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COP30: una caravana exige justicia climática en Mesoamérica

Desde el sur de México hasta Brasil, la Caravana Mesoamericana por el Clima y la Vida está dando a conocer las demandas de las comunidades que defienden la tierra.

Líderes indígenas, defensores de territorio y activistas están recorriendo miles de kilómetros en la llamada Caravana Mesoamericana por el Clima y la Vida, en un largo periplo que atraviesa Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador. Su objetivo es denunciar los impactos de la crisis climática en Mesoamérica.

La iniciativa, que se lleva a cabo en el marco de la próxima cumbre sobre cambio climático de Naciones Unidas (COP30), empezó el pasado 12 de octubre desde México y finalizará en Brasil el 6 de noviembre de 2025, días antes del inicio de la COP30. 

“En estas conferencias no hay soluciones. Ni para la crisis ambiental ni para los pueblos indígenas”, asegura a DW Bettina Cruz Velázquez, miembro de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec de México y una de las integrantes de la iniciativa.

“En el Istmo de Tehuantepec, hemos estado luchando contra unos parques eólicos que se empezaron a instalar en el 2007 en la región”, recalca Cruz Velázquez, quien recuerda que,  a pesar “de los derechos consagrados en el Convenio 169, en la Carta de Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas y en la Constitución Mexicana, no se hicieron consultas e impusieron estos proyectos”.

En este sentido, alerta que se está siguiendo la misma manera de operar en un proyecto que plantea la instalación de una decena parques eólicos más y la creación de clusters industriales a lo largo del Istmo, en los cuales en uno de ellos está previsto producir hidrógeno verde.

Por ello, “participar en esta caravana quiere decir poder visibilizar las problemáticas que tenemos los pueblos”, agrega Cruz Velázquez, quien recuerda que estas “son comunes: la explotación de la naturaleza, de las personas, la discriminación y la expulsión de los pueblos originarios”.

Distintos territorios, mismos conflictos

Ana Lucía Morales, maya kaqchikel, de la Asociación Grupo Integral de Mujeres Sanjuaneras – AGIMS, de Guatemala, comparte esta visión. “Son problemas comunes, en los que los pueblos indígenas somos los más afectados”, apunta Morales a DW, y subraya la persecución que están viviendo por oponerse a proyectos hidroeléctricos que han causado desvíos de los ríos, dejando sin agua a varias comunidades. “Tenemos a tres hermanos indígenas que ahora están ellos criminalizados y perseguidos”, agrega esta otra integrante de la caravana.

Aparte de las hidroeléctricas, también tienen que hacer frente a otras amenazas en el territorio, como un proyecto de extracción de minerales a cielo abierto, con 100 años de concesión. “Esto ha generado un deterioro no solo a la tierra y todos los recursos, los bienes naturales, sino también social”, lamenta ya que además de dejar el suelo infertil,  “en los lugares que se declararon en resistencia a esta empresa, la municipalidad ha evitado brindarles saneamiento”. “Los niños padecen algunas enfermedades, porque no hay agua”, agrega.

Además de dar a conocer las problemáticas de cada uno de los territorios que visitan, la caravana promueve un espacio de encuentro en el que charlar sobre soluciones climáticas y cómo llevar a cabo una transición energética justa. En un documento se están recopilando demandas conjuntas para presionar a los gobiernos y autoridades en el marco de la COP30.

Una iniciativa regional con apoyo internacional

“Fue en el Encuentro Global por el Clima y la Vida en Oaxaca, en 2024, que nace la caravana mesoamericana”, recuerda a DW Alí Trinidad, co-coordinador de la Caravana Mesoamericana por el Clima, que detalla las particularidades de la región. “No solo concentra más del 8 por ciento de la biodiversidad a nivel territorial, sino que ha sido disputada tanto por empresas extranjeras, como organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que tienen miles de millones de dólares en inversiones aquí”, recalca. Trinidad apunta, en este sentido, a monocultivos, agroindustria, mineria y petroleras.

Todo ello explica la salida de la caravana desde el norte de México, en Sonora, pasando por Michoacán y Oaxaca donde se llevaron a cabo encuentros con los pueblos de estos territorios, al igual que en el resto de paradas durante el recorrido de la caravana. Además de charlas en universidades y protestas, entre las actividades realizadas, destaca lo ocurrido en la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Costa Rica.

“Pudimos entrar en una comisión y que se escucharan las violencias sistemáticas a derechos humanos que han venido ocurriendo en los territorios, y que ya pasaron todas las instancias nacionales y gubernamentales de los Estados miembros de la OEA sin que se haya resuelto nada”, explica Alí Trinidad. “Son casos que llevan 10, 15 y más años, y que no tienen justicia, no tienen resoluciones y siguen sin tener respuesta clara y retribución a las comunidades afectades”, lamenta.

Para poder llevar a cabo todas estas acciones y la movilización del grupo de activistas, se llevó a cabo una campaña de donaciones, que obtuvo el apoyo de Medico International, Youth Climate Justice Fund, Movement Hub y XR NL, así como de la sociedad civil alemana.

Campaña en Alemania

“Fui a Bonn a hacer campaña de financiamiento y apoyo para la caravana, invitamos a la gente a conocer su ruta, estrategias y ejes temáticos. Igualmente, invitamos a la gente y a las organizaciones a sumarse a los grupos de trabajo remotos de comunicación, investigación y monitoreo”, explica a DW Dianx Cantarey, coordinadora global de Deuda x Clima, movimiento social del Sur Global, promotor de la iniciativa.

Junto a esta organización, estuvo en Alemania participando en diversos eventos en las ciudades de Bonn, Fráncfort, Essen, Bochum, Colonia, Duisburg, Friburgo y Kiel, “mostrando documentales de las luchas ambientales y de territorio de los pueblos que integran la caravana, así como materiales que hablan de la tradición histórica de hacer caravanas y recorridos de denuncia y articulación de redes en Abya Yala”, recuerda. Tanto en Alemania como en otros países europeos se están organizando actividades de apoyo y en solidaridad con la iniciativa.

Por Judit Alonso-DW