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Brasil devalúa fuerte y un “efecto caipirinha” se convierte en la nueva amenaza para Milei

El dólar llegó a los 6 reales y encendió las alarmas. El tipo de cambio real con el país vecino ya está en el peor momento en nueve años

El dólar en Brasil registró un nuevo cimbronazo en el día de ayer, y la cotización alcanzó un récord de 6 reales. El deslizamiento de la moneda brasileña -un proceso que ya viene existiendo durante todo este año- se aceleró en las últimas horas en medio de dudas sobre el plan fiscal que puso en marcha el gobierno de Lula da Silva.

El mercado financiero, que viene siendo crítico de la postura de la administración Lula respecto de las cuentas públicas, empeoró sus expectativas en las últimas horas.

La tensión cambiaria en el país vecino es seguida de cerca por el equipo económico.

Se sabe, Brasil es el principal socio comercial de la Argentina, y las turbulencias cambiarias allí podrían impactar en el mercado local.

El dólar en Argentina y Brasil: dos caras de una moneda

Hoy en día, Brasil y Argentina atraviesan procesos bien diferentes. Con el correr de los últimos meses, Argentina se vino encareciendo en dólares, merced a un tipo de cambio estable -que se mueve al 2% mensual- y una inflación que hasta ahora vino corriendo por encima de ese nivel.

El dólar oficial (mayorista) subió apenas 24,4% en lo que va del año (de $810 a $1.008), contra una inflación estimada de 110% entre enero y noviembre.

El país vecino va en el sentido contrario: desde principios de año, el dólar subió 22,4% -pasó de R$4,90 a R$6,0-, con un índice de precios que avanzó un 3,9% entre enero y octubre.

Está más que claro que la administración Lula habilitó una depreciación real de su tipo de cambio.

El resultado de esta disparidad en los caminos tomados por un país y el otro se refleja en el tipo de cambio real bilateral: de acuerdo al BCRA, ese índice se encuentra en 76,3 puntos. Se trata de un nivel similar al que existía en noviembre de 2015, en el final del gobierno de Cristina Kirchner, cuando era notorio el atraso cambiario.

Para ir a un nivel más bajo ya habría que correrse hasta finales de 2001. La diferencia con aquel momento es del 16%.

Cómo impacta en el gobierno de Javier Milei la devaluación de Brasil

Según el economista Emiliano Anselmi, habrá que hacer un monitoreo exhaustivo sobre la evolución del tipo de cambio real bilateral con Brasil.

Por ahora, el mercado no tuvo en cuenta el deslizamiento del real a lo largo del año, pero los analistas creen que habrá que chequear si en el país vecino se produce una corrida cambiaria, disparada por la desconfianza en el plan fiscal de la administración Lula.

“Hoy (por ayer), el mercado global estuvo cerrado por el feriado en Estados Unidos, pero no hay que perder de vista si el dólar cruza la barrera de los 6 reales, algo que por ahora no sucedió decididamente”, dice Anselmi, economista jefe de PPI (Portfolio Personal Inversiones) a iProfesional.

En la City observan que el flujo de capitales hacia los activos financieros argentinos se mantuvo en las últimas semanas, a pesar de que en Brasil se acrecentaba la incertidumbre por las cuentas fiscales.

“La expectativa es que los flujos seguirán siendo positivos en el corto plazo”, refrenda Anselmi. “Pero no hay que olvidar que Brasil tiene un peso del 30% en el índice de tipo de cambio real multilateral”, advierte.

El mercado no olvida lo sucedido a finales de los años ‘90″, agrega el economista Amílcar Collante.

En enero de 1999, y en medio de un clima de zozobra financiera a nivel global, Brasil terminó devaluando, lo que provocó una tensión mayúscula en la convertibilidad argentina.

Hoy en día, la situación difiere de aquel momento: la economía local no está atada a una caja de conversión como en aquella época. Tampoco Brasil vive una burbuja. Al contrario, el Banco Central de ese país cuenta con u$s360.000 millones de reservas para intervenir si lo cree necesario.

Dólares que se van al exterior

En todo caso, la preocupación ahora pasa por los flujos de capitales que podrían salir desde la Argentina rumbo al vecino.

Número uno, la cuenta comercial: hasta octubre, Argentina registra un déficit comercial de tan sólo u$s400 millones en el año. Un nivel mínimo, pero que podría acrecentarse si el real sigue en la cuerda floja y se abaratan (en dólares) los productos y servicios brasileños.

Número dos, la cuenta de servicios, por el turismo. La Argentina ya pierde a razón de u$s550 millones mensuales por los turistas locales que salen del país aprovechando el dólar barato.

Si Brasil sigue devaluando, las playas de Río de Janeiro y las demás ofertas turísticas de vecino podrían atraer a más argentinos, que irán hacia allí a gastar los dólares que faltan en las reservas del BCRA.