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Creían que era una infiltrada y la mataron a golpes: el crimen de Roxana y el misterio del cuerpo desaparecido

La víctima era maestra jardinera, vivía en Málaga y había vuelto al país para visitar a su familia. El 1 de marzo de 2009 fue la última vez que la vieron. La lucha implacable de la familia para conocer la verdad.

El cuerpo de Roxana Núñez lleva 15 años desaparecido. Aunque nunca la encontraron, durante el juicio que se llevó a cabo a mediados de 2012 la Justicia dio por probado que los imputados -Javier Leguiza, Alejandra Danza y Juan Zárate- la asesinaron porque creyeron que era una informante de la policía que trataba de infiltrarse entre ellos para obtener información sobre su vinculación con la venta de drogas y los condenó a penas de entre 18 y 20 años de cárcel. El fallo del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Lomas de Zamora fue el sexto en el país en llegar a una condena por un crimen sin cuerpo.

“Fue todo muy doloroso, muy siniestro. Ella no estaba enferma, no fue un accidente….a Roxana la mataron e hicieron desaparecer su cuerpo”, remarcó a TN su hermana, Adriana Núñez, quien encabezó la lucha por conocer la verdad y tuvo que sortear en el camino “la desidia policial y judicial” y hasta un intento grosero de involucrar a su propia familia en el hecho. “Mis padres murieron un año después del juicio. Murieron de tristeza, fue muy injusto lo que nos hicieron”, agregó.

En relación a los condenados, apuntó: “Ellos se reían, se creían que no iban a ser condenados porque nunca encontramos ni siquiera un cabello de Roxana, pero yo le prometí a ella que iba a mover cielo y tierra para saber la verdad y, gracias a Dios, la justicia fue lenta pero justicia al fin”.

La desaparición de Roxana Núñez

El primero de marzo de 2009 cerca de las 5 de la madrugada el rastro de Roxana Núñez se perdió inexorablemente cuando la mujer, que entonces tenía 28 años, salió de la casa de sus padres en Tristán Suárez, donde se había reunido la familia para celebrar un cumpleaños.

Roxana era maestra jardinera pero en esos días se ganaba la vida como artesana. Había viajado para visitar a sus familiares desde la ciudad española de Málaga, donde vivía desde hacía varios años, y cuando aquella noche se fue de la fiesta dejó en la casa todas sus pertenencias. Incluso quedaron ahí sus documentos y el pasaporte. Su intención era volver,pero el destino le jugó una mala pasada.

A medida que pasaban los días sin noticias de ella empezaron a buscarla en hospitales, en psiquiátricos y hasta en prostíbulos. Sus hermanos, Adriana y Fabián, viajaron al principio por sus propios medios por todo el país detrás de cada pista que surgía con la esperanza de encontrarla, pero todas los llevaron al mismo callejón sin salida y Roxana seguía sin aparecer.

El 1° de marzo de 2009 fue la última vez que vieron con vida a Roxana. (Foto: gentileza Adriana Núñez).
El 1° de marzo de 2009 fue la última vez que vieron con vida a Roxana. (Foto: gentileza Adriana Núñez).

Sin descartar ninguna hipótesis, se especuló con una desaparición forzada y se abrió paso después la posibilidad de que Roxana hubiera sido víctima de un crimen cometido por algún familiar.

“Al año de la desaparición hicieron un allanamiento en la casa de mis padres”, recordó Roxana Núñez, en diálogo con este medio. Y resaltó: “Nos vinieron a decir que a Roxana la teníamos enterrada debajo de mi cama, nos rompieron toda la casa”. “Eso fue para quebrarnos”, manifestó.

La causa iba camino a la impunidad pero entonces la declaración de testigos puso en la mira de la Justicia a los tres sospechosos, y las piezas del rompecabezas empezaron a encajar.

Versiones cruzadas, juicio y castigo

“Nunca habían declarado antes y durante el juicio se echaron la culpa el uno al otro“, dijo Núñez sobre las tres personas que fueron acusadas por el crimen de su hermana. Pero más allá de las versiones cruzadas respecto del rol que cada uno de ellos tuvo en el hecho, hubo un punto en el que no mostraron fisuras. “Nunca dijeron dónde dejaron el cuerpo de Roxana, hicieron un pacto de silencio entre ellos”, sostuvo Adriana.

Néstor Javier Leguiza y su pareja, Alejandra Danza, fueron condenados a 20 y 18 años de prisión, respectivamete. (Foto: gentileza Clarín).
Néstor Javier Leguiza y su pareja, Alejandra Danza, fueron condenados a 20 y 18 años de prisión, respectivamete. (Foto: gentileza Clarín).

Ante el tribunal, Julián Zárate reconoció que había tenido una relación sentimental con la víctima pero se despegó del crimen. De acuerdo a su testimonio, esa noche él se encontraba reunido en su casa con Leguiza y Danza cuando llegó Roxana y empezó a discutir con la pareja,y ellos fueron los que la golpearon hasta matarla.

Por su parte, Leguiza y Danza admitieron haber estado en la casa de Zárate junto a éste y la víctima pero aseguraron que se fueron en el momento en el que se desató una pelea entre el dueño de casa y Roxana. También manifestaron que recién al día siguiente Zárate les confesó que la había asesinado y quemado después su cuerpo para deshacerse de la evidencia.

La instancia decisiva del debate llegó cuando finalmente Zárate declaró que Leguiza, que se dedicaba al tráfico de drogas, había confundido a Roxana con una policía infiltrada. Así, aunque la mujer seguía desaparecida, quedó en evidencia el móvil y la Justicia entendió que la víctima había sido asesinada.

“Fue muy doloroso escucharlos, dijeron que la habían prendido fuego y esparcido su cuerpo por todo Tristán Suárez”, afirmó Roxana Núñez, con la voz quebrada. “Roxana tenía sentimientos nobles, era una persona sana, maestra jardinera, su sueño era tener un jardín maternal”, enumeró su hermana, y lamentó: “Le arrebataron la vida”.

El Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Lomas de Zamora condenó como coautores del delito de homicidio simple a Juan Carlos Zárate a 20 años de cárcel y a Néstor Javier Leguiza y su pareja, Alejandra Danza, a la pena de 18 años de prisión.

Para la familia de Roxana, detrás del crimen hubo más personas involucradas vinculadas al narcotráfico. “Ellos solos no pudieron hacerlo”, indicó Adriana. No obstante, el fallo les trajo algo de alivio. Y añadió: “Los tres han pedido beneficios y la libertad condicional pero la Justicia rechazó los pedidos, siguen todos presos”.

La búsqueda no terminó

“Pasaron 15 años pero el dolor es el mismo, las heridas siguen abiertas”, dijo Adriana Núñez sobre el cierre de la entrevista con TN. “El tiempo no puede curar el dolor, sólo aprendés a vivir con él”, subrayó.

Juan Carlos Zárate fue condenado por homicidio simple a 20 años de cárcel. (Foto: gentileza Clarín).
Juan Carlos Zárate fue condenado por homicidio simple a 20 años de cárcel. (Foto: gentileza Clarín).

Adriana lucha contra las lágrimas, se le quiebra la voz cada tanto, se recompone y sigue hablando de su hermana, como si fuera un resumen de la década y media de lucha que lleva adelante desde que Roxana desapareció. La esperanza de encontrarla viva se fue diluyendo con el paso del tiempo, pero el norte sigue siendo el mismo: encontrarla.

“Hemos pasado mucho sufrimiento con toda la búsqueda de mi hermana, una búsqueda silenciosa pero con entereza para llegar a la verdad”, señaló por último. Y destacó: “El caso de Roxana marcó jurisprudencia”.

Roxana Núñez junto a su hermana, Adriana. (Foto: gentileza Adriana Núñez).
Roxana Núñez junto a su hermana, Adriana. (Foto: gentileza Adriana Núñez).

Crímenes sin cuerpo

Hubo sólo cinco antecedentes antes del fallo Núñez en los que se dictaron condenas por homicidios sin que se hubiera logrado dar con el cuerpo de la víctima. El primero fue el del estudiante de periodismo Miguel Bru, visto por última vez en 1993 en La Plata, hecho por el que los policías Justo López y Walter Abrigo fueron condenados en 1999 a prisión perpetua.

Al caso Bru lo siguieron el de la embarazada Stella Maris Pugliese y el de Marcela Monzón, ambas en la ciudad de Buenos Aires; la turista suiza Annagret Wurgler, en la Rioja, y la docente Beatriz Argañaraz, en Tucumán.

Por Luciana Soria Vildoza-TN