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Corrida cambiaria y estabilidad económica

Si no hay suficiente cantidad de reservas, no solo se incrementan las expectativas de devaluación influyendo en el canal mencionado, sino que también se vuelve más difícil para el BCRA mantener un tipo de cambio objetivo y evitar alteraciones no deseadas de la cotización del dólar.

El valor del dólar es una variable fundamental para los hacedores de política debido a que, por ejemplo, el mismo influye en la distribución del ingreso. Es decir, los cambios en la relación del dólar contra el peso argentino alteran el poder adquisitivo real de los diferentes sectores de la población.

Si el dólar sube, aquel que tiene un ingreso dolarizado tendrá un mayor poder adquisitivo medido en pesos. Por lo menos antes de que se inicie un posible ajuste de precios al alza, como consecuencia de dicha devaluación que incrementa el costo de los bienes e insumos importados.

Por otro lado, aquel que tiene un ingreso pesificado tendrá un menor poder adquisitivo relativo en dólares ante un incremento de la cotización del dólar y si ajustan los precios al alza, incluso su poder de compra en pesos será menor.

En otras palabras, para un individuo con ingresos pesificados, la pérdida de poder de compra generada por una variación al alza del tipo de cambio puede ser doble: por un lado, su ingreso medido en dólares será menor y por otro su poder adquisitivo real en pesos puede ser menor dada una potencial suba de precios.

Por dicha razón y considerando que la economía argentina actualmente se encuentra transitando una pandemia, así como una gran contracción económica, reducir el poder adquisitivo real de la mayor parte de la población que no gana en dólares traería más problemas que soluciones.

Con este norte en mente, es importante notar que existe una trilogía de variables que deben ser manejadas cuidadosa y coherentemente para evitar corridas cambiarias contra el peso argentino. Estas son: brecha cambiaria, tasa de interés y nivel de reservas.

En primer lugar, la brecha cambiaria es relevante para evitar una corrida contra el peso, no porque exista un valor límite o punto de no retorno a partir del cual la devaluación es inminente, sino porque la misma influye en las expectativas de devaluación. En otras palabras, una brecha creciente independientemente de su valor absoluto incrementa las expectativas de devaluación e incrementa la demanda de dólares. Adicionalmente incentiva la creatividad y arbitraje entre los diferentes mercados de dólar para obtener un diferencial de rendimiento a través de su compraventa, adelanto de pagos al exterior, entre otros.

Paralelamente un crecimiento de la brecha cambiaria como el observado en las semanas previas, puede volver inefectiva una suba de tasas de interés para desestimular el ahorro en dólares o la dolarización de carteras. Es decir, una suba de tasas como las observadas en el último mes por parte del Banco Central (BCRA) puede no ser efectiva si la expectativa de devaluación es suficientemente elevada.

En segundo lugar, la tasa de interés fijada por el BCRA es fundamental dado arbitra en el rendimiento de la moneda de curso legal. Si para un período dado de tiempo atesorar pesos rinde menos que atesorar dólares entonces su demanda será menor y por lo tanto la demanda de dólares será mayor. Notar que la búsqueda de arbitrajes entre ambas monedas persistirá incluso sin pandemia, con altas o bajas reservas y/o con diferentes tintes políticos, dado es inherente al sistema económico.

Finalmente, para evitar devaluaciones no deseadas y/o corridas contra el peso es fundamental el volumen de reservas del Banco Central. Si no hay suficiente cantidad de reservas, no solo se incrementan las expectativas de devaluación influyendo en el canal mencionado, sino que también se vuelve más difícil para el BCRA mantener un tipo de cambio objetivo y evitar alteraciones no deseadas de la cotización del dólar. En otras palabras, el nivel de reservas debe ser suficientemente alto como para poder satisfacer el nivel de demanda efectiva de dólares en un período de tiempo determinado. De modo contrario no solo la demanda de dólares será mayor sino también su precio.

En conclusión, en el contexto actual de restricciones cambiarias las cantidades de dólares demandadas, así como su precio están estrechamente influenciados por la combinación de las tres variables mencionadas: tasa de interés, brecha cambiaria y nivel de reservas. Para en el largo plazo lograr una relajación de las restricciones a la compraventa de moneda extranjera, como así también para evitar una devaluación aún mayor del peso argentino, las tres variables en simultaneo deben ser manejadas cuidadosa y ordenadamente para evitar que el “desequilibrio” en una de ellas impacte significativamente en el equilibrio de las demás, alterando luego la distribución del ingreso y el nivel de actividad económica.

Por Silvio Guaita – EPD