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Carrió, la conductora psicológica de Macri

El poder de Carrió es dicursivo y simbólico: está cifrado en la capacidad para condicionar la agenda del debate en la Argentina.

La política estuvo dominada en los últimos días por un factor, que en realidad es una persona: Elisa Carrió. A ella no hay que medirla por la cantidad de diputados, gobernadores o intendentes que tiene o por el porcentaje de votos que obtuvo en la última elección. El poder de Carrió es dicursivo y simbólico: está cifrado en la capacidad para condicionar la agenda del debate en la Argentina.

Carrió ha determinado a la política argentina por tres conflictos principales que condicionan al gobierno de Mauricio Macri.

El primero tiene que ver con la impugnación que hace la diputada de Jorge Bergoglio. Es curioso este enfrentamiento porque su vínculo político arrancó en 2007. Los caminos de ellos se fueron uniendo y separando desde esa época. Pero ahora tienen en un conflicto muy duro: lo critica por el vínculo con Guillermo Moreno, con Milagro Sala, y hasta le reprochó que se haya sacado una foto con el sindicalista Omar Suarez, a quien vincula con el narcotráfico.

Dijo de Bergoglio lo que más le debe molestar al Papa: “Afecta y no trabaja para la unidad de los argentinos”. Él le contestó este fin de semana a través de una entrevista que hizo La Nación con Marcelo Sanchez Sorondo. Entre otros temas, al arzobispo le preguntaron por la cara que puso el Papa en la reunión con Macri en El Vaticano. “Habrá que ver de qué hablaron. Lo hicieron a solas”, respondió el religioso. ¿De qué habló Bergoglio con Macri? Hay varias hipótesis que dan vueltas. Podría ser algún tema de carácter internacional o algún cambio de posición y eje de Argentina frente al mundo.

La pregunta es: ¿detrás de Carrió está Macri? La Iglesia mira un detalle. Carrió preside la comisión de Relaciones Exteriores y Culto. Allí se roza el Estado con la religión. Por debajo de todo esto hay un tejido en el que hay muchos actores ligados al Vaticano que buscan la reconcilicación: Esteban Bullrich, Jorge Triaca, Federico Pinedo, entre otros. Si esto sucede, será el 16 de octubre cuando se va a canonizar al cura Brochero. Macri fue invitado y puede haber una sonrisa. Es un día antes del 17 de octubre: al Papa le gustan las bromas.

Hay un segundo eje de diferencias que establece Carrió. Lo acusó de corrupto al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y le prometió el juicio político. Justo en la semana en la que él viajará a Roma para entrevistarse con Bergoglio, de la mano del diputado porteño Gustavo Vera.

El sábado a la tarde Macri estuvo reunido con Carrió. El domingo Carrió atacó al juez. ¿Hay una vinculación? Lorenzetti puede pensar que sí. ¿Por qué estaría enojado Macri? Porque Lorenzetti tuvo una reunión con un grupo de gobernadores. De allí surgió la versión de que él podría frenar el acceso de Horacio Rosatti a la Corte. Rosatti es amigo de Carrió.

El tercer conflicto de Carrió es en la provincia de Buenos Aires. Allí, la actual diputada se va a postular para senadora el año que viene. Ella les dice a Macri y a la gobernadora María Eugenia Vidal que se va a encargar de Sergio Massa, a quien trató muchas veces de narcotraficante.

Este dato es mucho más significante que otros en la relación de Massa con el Gobierno. Está inscripto en un cuadro general donde Cambiemos está evaluando sus actuales alianzas políticas. La discusión por la ley antidespidos empezó a vislumbrar este cambio de alineamientos: los radicales pretenden que se de en un pacto con el peronismo. En el PRO repudian los pactos bipartidistas, pero el eje con Massa se va a ir debilitando.

¿Está Macri detrás de Carrió en el caso de Francisco, Lorenzetti y Massa?

Macri cultiva personalmente a Carrió. La atiende a solas. O también lo hace en asados que come con sus amigos. Ahí está el actor Martín Seefeld, su cuñado Daniel Awada, el yerno de Jorge Brito, Lisandro Borges, entre otros. Lo pasan fantástico: limaron las asperezas que tenía con ella. Sobre todo, disminuyó el nivel de miedo que le tenía.

¿Por qué? Porque Carrió agita. Macri solía bromear: “A mí me encantaba ver cómo el tiburón comía a mis enemigos. Ahora que pacté con el tiburón veo que la aleta viene hacia mí“.

*Texto basado en la columna de Carlos Pagni durante el programa Odisea Argentina.

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