La junta médica que se encargó de realizar la autopsia presentó una ampliación de los resultados. Todo pasó en cinco minutos.
El martes 6 de febrero pasado, Débora Pérez Volpin (50) murió durante un estudio endoscópico realizado en el Sanatorio de la Trinidad, en Palermo. En medio de la investigación judicial, el diario Clarín publicó los resultados de los estudios complementario de la autopsia al cuerpo de la querida periodista.
El estudio, una video endoscopía alta (VEDA) comenzó a las 17.20 y, apenas cinco minutos despues, Pérez Volpin sufrió un paro cardiorrespiratorio. Menos de una hora después, exactamente a las 18.15, finalmente se oficializó la muerte de la también legisladora porteña. El informe, de 63 páginas, detalla cómo fueron esos minutos finales en los que se intentó salvar a Débora.
Los tres puntos claves del documento:
-Según los peritos consultados por el diario, se produjo una lastimadura en la superficie del esófago, lo que hizo que el gas que lanza el endoscopio pasara a partes del cuerpo a las que no debería haber pasado. El gas ingresó al corazón y al mediastino (espacio medio de la caja torácica, entre las dos pleuras, la columna vertebral y el esternón).
-El cuadro derivó en un paro cardiorrespiratorio a las 17:25 horas. Se inició reanimación cardiopulmonar (RCP), aumentando la presión en el tracto digestivo. También maniobras de reanimación avanzadas, que incluyeron drogas vasoactivas (adrenalina y atropina, dexametasona 8 mg), y ventilación con máscara facial con oxígeno al 100%. Se dio de inmediato la alarma al equipo de cardiología y Unidad de Terapia Intensiva, quienes colaboran en la reanimación.
-Se le colocó una máscara de oxígeno, que logró una recuperación del oxígeno en sangre al 99%. Si bien se mantuvieron las maniobras de reanimación avanzadas, no se logró la recuperación de ritmo cardíaco (se mantuvo en asistolia durante toda la reanimación). Finalmente, a las 18.15, se decidió suspender las maniobras y se declaró la muerte.