando hay un nuevo gobierno hay una expectativa esperanzada. Una cosa es hablar de diálogo y otra cosa es dialogar. Yo lo comprobé con el diálogo argentino. El diálogo permite que cuando se sientan en una misma mesa un empresario que tiene sus problemas, pero ve que el que está enfrente, ese jubilado que le han sacado el 10% de su magra jubilación está peor, hay otra mirada. En el caso que me tocó, el derrumbe de la convertibilidad lanzó a la pobreza al 50% de la población, ahí se dan cuenta de que la cosa es distinta a cómo la pensaban. En la primera reunión se paró un representante del campo y cuando se le dijo que el país necesitaba las retenciones, contestó: “No te cago a trompadas porque están los curas”. 45 días después esas entidades me ofrecieron el 10% de retenciones. Eso es diálogo.

Éste es un gobierno que está obligado a dialogar. En el Congreso necesita negociar.
– Obligado, absolutamente. Y esto tiene que ver con que Macri, en su tiempo lo discutí mucho con él porque tenemos buena relación, no hizo lo que debía hacer: una gran coalición que incorporara a Massa, a Stolbizer…

Pero tan mal no le fue porque ganó.
– Pero una cosa es ganar y otra cosa es gobernar. Porque cuando vos el acuerdo lo hacés antes, tenés 20 ministerios, ¿cuántos podés ocupar? 5, 6, 10… entonces lo lógico es lo que hicieron los alemanes: Merkel gana con el 42% y tiene una coalición del 80%. Una coalición es un cogobierno. Yo siempre cogoberné.

¿Cree que le faltó generosidad a Macri?
– Quizá le falta la experiencia de lo que debe ser un cogobierno hoy. Porque si hubiesen hecho lo que yo sostenía, se crea antes de llegar algo que en derecho comercial se llama “affectio societatis”, cuando luchás por un objetivo común y lo lográs en conjunto, no podés después salirte. A mí me gustaría verlo a Massa en el gabinete. Pero al dejarlo afuera a Massa, empieza la especulación y tenés que negociar. De todos modos, creo que es un gobierno de mucha gente joven capacitada, bien intencionada, desde el jefe de gabinete, que sorprende, y creo que lo que les falta es sinceramente la idea del diálogo argentino. Macri tendría que haber pedido la reapertura del diálogo argentino, porque eso le daría espaldas al Gobierno. La Iglesia valía cinco cuando yo asumí y ahora vale 50, por razones obvias.

Hablando de la Iglesia, ¿hubo un mensaje explícito del Papa en el gesto adusto que mostró al reunirse con Macri en Roma?
– Y sí… Me sorprendió a mí esa actitud. Quizá sea una especie de prejuicio, porque ellos han estado relacionados cuando Macri era jefe de Gobierno y Bergoglio arzobispo de la Ciudad. Espero que esto cambie. Yo soy un admirador del padre Jorge, a nosotros nos ayudó de forma excepcional en el momento más difícil de la historia argentina. A mí me preocupa que este gobierno, al igual que el otro…, es decir, quien gobierna mucho tiempo, como fue mi caso, 18 años, uno se embrutece porque no tiene tiempo de estudiar, pero hay cuatro o cinco temas que domina y gana experiencia y yo tengo muchísima experiencia. Pídanme esa experiencia. No quiero tener un cargo, ni loco.

¿Pero le gustaría que lo convoquen?
– Ni siquiera que me convoquen públicamente, no me interesa. El corto plazo requiere experiencia, gente que ha estudiado y eso no se lo ve en el área social.

Se le critica a Macri aplicar la política de ensayo-error para abordar temas sensibles…
– Es complicado. Creo que el Gobierno no esperaba tener semejante responsabilidad de gobernar la Provincia, el Estado nacional y la Capital, y está en un momento que hay que tenerle paciencia. Se están acomodando, le ha dejado el gobierno que se fue un país totalmente desordenado y descontrolado, sin hablar de los escándalos de corrupción, un tema de la Justicia del que no me gusta opinar.

¿Y Scioli le dejó la Provincia quebrada a Vidal como denunció la gobernadora?
– Una provincia desfinanciada. Scioli nunca defendió la Provincia, sus intereses. La única etapa en que la Provincia tuvo una política independiente fue conmigo. Yo no dejaba que se metan en la Provincia, mucho menos que el gobierno nacional le diera plata a un intendente. Vidal tiene vocación, es muy inteligente. Me gusta mucho esa piba.

¿Le ve proyección política?
– La tiene muy difícil, aunque tiene una suerte: para Macri es vital que la Provincia ande bien y la va a ayudar en todo lo que pueda. No sé cuánto va a poder, porque la situación económica nacional es muy complicada.

¿Cómo lo ve al peronismo digiriendo la derrota, tras 12 años en el poder?
– Veo un proceso de degradación de los partidos. Hoy en Occidente están en una posición muy mala con la gente. Estamos en vísperas de que entren en una agonía y quede una nueva forma de representación, que tiene que ver con el avance de la tecnología, vamos a democracias directas, la oligarquía política no va a tener razón de ser. El peronismo tiene escasos liderazgos, aunque más que la UCR. El que más me gusta, no porque sea amigo, nunca me llevé muy bien con él, es De la Sota. El más experimentado. Y están los más jóvenes, Massa, que está en etapa de aprendizaje.

¿No debería apurar su autocrítica el PJ para posicionarse pensando en 2019?
– Sí, eso se va a hacer este año, se está haciendo de la forma en la que el peronismo aborda estos temas, sin mucha discusión, pero el kirchnerismo va a desaparecer.

¿Y con La Cámpora qué va a hacer el PJ?
– Un error grave que puede cometer el peronismo es estigmatizarla globalmente. Habrá un 20% que están allí porque pagan, y un 80% que está porque, por suerte, la juventud cuando es convocada a una épica revolucionaria, aunque no sea cierta, se entusiasma. Prefiero esos jóvenes a los que son indiferentes a todo.

Y a la luz de su experiencia, ¿cómo cree que está atravesando Cristina el proceso de aprender a estar fuera del poder?
– Cristina y Néstor sufrieron en el Gobierno, por sus características. No se goza del poder, Menem sí. Ella debe sufrir como una marrana.

¿Y su supuesto retorno? ¿Cree que tiene posibilidades de volver al poder?
– Va a tener una fundación, pero la historia no va para atrás. Menem era mucho más querido y hoy no lo saludan ni los amigos. Sí hay un sector de la juventud que cree que hizo la revolución. A Cristina en el último Congreso del PJ nadie la nombró. El peronismo es así.